martes, 19 de junio de 2018

El error en los columnarios potosinos de 1768

Publicado en UNAN Numismática, Año IV, nº24, Mayo-Junio 2018
http://www.mascoleccionismo.com/publicaciones/UNAN/UNAN024.pdf

En el Archivo General de Indias se conserva una carta fechada el 15 de agosto de 1769, escrita por el virrey del Perú, don Manuel de Amat, a Julián de Arriaga, Secretario del Consejo de Indias. En la misma se recoge la detección de un error en los pesos fuertes acuñados en la Casa de Moneda de Potosí, donde se había batido con la leyenda VRTA en vez de VTRA, y que se había ordenado la recogida de todas las monedas defectuosas y formar causa a los oficiales responsables de dicho descuido. 

Tras la incorporación de la Casa de Moneda de Potosí a la Corona, la acuñación de moneda macuquina durante el largo proceso de construcción de la nueva Casa de Moneda no se interrumpió, utilizando las anticuadas técnicas que venían usándose desde la fundación de la ceca. Había en la ceca antigua cuatro hornazas: la llamada La Pila, propiedad de Diego Moreno de Villegas, que fue legada el 19 de enero de 1759 al Hospital de Belén por la última heredera doña Josefa Villegas Moreno; la de los Barea, más tarde propiedad de don Manuel Tovar y Mur; la de los Laredo; y la de los Quintanilla. 


La nueva hornaza de los Laredo, instalada en la nueva Casa de Moneda, batió moneda macuquina hasta el 29 de enero de 1767. Unos meses después, el 15 de mayo de 1767, se acuñó el primer lote de moneda esférica columnaria, del que se sacaron unas muestras para remitirlas a la Corte. La producción de moneda macuquina no cesó inmediatamente, dado que había que preparar al personal en las nuevas técnicas, y era necesario mantener la producción para entregar la moneda al público. La producción de moneda de mundos y mares se fue incrementando, pero ambos tipos de acuñación coexistieron durante tres años. Según la Memoria del virrey, entre los años 1746 y 1750 se labraron en la Casa de Moneda de Potosí 1.503.840 marcos de plata, o 300.768 marcos anuales.

En Potosí se usaron volantes de medio cuerpo y de cuerpo entero. Los primeros eran prensas pequeñas con un eje vertical enroscado al extremo que sujetaba el cuño del anverso de las monedas, y bajo el eje se situaba la maceta, donde se ponía el troquel del reverso de la pieza y soportaba el golpe en la acuñación. La fuerza necesaria se obtenía con un brazo acabado en dos pesadas bolas de plomo a modo de balancín, que se giraba con violencia. Era común que se rompiesen los troqueles, al no ser la base la continuación de la parte superior. 

Tres de estos volantes llegaron de Lima en 1766. Unos años después se les sumaron dos volantes de cuerpo entero, en los que la base era la continuación de la parte superior y estaban fijados a una piedra con garfios de bronce, lo que les daba mayor estabilidad. Junto a los volantes era necesaria la máquina acordonadora o cerrilla para el laurel o cordoncillo de los cantos de las piezas. 

La primera moneda potosina con cordoncillo se acuñó en 1767, pero debió de recogerse inmediatamente, debido a un error de diseño. Los ejemplares de finales de este año fueron correctamente batidos, pero son hoy en día muy escasos. La producción de moneda columnaria prosiguió hasta el 21 de noviembre de 1770, en todos los valores del sistema argénteo, desde el medio real a los ocho reales, y su producción se fue incrementando en detrimento de la de moneda macuquina de año en año. 

En 1769 se descubrió una errata en la leyenda de algunos reales de a ocho de 1768, con la errónea inscripción URTA QUE UNUM. Pedro de Tagle y Bracho, Oidor de la Plata y encargado de la organización del Banco de Potosí informó al virrey, que ordenó la total e inmediata recogida de toda esta moneda, amenazando con el decomiso de las piezas que no fueran entregadas en el plazo de quince días.
La transcripción del documento estudiado es la siguiente:

         Nº 206

Exmo señor

Entre las noticias que me comunicó el oydor dn Pedro de Tagle Comisionado en la villa de Potosí para el arreglo del Banco de Mineros y Azogueros, en la no menor interesante respectiba a la reforma de que también necesita aquella Casa de Moneda, cerca de la cual se le han echo tambien por m correspondientes encargos por la trabazon y dependencia que tiene el vno con el otro asunto: Y por comprobante del descuido con que trabajaban los oficiales de dicha Casa me incluyó el peso fuerte que acompaño con el capital defecto que aparece del emblema que circula las dos esferas y colunas, en que por una inversion de letras se estampó la diccion VTRA: Y yo comprendiendo la gravedad del asunto por todos sus respectos, le di orden para q.e incontinente procediese con exactitud y vigilancia a recoger todas las monedas que huviese producido aquella rendicion, y que se conceptuasen sugetar al propio yerro: Y que igualmente formase causa a los autores del echo, en quienes mimediatamente consistió tan culpable descuido, inclusos todos aquellos que devieron repararlo en la sala de libranzas, conforme a sus respectibas obligaciones, y que aseguradas sus personas me remitiese los autos en estado a vuelta de correo, que quedo esperando para informar con ellos a V.d. de sus resultas, y providencias que tomase.

