Publicado en El Tinto Numismático, Vol. III, nº 1, 2023
https://www.academia.edu/103177122/La_Oficina_Pro_Cautivos_durante_la_Primera_Guerra_Mundial
Tras el estallido de la Primera Guerra Mundial y en una España neutral en el conflicto, en octubre del mismo año de 1914 se abrió la conocida como Oficina Pro Cautivos, con capital exclusivamente privado de la corona española, con el objeto de localizar a combatientes y civiles desaparecidos o cautivos de todos los países contendientes, ponerles en contacto con sus familiares e intentar repatriarlos. El enorme volumen de las solicitudes recibidas lo fue por correo postal, así como también las comunicaciones realizadas por la Oficina del inicio de las investigaciones.
La Oficina Pro Cautivos del Palacio Real de Madrid
El origen de la misma se encuentra en la carta que una lavandera francesa remitió a Alfonso XIII en el otoño del primer año de guerra, para que le ayudase a localizar a su marido, dado por desaparecido en la batalla de Charleroi. El rey ordenó a las delegaciones diplomáticas españolas en Paris y Berlín que se informaran sobre el caso, gestiones que dieron como resultado su localización en un campo de prisioneros. Tras informar personalmente el monarca a la mujer de ello, la noticia trascendió a la prensa, por lo que cientos de ciudadanos franceses comenzaron a escribir al monarca para localizar a sus familiares, y comenzaron a llegar cartas en grandes cantidades desde todos los países involucrados en el conflicto.
El aluvión de peticiones llevó a que el soberano decidiese fundar una oficina para tramitarlas, que se abrió oficialmente en un desván del Palacio de Oriente de Madrid el 24 de octubre de 1914. Si al principio contaba únicamente con siete trabajadores, con el tiempo llegó a contar con una plantilla de más de cincuenta personas, entre empleados, colaboradores y voluntarios, que hablaban varios idiomas. Para clasificar la información, dado que en ocasiones llegaban hasta 20.000 cartas en un solo día, se estableció un sistema añadiendo a cada expediente una cinta de color negro, en caso de fallecimiento, blanca cuando eran encontrados y roja para las personas todavía no localizadas.
Dividida en diez departamentos, tramitó durante la Gran Guerra más de un cuarto de millón de solicitudes de información sobre prisioneros o desaparecidos, 25.000 sobre familiares en territorios ocupados, más de 5.000 de repatriación de heridos y unas 500 peticiones urgentes de indulto. De sus gestiones se beneficiaron 122.000 prisioneros franceses y belgas, 7.950 británicos, 6.350 italianos, 400 portugueses, 350 estadounidenses y 250 rusos. Los gobiernos en guerra decidieron que la administración de sus residencias diplomáticas en países enemigos pasara a España mientras durara el conflicto, y aceptaron que la diplomacia española participara, junto a la Cruz Roja y otros países neutrales, en la inspección de los campos de prisioneros.
En base a ello, los militares españoles realizaron más de 4.000 visitas a campos de concentración, se consiguió enviar a zonas seguras a más de 70.000 civiles y en los puertos españoles se canjearon 21.000 prisioneros. Según los archivos, se dio servicio a peticiones procedentes de los cinco continentes. Uno de sus logros fue la repatriación de 20.000 civiles franceses de los territorios ocupados por Alemania y transportados a campos de internamiento, que fueron liberados en pocos meses, por lo que a partir de entonces el monarca español fue considerado por Francia un Héroe de Guerra.
Desde el 4 de noviembre de 1914, pocos días después de la creación de la Oficina, se concedió franquicia de porte a la correspondencia expedida por los militares de países beligerantes a sus familias residentes en España. Entre los gastos de esta Oficina, una parte importante de los mismos venía dedicado, además de a las nóminas de los empleados y a diverso material de oficina, a los necesarios franqueos para las comunicaciones a las familias.
Entre las personalidades a las que prestó su ayuda la Oficina se encontraban el actor francés Maurice Chevalier, el pianista polaco Arthur Rubinstein, el historiador belga Henry Pirenne o el bailarín ruso Vaslav Nijinski. También se intentó desde esta oficina la liberación de la familia imperial rusa, una petición que no tuvo eco entre las demás monarquías europeas, por lo que no se pudo evitar finalmente la ejecución del Zar, la Zarina y cinco de sus hijos.
