Publicado en Panorama Numismático, 12 de enero de 2017
Continuando con el estudio de
las emisiones durante la Guerra de Sucesión, se analizan las realizadas en los
reinos de Navarra y Aragón. Mientras que el primero de ellos se mantuvo en todo
momento fiel al bando felipista, Aragón reconoció como monarca al Pretendiente
Carlos. Por ello, mientras que Navarra conservó tras el enfrentamiento sus
fueros, Aragón vio sus libertades abolidas por los Decretos de Nueva planta, y
entre ellas su derecho a la emisión de moneda propia.
La moneda navarra
La Casa de Moneda de Pamplona estaba
ubicada desde 1524 en el edificio de la Cámara de Comptos, y se batió numerario
de cobre hasta 1789. Las emisiones de moneda realizadas en Navarra lo son
exclusivamente a martillo, aunque en el Museo de Navarra se conserva un
volante, y de un solo tipo, durante toda la centuria. Su forma debía ser
octogonal, y siguieron siendo de labra muy tosca.
En su anverso
constaban las iniciales o el monograma del soberano reinante, y el ordinal
correspondiente, bien como rey de España o bien como rey de Navarra — F y, FO
II o VI, CAR VI o III. En el reverso se incluían las armas de Navarra, las
cadenas, coronadas, entre P(amplon)A. Los valores acuñados eran múltiplos del
maravedí.
Si bien el marco de
Navarra tenía, como el castellano, 8 onzas, cada una cuatro cuartos, cada
cuarto cuatro adarmes, y cada adarme 36 granos, con lo que contenían
nominalmente un total 4.608 granos, cada grano navarro eran 1/16
más pesado que los castellanos, por lo que el marco navarro estaba realmente
compuesto de 4.896 granos castellanos, y cien marcos de Navarra equivalían a
106¼ marcos castellanos.
En 1705 había en el
Reino una gran escasez de moneda menuda, dado que las piezas batidas en la
última emisión anterior, que databa de 1695 y había sido ordenada por las
Cortes de Corella, de maravedíes y cornados, había prácticamente desaparecido.
Esto había llevado a la introducción de moneda foránea de cobre en el reino,
procedente de Aragón, los dinerillos, y del sur de Francia, los llamados
tolosanos.
Unos años después,
en 1708, la Diputación dirigió una
Representación al virrey poniendo de manifiesto que había entrado en el Reino
gran cantidad de moneda francesa de ¼ de escudo de ese año y del inmediatamente
precedente, bajas de peso y de ley, que incluso en su país de origen tenía una
estimación menor, para el pago de las soldadas. El virrey contestó a la misma
en fecha 25 de noviembre de ese mismo año, comunicando a la Diputación que
dichas monedas iban a ser analizadas por el ensayador y el contraste,
desconociéndose si dichos análisis se llevaron a cabo.
Previa solicitud
del administrador del mayorazgo de don Martín de Lizarazu, don Luis López
Cerraín, las Cortes de Sangüesa celebradas en 1705 dispusieron que, en el plazo
de dos años, se labrase moneda de cobre, ajustada a 122 piezas de maravedí por
libra, por valor de cuatro mil ducados, tres mil de maravedíes y mil de
cornados, por cuenta del maestro mayor de la Casa de la Moneda.
Esta emisión no se
llegó a realizar, debido principalmente a las circunstancias políticas, dado
que fue imposible importar mineral de las Islas Británicas, por lo que la
Diputación solicitó al Virrey Príncipe de Castillón el 20 de septiembre de 1714
que se cumpliese lo prevenido en las Cortes de Sangüesa, lo que fue concedido,
comenzando la labra el 18 de octubre de ese mismo año.
Las
emisiones de Aragón
Durante la Guerra
de Sucesión el pretendiente Carlos, Archiduque de Austria, acuñó en Aragón
moneda de vellón, dinerillos o miajas, siguiendo los tipos tradicionales de
este reino, en la ceca de Zaragoza, que se remontan a las primeras monedas
batidas en tiempos de Jaime I. En su anverso se encuentra una cabeza coronada a
izquierda, entre C y A, dentro de un círculo de puntos, y la leyenda CAROLVS
III REX, y en el reverso la cruz patriarcal dentro de un círculo de puntos, y
la leyenda ARAGONUM y la fecha. Hay moneda acuñada de fecha 1706 y 1709.
Xavier Sanahuja
con reservas la publicación de un dinero jaqués a nombre del Archiduque por
Sánchez Recuenco en la revista Gaceta
Numismática, con reverso con las cuatro cabezas, característico del reinado
de Felipe IV, esperando la aparición de algún otro ejemplar bien conservado
para certificar o rehusar su autenticidad.
