Publicado en Crónica Numismática, 13 de abril de 2021
El día 17 de marzo de 1860 el gobierno paraguayo concedió poder bastante a don Félix Egusquiza, Agente comercial del Paraguay en Buenos Aires, para que procediese a demandar civil y criminalmente a los falsificadores de billetes de tres pesos realizados en esta última ciudad. El principal inculpado era el impresor español Benito Hortelano, que había contado para su distribución en Paraguay con los también “españoles europeos” Juan Moreno, José María González y Martín Madrenas. El voluminoso expediente de sus actuaciones, conservado en el Archivo Nacional de Asunción, ofrece mucha información sobre esta primera falsificación de billetes llevada a cabo en Paraguay.
Los estudios realizados sobre este tema hacen referencia a sus consecuencias, la emisión de nuevos billetes y la retirada de los de esta emisión, tanto legítimos como falsos, y dan varios datos sobre la vida de Benito Hortelano. Estos billetes fueron emitidos en el año 1856, por Decreto de 13 de febrero, con un valor facial de tres pesos, impresos por el Tesoro Nacional en la Imprenta del Estado en blanco y negro y con unas dimensiones de 16,5 x 12,6 cm. En el mismo constan las firmas de don Carlos Antonio López, presidente del Paraguay, y de Manuel Ferriol y Saturnino Bedoya.
En dicho expediente se recoge que Hilario Marco, Sargento Mayor de Infantería y Jefe de Policía de Asunción, certificó el arresto en el cuartel de policía, en virtud de varias denuncias de circulación de moneda falsa de a tres pesos a los españoles europeos Juan Moreno y como cómplices José María González y Martín Madrenas, y después de tomar sus declaraciones y con la constancia en que ellos atribuyeron la introducción de billetes falsos a Juan Moreno, le tomó declaración bajo juramento. Tras varios intentos, finalmente consiguió que declarara que Benito Hortelano elaboró en Buenos Aires dichos billetes falsos, juntando al efecto los elementos necesarios de varias imprentas, y valiéndose de varios grabadores, para completar los tipos que no halló en las imprentas, no dando razón de los que fueron, porque solo conocía de vista a uno de ellos, del que no sabía su nombre y que tenía casa en la entrada de la calle del Perú, a mano izquierda, y a otro apellidado Cataldi, cuyo nombre también ignoraba.
Destaca por su interés la declaración que se tomó en Buenos Aires el 24 de marzo de ese mismo año por el Jefe del Departamento General de Policía a Benito Hortelano:
En el mismo día mes y año hice comparecer en mi despacho y con presencia del Oficial 1º de este departamento con quien actúo, al preso Benito Hortelano, a quien le hice saber que iba a presentar una declaración, y habiendo prometido bajo juramento en forma, que se le tomó, decir verdad en lo que supiere y fuese interrogado, fue preguntado – su nombre, edad, patria, religión y ejercicio, y dijo = llamarse Benito Hortelano, en 40 años en edad, español de nación, y en ejercicio impresor. Preguntado si sabe o presume la causa de su prendimiento, dijo que la ignoraba.
Preguntado
si conoce a los individuos españoles Juan Moreno, José María González y Martin
Madrenas – Dijo que los conoce,-Preguntado- si sabe dónde se hallan y en qué se
ocupan: dijo que cree que se deben hallar al presente en el Paraguay, y que
estos individuos son comerciantes y se ocupan de negocios de mercaderías entre
Buenos Aires y aquel país.
Preguntado:
donde conoció a esos individuos, y que aclare qué relación tiene con ellos;
dijo que los ha conocido durante su permanencia en el Paraguay, que con Juan
Moreno tiene bastantes relaciones de comercio y de amistad; a José María
González lo conoce como que era dependiente, y que a Martín Madrenas lo conoce
poco porque solo iba a su casa a hacerse afeitar; siendo éste barbero de
profesión.
Preguntado-Qué
clase de negocios ha tenido con Juan Moreno; dijo que el solo negocio que ha
tenido con él fue el año 58, en que habiendo ido el declarante al Paraguay con
una factura de mercaderías lo encargó a
Moreno de su venta.