La España neutral
Otro de los servicios prestados por Alfonso XIII fue su participación en la creación de la Commision for Relief in Belgium, un organismo privado con bandera propia que suscribió acuerdos con los estados beligerantes, bajo el patrocinio de España, Países Bajos y Estados Unidos. La misma llevó a cabo numerosos envíos de ayuda y alimentos a Bélgica y el norte de Francia distribuidos por la Cruz Roja belga. Tras la entrada de los Estados Unidos en la guerra, este organismo recibió el nombre de Comité Hispano-Néerlandais pour la Protection du ravilallement de la Belgique et du Nord de la France.
Tras la generalización de la Guerra Submarina, en marzo y abril de 1917, Alemania hundió seis buques hospitales británicos, alegando que eran dedicados a otros fines. Francia amenazó en respuesta a ello con embarcar prisioneros alemanes, y Berlín anunció que por cada preso de su nacionalidad situaría a tres galos en los lugares más expuestos a los bombardeos aliados. Por ello, Alfonso XIII propuso la presencia de observadores españoles en estos buques, lo que fue aceptado. Importante fue igualmente la ayuda a la evacuación alemana de Camerún, al trasladar la Armada española a un millar de soldados alemanes y a tres mil militares indígenas, lo que fue personalmente agradecido por el Kaiser Guillermo II.
En enero de 1917, se firmó un acuerdo entre Francia y Alemania relativo a las comunicaciones postales desde y hacia España. Este extremo fue informado por la Oficina Central de Correos germana el 31 de enero, recogiendo que el gobierno francés había expresado su voluntad de permitir el paso a través de Francia de cartas y postales dirigidas hacia o desde alemanes residentes libres en España, siempre que solo contuviesen noticias familiares, y que siempre debían llevar la inscripción “Nouvelles / Affaires de famille” en el lado de la dirección.
En mayo de 1917, durante la Asamblea Suprema de la Cruz Roja Española reunida en Madrid, por expreso deseo de la Reina Victoria Eugenia se propuso al doctor Fernando Calatraveño la organización de la enseñanza de Enfermeras de la Cruz Roja de España, constituyéndose durante este año el Cuerpo de Damas Enfermeras de la Cruz Roja española. Las mismas deberían, en el ejercicio de sus funciones, prestar en calidad de auxiliares de la Sanidad del Ejército y la Armada y de sus médicos asistencia gratuita a los enfermos y heridos, tanto en tiempos de paz como de guerra.
Reconocimientos a su labor
La labor de esta Oficina fue ampliamente elogiada en la prensa internacional, aunque tuvo un eco menor en la propia prensa española. Fue igualmente reconocida por los gobiernos de la República Francesa, el Reino Unido, los Estados Unidos, Bélgica y la recién creada Sociedad de Naciones. Por su labor, Alfonso XIII fue candidato al Premio Nobel de la Paz dos veces, en el año 1917 y nuevamente en 1933, una vez había sido ya derrocado y se encontraba en el exilio.
Pero posiblemente el mayor reconocimiento
popular que recibió el soberano fue durante el viaje que le llevó a su exilio
en Roma, cuando en las ciudades de Marsella, Paris y Londres su familia fue
recibida por entusiastas multitudes compuestas de personas que no habían
olvidado el papel que esta Oficina Pro Cautivos había desempeñado en la mejora
de la situación de centenares de miles de combatientes y civiles durante la
Gran Guerra. En París, diez mil personas
se congregaron en la Gare de Lyon, rompieron los cordones de seguridad y
acompañaron al monarca hasta el Hotel
Maurice, entre aclamaciones y gritos de Vive
le Roi!
Bibliografía consultada:
Barreiro, Cristina, “La labor humanitaria de
Alfonso XIII durante la Gran Guerra. En busca de desaparecidos”, El Debate de Hoy, 26 de octubre de 2017.
Díaz, Jorge, Cartas a Palacio, Penguin Random House, 2014.
García Rivas, Manuel, “Alfonso XIII y la
labor humanitaria de España”, Revista
española de Defensa, 2014, pp. 60-61.
Miralles Sangro, María Teresa, El Prodigio de la Filatelia, 2021.
Rodríguez Dávila, Javier, La labor humanitaria de España durante la Gran Guerra: Alfonso XIII y la Oficina Pro-Cautivos, Trabajo fin de Master, UAM, Facultad de Filosofía y Letras, 2015.
Oficina Pro Cautivos
- Wikipedia, la enciclopedia libre
La función de España
en la correspondencia alemana durante la I Guerra Mundial (calameo.com)
Fotos: Prisioneros de guerra | Cultura | EL PAÍS (elpais.com)
No hay comentarios:
Publicar un comentario