Tras la ocupación
de Zaragoza en 1707, se realizó una emisión en su ceca que conservaba los tipos
tradicionales del numerario aragonés, reales de a cuatro y a ocho con pesos
ajustados a la metrología castellana, tanto redondos como macuquinos. Tras la
abolición de los fueros ese mismo año, se introdujeron otras monedas
provinciales de menor valor con respecto a la moneda jaquesa, y en 1709 se
encontraron 46.418 reales de moneda menuda francesa.
Una vez que la
ciudad se recuperó definitivamente en 1709, por Real Cédula de 26 de noviembre
de ese año se autorizó la acuñación de menudos en cantidad de 200.000 marcos,
empezando su labra el 1 de enero siguiente. Dos años más tarde, el 20 de enero
de 1712, se autorizó una nueva emisión de hasta 50.000 marcos, y el 23 de
febrero de 1713 se concedió al alcaide de la Casa de Moneda, don Pedro Melchor
de Alegre, un dinero por cada marco batido.
A partir de 1710 y
hasta 1719 Felipe V, IV de Aragón, batió moneda de vellón en Aragón, cambiando
los motivos tradicionales. En su anverso aparece el busto desnudo del monarca
mirando a derecha, y la leyenda PHILIP V D REX, y en su reverso la cruz
cantonada con las cuatro cabezas de los reyes moros muertos en la batalla de
Alcoraz, con la leyenda M ARAGONVM y la fecha.
En la Casa de Moneda de Zaragoza se acuñó moneda de plata con
sus tipos tradicionales, siendo la única de toda la Corona donde sucedió. Se
conservan ejemplares a su nombre de ocho
cuatro reales de 1707 y reales sencillos y dobles de 1716. En los mismos
aparece en su anverso la leyenda PHILIPPUS V DEI G, y en su campo las barras de
Aragón coronadas, con los cuatro palos de gules, y en su reverso cruz equilátera
con las cabezas de los reyes moros en orla de lóbulos dentro de gráfila y la
leyenda ARAGONUM REX y la fecha. A los lados del escudo aparecen, entre
rosetas, a izquierda las letras CA de ceca y a la derecha el numeral del valor.
Para saber más:
Archivo General de Navarra,
Sección de Monedas, Pesos y Medidas.
ASSÓ Y DEL RÍO, I.J. de, Historia de la economía política de Aragón,
Zaragoza, 1798.
BORDAZAR DE ARTAZU, A., Proporcion de monedas, pesos i medidas, con
principios practicos de Artihmetica, i Geometria para su uso, Valencia,
1736.
FERIA Y PEREZ, R., “La
industrialización de la producción monetaria en España, 1700-1868”, en VI Jornadas Científicas sobre documentación
borbónica en España y América (1700-1868), Madrid, 2007, pp. 155-176.
FONTECHA Y SANCHEZ, R. de, La moneda de vellón y cobre de la
Monarquía Española (Años 1516 a 1931),
Madrid, 1968.
MARÍN DE LA SALUD, J., La moneda navarra y su documentación.
1513-1838, Madrid, 1975.
MARTÍNEZ GÓMEZ, V., Manual de comercio en el que se halla la
descripción de las monedas, pesos y medidas que se usan en los Reynos de
España, y la reducción de las monedas imaginarias que en su comercio tienen
curso a reales de plata antigua y reales de vellón, y de las de Mallorca,
Cataluña, Aragón, Navarra y Valencia a reales de vellón, Resumen de las Reales
Cédulas y Ordenes sobre los Vales Reales, y de la Acequia Imperial, y su valor
en cada día del año, en reales de vellón, con quince tablas, Madrid, 1795.
Novissima
Recopilación de las Leyes de el Reino de Navarra, hechas en sus cortes
Generales desde el año de 1512, hasta el de 1716, inclusive, oficina de
Joseph Joachin Martínez, Pamplona, 1735.
ROMERO JUNCAL, D.
"Primer reinado de Felipe V (1700-1724), Borbones, hace trescientos
años", Crónica Numismática ,
enero 2001, pp. 50-54.
ROYO ORTÍN, M.L., "La
moneda en Aragón. La dinastía Borbón", www.numisma.org, 2011, pp. 1-35.
SANAHUJA ANGUERA, X.,
"Reconsideración de la moneda jaquesa de vellón de época moderna
(1519-1717)", NVMISMA, nº 247,
enero-diciembre 2003, pp. 87-104
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