Publicado en Numismático Digital, 2 de abril de 2014
http://www.numismaticodigital.com/noticia/7192/Articulos-Numismatica/Una-resena-de-Octavio-Gil-Farres-sobre-el-articulo-Datos-sobre-una-moneda-marroqui-acunada-en-Espana.html
En la versión manuscrita cambia un poco la última parte.
Tras citar al grabador y a su ayudante, don Octavio escribía:
Uno de los inconvenientes señalados por los españoles era
que las altas temperaturas a que debían someterse dichos metales reduciría (…) su
contenido original, y se añadía que con dos volantes trabajando …
Asimismo, incluía un comentario final:
Como anécdota, se señala que en la devolución a Marruecos
de parte del metal que debía emplearse, se hundió en Tánger un cajón
conteniendo dos mil pesos fuertes, que no pudieron ser rescatados.
El dicharachero dueño de la Librería Anticuario Bellver me explicó cómo había llegado parte de
la colección de don Octavio a sus manos, y aprovechó, como buen comerciante, la
ocasión para endosarme otros dos libros que pertenecieron a nuestro ilustre
numismático, y un diccionario de arte de regalo.
http://www.numismaticodigital.com/noticia/7192/Articulos-Numismatica/Una-resena-de-Octavio-Gil-Farres-sobre-el-articulo-Datos-sobre-una-moneda-marroqui-acunada-en-Espana.html
Preparando un artículo sobre la moneda áurea marroquí conocida como Madridiyah, por haber sido acuñada en
nuestra capital, me acerqué por un conocido anticuario para adquirir la
separata del artículo “Datos sobre una
moneda marroquí acuñada en España” del eminente filólogo y arabista don Mariano
Arribas Palau. Cuál sería mi sorpresa cuando dentro de la misma se encontraba
una recensión de don Octavio Gil Farrés, anterior propietario de la
publicación, en dos versiones, manuscrita y mecanografiada, así como otro folio
con las notas que tomó de su puño y letra del artículo. Ignoro si finalmente
esta reseña llegó a publicarse, dado que no la he encontrado, por lo que la
transcribo íntegramente.
ARRIBAS PALAU,
MARIANO: datos sobre una moneda marroquí acuñada en España. Al-Qantara,
Vol. IV, fasc. 1 y 2, págs. 185-263. Madrid, 1983.
En este interesante artículo-de tipo
histórico y numismático-se trata de las gestiones realizadas por el sultán
Sayyidi Muhammad b. Abd Allah, cerca del gobierno de Carlos III para acuñar en
España moneda de su país. La pretensión consistía en labrar ducados, onzas
y blanquillos. El ducado equivalía a 10 onzas, con el peso de un
peso fuerte español más dos blanquillos. La onza equivalía a 46 blanquillos.
Según Tomás Bremond, cónsul en Marruecos, apenas se labra ahora moneda, “pues
viene toda acuñada de América”. Esto suponía un serio inconveniente para los
deseos del monarca marroquí. Además, éste solicitaba que el oro y plata a
utilizar fuese el proveniente de Indias, a fin de que la moneda tuviese la
misma ley que los doblones y pesos fuertes españoles. El pago se efectuaría con
el producto de las exportaciones de grano desde el puerto de Casablanca. Tras
diversos titubeos por ambas partes, se determinó hacer cuatro millones de
piezas de plata: blanquillos, que 40 de ellos fuesen del peso de un real de a
ocho, o sea de 0,675 gramos. Asimismo, un millón de piezas de plata, mayores, u
onzas, que 10 equivaliesen a un peso fuerte, o sea de 2,70 gramos. También diez
mil monedas grandes de oro (solamente se hicieron éstas) con valor de 10 pesos
fuertes cada una. Se indicaba que una parte se enviase a Nápoles, para que el
rey Fernando IV rescatase cautivos de Malta. En 1787 se hicieron pruebas por el
grabador general Pedro González de Sepúlveda, ayudado por Miguel Casiti “por
ser el hombre sabio que tenemos en esta clase de letra”. Como problema
fundamental se indicaba que dos volantes trabajando sin interrupción y
produciendo seis mil piezas diarias, requerirían cuatro años para rematar la
operación. En las piezas fabricadas se consignó siempre la fecha 1201 y Madrid,
como ceca de la operación.
O.G.F.
O.G.F.