Tras las pesquisas, se descubrió que el tallador mayor José Fernández de Córdova se hallaba enfermo, y había muerto el 30 de julio de 1768, y que el responsable de tal error había sido el hijo del guardacuños Álvarez, que había sustituido a su padre, también enfermo, y que no cayó en dicha errata. Se estimó que la moneda batida con leyenda errónea suponía de diez a quince mil pesos. No conozco ningún ejemplar que haya llegado a nuestros días. 

Santiago de Arze reemplazó a Saint Just, y el 17 de marzo de 1770 ordenó que se terminase con la labra de macuquinas. Poco tiempo después se cerró la Casa Vieja y solamente se operó en la nueva ceca, hasta que el 15 de septiembre Pedro de Tagle y Bracho, Oidor de Audiencia de Charcas, viajó a Potosí por encargo del virrey Amat y Junyent, decidió suspender la producción de moneda esférica el 21 de noviembre y volver a labrar moneda macuquina. Arze afirmó posteriormente que Tagle había ordenado la clausura de la nueva Casa de Moneda cuando la misma estaba operando porque quería llevarse el mérito de haberla concluido. Otros adujeron motivos económicos, dado que el menor control en la moneda macuquina le habría beneficiado. Tras un juicio que duró una década, se pudo probar la culpabilidad del oidor.

Tagle alegó que las piezas redondas que se habían ordenado fabricar en exclusividad desde el 29 de mayo fueron muy defectuosas, por lo que debió seguirse con la acuñación de macuquina. Asimismo, las partidas de plata agria hacían que las macuquinas saliesen rajadas y con los motivos mal grabados, y en las batidas a volante se producían continuos rompimientos de cuños. Tagle acusaba al fiel de la ceca, Luis Cabello, de ser el culpable de la detención de la acuñación de moneda circular. 

En cuanto al Banco de Mineros y Azogueros citado en el documento, en el año 1752 se fundó por Real Cédula el Banco de Azogueros o de Rescates, con las funciones primordiales de comprar y rescatar la plata de los azogueros, trapicheros y mineros. Prácticamente no tenía funciones de crédito, y solo auxilió a los trabajadores en caso de necesidad, y estaba destinado a defender sus intereses de los excesivamente altos beneficios que obtenían los mercaderes de la plata en la venta de sus pastas. En 1779 fue incorporado por la Corona, con el nombre de Real Banco de San Carlos de Potosí, con las mismas atribuciones que su antecesor.  

Tras la incorporación del banco a la Corona por Jorge Escobedo en agosto de 1779, sus ganancias se incrementaron cada año en 30.000 pesos, y llegaban en alguno, como en 1780, a 46.588 pesos 6 reales. Con ello se proveía al gremio de moneda efectiva, azogue y bastimentos. Asimismo, se recaudaron deudas atrasadas por importe de 400.000 pesos, se remitió al virrey Cevallos en Buenos Aires la misma cantidad para la expedición contra los portugueses en la Colonia de Sacramento y se hicieron otros muchos e importantes desembolsos. El cálculo de los rescates de 1754 a 1790 asciende según Fuentes a 5.652.499 marcos 7 onzas.

En cuanto a las obras de la nueva Casa de Moneda, se dilataron en el tiempo desde su proyecto en 1752 hasta la conclusión de los aposentos de sus oficiales en 1773. El edificio, de dos pisos y dispuesto en torno a tres patios, es una de las mayores superficies construidas en la América Hispana. Cada patio tiene una distribución diferente: el primero tiene arquerías rebajadas, el segundo de madera y el tercero de muros lisos. Es un edificio sobrio y utilitario, construido en piedra y ladrillo, en el que los muros no tienen apenas aberturas al exterior en los dos primeros pisos. Su diseño es en general excelente, y aúna su carácter utilitario con el interés artístico, que se inscribe en sus líneas generales en el estilo barroco local, si bien su portada es de tipo clasicista. Este magno edificio fue asimismo construido en armonía con el paraje natural y con el entorno arquitectónico en los que fue levantado.

Documento:

Archivo General de Indias, LIMA, 651,N.76, Carta nº 206 de Manuel de Amat, Virrey de Perú, a Julián de Arriaga, Secretario de Indias, Folios 921-922.

Bibliografía:

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