Publicado en Numismático Digital, 3 de noviembre de 2011, en Numismática Española, 17 de noviembre de 2011, y en Monedas de Venezuela el 20 de mayo de 2012.
http://www.numismaticodigital.com/noticia/4124/Monedas-Internacional/problemas-monetarios-caracas-mediados-siglo-xvii.html
http://www.catalogodemonedas.es/?q=node/287
http://www.monedasdevenezuela.com/articulos/problemas-monetarios-en-caracas-a-mediados-del-siglo-xvii/
Desde 1648 se descubrió que en el último lustro se había estado acuñando en la ceca de Potosí moneda de ley defectuosa, en ocasiones la mitad de la legal, por lo que se adoptaron medidas con carácter de urgencia. Ya en octubre de ese mismo año se había retirado de la circulación en Valencia, Aragón y Navarra, y se ordenó su entrega a las Casas de Moneda para su afinado y reacuñación.
Las piezas batidas entre los años 1649 y 1652, de los ensayadores Rodas y Ergueta, fueron devaluadas y reselladas mediante punzones, de los que se conocen actualmente hasta veinticuatro variantes, y que fueron conocidas como rodajes, moclones y rechinos. No obstante, no se resellaron las piezas de uno y dos reales, que serán las que encontremos en las Actas del Cabildo que vamos a estudiar.
Esta moneda, tanto la resellada como la que no, siguió circulando hasta bastantes años después en las Indias. Para mantener el prestigio de la moneda perulera se cambiaron los tipos para las nuevas emisiones. En el que normalmente era el reverso, con las armas de Castilla y León, se incluyó la leyenda PHILIPPUS IV D.G. HISPANIARVM REX, convirtiéndose con ello en el anverso de los nuevos tipos.
En el anverso se incluyó asimismo el valor facial de las monedas, con números arábigos, la inicial del ensayador y la marca de la ceca, P. En el reverso se incluyeron las Columnas de Hércules y las leyendas POTOSI ANO –fecha- EL PERV y PLVS VLTRA. Este tipo estuvo vigente al menos hasta 1773 en Potosí, y en Lima hasta 1749.
En la reunión del Cabildo de Santiago de León de Caracas del 7 de enero de 1653, el Procurador General de la Ciudad, el licenciado don Favian de Aguirre, puso de manifiesto la importante cantidad de circulante de mala calidad con sello del Perú que se encontraba en la ciudad, que había sido rechazado por un patache que llegó al puerto de la Guayra y que no era aceptado por los pulperos y mercaderes de la población.
En su exposición pedía una solución a este problema, dado que era una moneda marcada con los sellos reales, y no había llegado a esa fecha ninguna prohibición de la Corona sobre su uso, lo que fue considerado justificado por el Cabildo. A pesar de ello, el público no quería recibir moneda perulera, aunque fuese de buen cuño, y prefería la moneda mexicana de a dos o sencilla.
El 11 de julio de 1653, reunido el Cabildo, el Procurador General afirmaba que a pesar de que a su petición el Gobernador y Capital General había ordenado la recepción en el comercio de la moneda con sello peruano y la retirada de la circulación para ser cortada de la que resultase de cobre, esto último no se había producido. A ello se unía la negativa a su recepción por los mercaderes, las negras vendedoras y el público en general, que solo aceptaban moneda mexicana.
Se ordenó por el Cabildo que se volviese a pregonar que nadie podía dejar de recibir la moneda perulera, bajo apercibimiento de doscientos azotes “a quien no tubiere calidad, y a los que la tubieren quinientos ducados, sin que le sirva de escussa el desir que no tienen trueque”, pena que podría ejecutar cualquiera de los alcaldes ordinarios o regidores de la ciudad.
En fecha 16 de septiembre de 1653 el Procurador General propuso que al no haber moneda menuda en la ciudad, de valor inferior a los reales sencillos, se solicitase la remisión de cuartillos desde Cartagena o Santa Fe por valor de diez mil pesos. Como alternativa, proponía que se permitiese a la ciudad su labra, que se financiaría con la entrega por los vecinos de una cantidad equivalente en moneda doble.
Bibliografía:
http://www.numismaticodigital.com/noticia/4124/Monedas-Internacional/problemas-monetarios-caracas-mediados-siglo-xvii.html
http://www.catalogodemonedas.es/?q=node/287
http://www.monedasdevenezuela.com/articulos/problemas-monetarios-en-caracas-a-mediados-del-siglo-xvii/
En las Actas del Cabildo de la actual capital venezolana encontramos en el año 1653 importantes referencias monetarias, relativas a la desigual circulación de las monedas acuñadas en el Perú y en México, dado que se reputaban las primeras por falsas y se preferían por el público las segundas. También consta la expresa petición de moneda menuda para atender el pequeño comercio, e incluso la posibilidad de que la misma se pudiese labrar en la ciudad.