Preguntado- si ha hecho alguna clase de
impresiones o mandado hacer para Moreno, y en este caso diga qué clase de
impresiones fueron, como y cuando las hizo: dijo que sí, que por Orden del
Señor General don Francisco Solano López que le fue comunicada por Moreno hizo
una impresión de billetes en moneda del Paraguay, que para hacerlos uso los
útiles de imprenta que posee, y esta impresión la hizo a fines del año 58 o
principios del 59.
Preguntado-
que personas le ayudaron a la impresión de los billetes que hizo y qué cantidad
se imprimió: dijo que eran billetes de valor de 3 pesos, y no recuerda bien si
fueron 4 o 5.000 los billetes que imprimió.
Preguntado-
si tiene algunos billetes de los que imprimió y dónde los tiene: dice que tiene
algunos billetes que quedaron porque Moreno no los quiso llevar; pero que
ignora dónde los tiene, que sin embargo deben estar en su casa o en su
imprenta.
Preguntado-
si sabe que en Paraguay haya moneda falsa en circulación, qué clase de moneda
es la falsificada y cómo lo sabe: dijo que no ignora.
Preguntado-
Si la orden que dijo que recibió del Señor General López fue por escrito y si
la tiene en su poder dijo que él no recibió la orden del Señor General
directamente, sino que habiendo venido Moreno a esta ciudad le mostró una Orden
de aquél en que lo autorizaba para mandar imprimir los billetes, y que por
consiguiente no tiene ningún documento en su poder.
Preguntado-
si ha recibido alguna cantidad de dinero de Moreno, cuánto ha sido y con qué
objeto: dijo: que a más del valor de la impresión que se le pagó, Moreno le dio
anticipadas 59 onzas de oro que el Señor General López debió abonarle por la
subvención al Periódico Las Novedades que
él redactara en esta ciudad.
Preguntado
qué tipos compró al grabador Cataldi y a otros con el objeto de servirse para
la impresión de los billetes- Dijo, que los tipos que mandó a hacer a Cataldi
fueron las firmas que debían llevar los billetes, que éstas eran dos, cuyos
nombres no recuerda; y que habiéndose recibido de Moreno él las considera con
poder, hallándose en su cuarto en la imprenta.
Preguntado-si
ha tenido correspondencia escrita con Moreno, y dónde se halla ésta- dijo, que
ha tenido alguna correspondencia escrita con Moreno, y que en su cajón debe
existir alguna carta suya.
Preguntado-
si conserva la forma con que hizo los billetes-: dijo que no, porque después de
concluida la impresión deshizo la forma- Con lo cual se concluyó esta
declaración…
El citado general Francisco Solano López era hijo del presidente Carlos Antonio López, llegaría a ser el segundo presidente constitucional de Paraguay y murió en combate durante la Guerra de la Triple Alianza en 1870 Se encontraba en Buenos Aires y prestó una capital ayuda como mediador justo en estas fechas, el 11 de noviembre de 1859, para la firma del Pacto de San José de Flores entre los generales Justo José de Urquiza y Bartolomé Mitre, para la introducción del Estado de Buenos Aires en la Confederación Argentina.
Dado que las pruebas presentadas y los testimonios de otros interrogados le imputaban, finalmente Benito Hortelano hizo una nueva declaración. Continúa el expediente explicando que:
En virtud de la nueva declaración de Hortelano se procedió a buscar nuevamente los objetos indicados y fueron hallados en la imprenta de Mayo, calle de Belgrano dentro en un cajón ocupado con viñetas de imprenta los dos sellos con las firmas de los señores don Manuel Ferriol y don Saturnino Bedoya, y algunas viñetas y tipos que habían servido para imprimir los billetes; se encontró también una llave en uno de los cajones del escritorio de Hortelano, que resultó ser la de un baúl que se hallaba en la casa habitación de éste, calle de Salta nº59, y que abierto resultó estar lleno de ropa de uso, encontrándose en el fondo debajo de toda la ropa, seis paquetes con dos mil ciento y dieciocho billetes de moneda del Paraguay de a 3 pesos cada uno, todo lo cual se trajo a este departamento.
