miércoles, 1 de febrero de 2012

“No me tapes mi sol” o Diógenes el falsario

Publicado en Numismático Digital, 1 de febrero de 2012
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Famosa, aunque improbable, es la frase que Diógenes de Sínope le espetó a Alejandro Magno cuando el soberano le preguntó si podía hacer algo por él. Este filósofo, que hizo de la pobreza extrema su virtud, era hijo de un banquero y  estuvo involucrado en su juventud en un proceso por falsificación de moneda.
Si bien no dejó ninguna obra sobre su pensamiento, su vida nos es conocida por los escritos de su homónimo Diógenes Laercio, Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres, escrita en el siglo III de nuestra Era. En la misma nos informa de que era hijo de Iceso o Hicesias de Sínope, un banquero que había acuñado moneda adulterada, y que Euribides afirmaba que el mismo Diógenes había sido monedero falso. Siguiendo otras fuentes que no detalla, afirma igualmente que Diógenes habría sido nombrado director de la Casa de Moneda de esta república.

En una visita al oráculo de Delfos éste le dijo que volviese a su hogar y diese una nueva constitución a su tierra. En griego, el término parajáraxis sirve tanto para cambiar las instituciones como para falsificar la moneda, y  Diógenes entendió al parecer esto último. Según su tocayo y biógrafo, algunos autores afirmaban que fue hecho preso y desterrado, y según otros huyó por miedo de lo que había hecho. Otros afirmaban que había falsificado la moneda que le dio su padre, que habría muerto en la cárcel, y que Diógenes huyó a Delfos y posteriormente a Atenas.

Los hallazgos arqueológicos nos muestran que algunas de las piezas conocidas de Sínope llevan el nombre de Hicesias, el padre de nuestro Can, a partir del año 362 a.C. Se han encontrado asimismo, al parecer, un gran número de monedas falsificadas fechadas a mediados del siglo IV a.C., entre los años 350-320 a.C., cuya emisión se debería posiblemente a la pugna política entre facciones  pro-helénicas y pro-persas de este estado, dado que en el 362 fue ocupado por los persas y en el 331 se incluyó por Alejandro Magno en el Reino de Capadocia.

Es difícil saber si estos hechos realmente sucedieron o fue todo una leyenda. Cabe dentro de lo posible que su reconocimiento en el diálogo Pórdalo de que había adulterado la moneda fuese realmente una metáfora, una alegoría que explicase cómo un filósofo, el primero y más importante de los cínicos, habría optado por un camino errado, para posteriormente, perseguido y exiliado, dedicarse a su verdadero mandato. Este fue, para este primer ciudadano del mundo, la subversión de todos los valores, arremetiendo vigorosamente contra todos los convencionalismos de la Atenas donde vivió, en aras de lo que a su entender era el mayor valor de los hombres, su ilimitada libertad de expresión. Para él, la costumbre era la falsa moneda de la moralidad.

Bibliografía
. Fernández Galiano, Manuel, “Diógenes y el cinismo primitivo”, Cuadernos de la Fundación Pastor, nº 8, 1964, pp. 46-77.
. Martín García, José A., Los filósofos cínicos y la literatura moral serioburlesca, Volumen I, Madrid, 2008.
. Ortiz y Sanz, Josef, Los Diez Libros de Diógenes Laercio sobre las vidas, opiniones y sentencias de los filósofos mas ilustres, traducidos de la lengua griega, T. II, Madrid, 1792.
. Diógenes de Sinope, articulo de Wikipedia.