Desde 1648 se descubrió que en el último lustro se había estado acuñando en la ceca de Potosí moneda de ley defectuosa, en ocasiones la mitad de la legal, por lo que se adoptaron medidas con carácter de urgencia. Ya en octubre de ese mismo año se había retirado de la circulación en Valencia, Aragón y Navarra, y se ordenó su entrega a las Casas de Moneda para su afinado y reacuñación.
Las piezas batidas entre los años 1649 y 1652, de los ensayadores Rodas y Ergueta, fueron devaluadas y reselladas mediante punzones, de los que se conocen actualmente hasta veinticuatro variantes, y que fueron conocidas como rodajes, moclones y rechinos. No obstante, no se resellaron las piezas de uno y dos reales, que serán las que encontremos en las Actas del Cabildo que vamos a estudiar.
Esta moneda, tanto la resellada como la que no, siguió circulando hasta bastantes años después en las Indias. Para mantener el prestigio de la moneda perulera se cambiaron los tipos para las nuevas emisiones. En el que normalmente era el reverso, con las armas de Castilla y León, se incluyó la leyenda PHILIPPUS IV D.G. HISPANIARVM REX, convirtiéndose con ello en el anverso de los nuevos tipos.
En el anverso se incluyó asimismo el valor facial de las monedas, con números arábigos, la inicial del ensayador y la marca de la ceca, P. En el reverso se incluyeron las Columnas de Hércules y las leyendas POTOSI ANO –fecha- EL PERV y PLVS VLTRA. Este tipo estuvo vigente al menos hasta 1773 en Potosí, y en Lima hasta 1749.
En la reunión del Cabildo de Santiago de León de Caracas del 7 de enero de 1653, el Procurador General de la Ciudad, el licenciado don Favian de Aguirre, puso de manifiesto la importante cantidad de circulante de mala calidad con sello del Perú que se encontraba en la ciudad, que había sido rechazado por un patache que llegó al puerto de la Guayra y que no era aceptado por los pulperos y mercaderes de la población.
En su exposición pedía una solución a este problema, dado que era una moneda marcada con los sellos reales, y no había llegado a esa fecha ninguna prohibición de la Corona sobre su uso, lo que fue considerado justificado por el Cabildo. A pesar de ello, el público no quería recibir moneda perulera, aunque fuese de buen cuño, y prefería la moneda mexicana de a dos o sencilla.
El 11 de julio de 1653, reunido el Cabildo, el Procurador General afirmaba que a pesar de que a su petición el Gobernador y Capital General había ordenado la recepción en el comercio de la moneda con sello peruano y la retirada de la circulación para ser cortada de la que resultase de cobre, esto último no se había producido. A ello se unía la negativa a su recepción por los mercaderes, las negras vendedoras y el público en general, que solo aceptaban moneda mexicana.
Se ordenó por el Cabildo que se volviese a pregonar que nadie podía dejar de recibir la moneda perulera, bajo apercibimiento de doscientos azotes “a quien no tubiere calidad, y a los que la tubieren quinientos ducados, sin que le sirva de escussa el desir que no tienen trueque”, pena que podría ejecutar cualquiera de los alcaldes ordinarios o regidores de la ciudad.
En fecha 16 de septiembre de 1653 el Procurador General propuso que al no haber moneda menuda en la ciudad, de valor inferior a los reales sencillos, se solicitase la remisión de cuartillos desde Cartagena o Santa Fe por valor de diez mil pesos. Como alternativa, proponía que se permitiese a la ciudad su labra, que se financiaría con la entrega por los vecinos de una cantidad equivalente en moneda doble.
Bibliografía:
· Actas del Cabildo de Caracas, Tomo VIII, 1650-1654, Prólogo de Guillermo Meneses, Caracas, 1942.
· FUENTES, M.A., Biblioteca Peruana de Historia, Ciencias y Literatura, T. III, Antiguo Mercurio Peruano, Lima, 1861.
· JOVEL, F. Y JOVEL J., Los efectos del “gran escándalo” de Potosí en España, www.segoviamint.org
· LAZO GARCÍA, C., Economía colonial y Régimen Monetario, Perú: Siglos XVI-XIX, Lima, 1992.
· SANTIAGO FERNANDEZ, J. DE, Política monetaria en Castilla durante el siglo XVII, Valladolid, 2000.
No hay comentarios:
Publicar un comentario