…
Que
los dos sellos de la República del Paraguay y las firmas del Presidente López
las hizo el grabador Lorenzo Almada, y que los demás tipos pertenecían a su
imprenta.
En vista de las actuaciones, Félix Egusquiza solicitó que todos los imputados fueran entregados al gobierno de la República de Paraguay, dado que, a pesar de no haber tratado de extradición firmado, existía el convenio tácito entre todas las naciones de entregarse recíprocamente a los falsificadores de moneda, dado que “…ligado como está el comercio de todo el mundo, es de sostener común a todas las naciones la persecución y castigo de esta clase de criminales”. Ante la negativa del Ministro de Gobernación, que afirmó que el conocimiento de esta causa y el castigo del delito competían a los tribunales del país, Egusquiza solicitó el embargo de todos sus bienes, a lo que según las autoridades porteñas tampoco hubo lugar.
La documentación incluida en este expediente llega hasta 1862. Hay que tener en cuenta que poco tiempo después, como parte de las Guerras Platinas y en parte debido a la agresiva política del citado Francisco Solano López en los asuntos rioplatenses, se desencadenó la conocida como Guerra de la Triple Alianza, el conflicto bélico más sangriento de la historia en Iberoamérica.
Las nuevas emisiones de billetes paraguayos
Mientras tanto, por Decreto de fecha 7 de marzo de 1860 se mandó recoger de la circulación el billete nacional de tres pesos y el falsificado de la misma clase, fabricado en la ciudad de Buenos Aires por el español Benito Hortelano. Para ello, el encargado del despacho del papel moneda, el ciudadano Juan Gregorio Valle, habiéndose recibido de los billetes de a tres pesos del nuevo cuño pagaría con ellos desde el primero de agosto, por cuenta del Tesoro Nacional los billetes suprimidos de a tres pesos, y los billetes falsos de la misma clase, por cuenta del producto de los bienes del falsificador Juan Moreno. La prelación para recibirlos sería primero el ejército y los habitantes de las seis parroquias de Asunción, y posteriormente el comisionado haría llegar sus avisos a los Comandantes de las Villas y a los jueces de Paz de las demás jurisdicciones de la República, para que acudiesen a recibir sus indemnizaciones, a fin de evitar aglomeraciones.
En otro Decreto de
la misma fecha, y por razón de dicha falsificación, se ordenó que el Tesoro
Nacional emitiría nuevos billetes, distintos a los anteriores, en una emisión
de 900.000 pesos, en billetes de medio, uno, dos y cuatro reales, y en billetes
de uno, dos y tres pesos. Las cantidades fijadas fueron de 10.000 pesos para
billetes de medio real, 25.000 pesos para los billetes de un real, 50.000 pesos
para los billetes de dos reales y 100.000 pesos en billetes de cuatro reales,
415.000 pesos en billetes de uno y dos pesos por mitad y 300.000 pesos en
billetes de tres pesos, sumando así el total de las siete partidas los 900.000
pesos.
Los billetes debían
llevar el sello de Hacienda en la parte superior, a la derecha estampada la
rúbrica del Gobierno Nacional y en la inferior, las firmas y rúbricas
originales de los ciudadanos autorizados por el Decreto para la habilitación de
los billetes. Los billetes de a real y medio real llevarían la rúbrica del
Gobierno Nacional y del Colector General. Mientras que los billetes de dos
reales serían numerados, firmados y rubricados por los ciudadanos Elías
Ortellado y Antonio Irala, los de a cuatro reales por los ciudadanos Matías
Perina y Juan Esteban Molina, los de a un peso por Benigno González y
Feliz Larrosa, los de a dos pesos por Miguel Berges y Agustín Trigo,
y los de a tres pesos debían ser firmados por los ciudadanos José Falcón y
Manuel Ferriol. Se dispuso asimismo que continuarían en circulación los
billetes de uno y dos pesos, y de a cuatro, dos, uno y medio real hasta nueva disposición
Benito Hortelano
Nacido en Chichón el
3 de abril de 1819, trabajó en el campo hasta los 17 años, cuando se trasladó a
Madrid y estudió por su cuenta artes gráficas. Ya establecido como editor e
impresor, publicó obras históricas, literarias y científicas, así como folletos
políticos. Fue asimismo el editor de periódicos políticos como El Observador y El Tío Camorra. Descubrió un complot
contra Isabel II, por lo que fue propuesto para la concesión de la Cruz
laureada de San Fernando, que finalmente recibió ya establecido en Buenos Aires
en 1856. Participó en la revolución de Madrid del 7 de mayo de 1848, por lo que
tuvo que exiliarse, primero en Francia y posteriormente en Buenos Aires, donde
llegó en 1849.
En Buenos Aires
trabajó como tipógrafo en el periódico Diario
de Avisos entre este año y 1851, para posteriormente fundar los periódicos
políticos El Agente Comercial del Plata,
Los Debates y la revista satírica La Avispa. Fue uno de los fundadores de
la primera colectividad española emigrante en Buenos Aires junto a Francisco
Gómez Díez, Vicente Rosa y José Miguel Bravo, y del periódico El Español, que defendía los
intereses de la colonia peninsular.
Además de esta
actividad, fue asimismo negociante de libros, fundando en 1852 la Librería Hispano Americana, que se
convirtió en la librería de moda de la capital bonaerense, a la que añadió una
imprenta adquirida en Uruguay. Fue un gran divulgador de la literatura
española, y nunca abandonó su actividad periodística, como fue la publicación
de la revista La Ilustración Argentina,
el primer periódico ilustrado del país, ni cultural, con la fundación del Casino Bibliográfico. En los siguientes
años publicó los periódicos Las Novedades en 1859, El Eco Español en 1861 y La
España en 1863. Simultáneamente, construyó el teatro El Porvenir, donde actuaron algunas compañías dramáticas españolas.
Destacable es su Manual de tipografía para uso de los tipógrafos del Plata, publicado en 1861, coincidiendo cronológicamente
con el juicio que estudiamos por falsificación.
Hortelano es también recordado por su filantropía, dedicación y ayuda a
sus compatriotas más desfavorecidos. Fruto de ello fue la fundación del Hospital
Español de Buenos Aires en 1871, para el auxilio de los españoles víctimas
de la fiebre amarilla, a lo que dedicó sus esfuerzos hasta que contrajo él
mismo la enfermedad y murió el día 13 de marzo de este año.
Dejó inacabadas sus Memorias, que fueron encontradas años
después y publicadas por Espasa Calpe en Madrid en 1936. Las mismas, escritas
en un lenguaje sencillo, son un buen referente para el análisis de la situación
política y social de la España de la primera mitad del siglo XIX, así como de
veinte años de la de Argentina y, en menor medida, de Uruguay y Paraguay. Las
mismas acaban en 1860, pero no hay ninguna mención ni a esta falsificación ni al
proceso en su meticulosa obra. Si se hace referencia en la misma a Juan Moreno,
cuando afirma que su socio Juan José Pérez se alojó en su casa, y le describe
como un comerciante fuerte habilitado por la casa de Lerica.
Documentos en el Archivo General de
Asunción
Copia de la causa
criminal seguido en oficio a Benito Hortelano por falsificación en Moneda del
Tesoro, Sección Historia, vol. 444, nº1, año 1862.
Continuación de la
copia de la causa criminal seguido en oficio a Benito Hortelano por
falsificación, Sección Historia, vol. 444, nº6, año 1862.
Expediente sobre
billetes falsificados introducidos en el Paraguay, Sección Historia, vol. 308,
nº4, 1853.
Para saber más:
ANTAR MOREL, R., “Falsificación de monedas en Paraguay”, Minerva Magazine Of Science, 2014.
BUONOCORE, D, Libreros, editores e impresores de Buenos Aires, Buenos Aires,
1945.
GILL AGUINAGA, J.B., “La primera
falsificación de billetes paraguayos”, Instituto
de Numismática del Paraguay, nº 1, 1971.
HORTELANO,
B., Memorias,
Madrid, 1936.
http://billetesdelparaguay.blogspot.com/2010/10/juan-b-gill-aguinaga-la-primera.html
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