Publicado en UNAN Numismática, nº 43, Julio-Agosto 2021, pp. 75-92
Entre los años 1828 y 1834 las autoridades
españolas de las Islas Filipinas dictaron varios bandos en los que se ordenaba
la reacuñación, y posteriormente el resello, de toda la moneda en circulación
acuñada en las provincias insurrectas de América, alegando que no se tenía la
debida seguridad en su ley y peso, al considerarse el territorio de procedencia
en estado anárquico. Dichos resellos se consideraron asimismo necesarios con el
fin de evitar la escasez de numerario en el archipiélago debido a la importante
extracción que se hacía de los pesos con destino a China y otros lugares.
Among the years 1828 and 1834, the Spanish authorities of the Philippine Islands dictated several Edicts in which was ordered the re-minting, and later the counterstamping, of all the currency in circulation minted in the insurrectionary provinces of America, alleging that it did not have the due security in its fine and weight when considering the territory of origin in an anarchic state. These counterstamps were also considered necessary in order to avoid the shortage of cash in the archipelago due to the important extraction that was made of the pesos, dollars, destined for China and other places.
La primera reacuñación / First counterstamp
En fecha 13 de octubre de 1828 don Mariano Ricafort[1], Capitán General de Filipinas y presidente de su Real Audiencia, emitió un bando para proceder al resellado de las monedas procedentes de las provincias de América en insurrección. Según sus palabras, su libre circulación no podía ser autorizada, dado que supondría por un lado la aprobación tácita de su rebelión, y por otro cargar al comercio nacional y extranjero, a los agricultores y a los artistas de las islas con el gravísimo inconveniente de recibir en pago unos pesos sin la debida seguridad en su cabal peso y ley, u otros defectos de una moneda… “acuñada por un Gobierno revolucionario y en un país envuelto, desgraciadamente, en la anarquía”. Por otro lado, Ricafort reconocía que de prohibirse su introducción, el territorio se exponía en un breve espacio de tiempo a la escasez de numerario, debido a la considerable extracción de moneda que se producía hacia China, Bengala y otros puntos, de donde no solía volver. Dicho dinero acuñado por “los disidentes de América” llegaba en buques de bandera extranjera, para con el mismo hacer sus especulaciones mercantiles, y según su testimonio había ya considerables sumas de ellos en circulación en las islas.
On October 13, 1828, Don Mariano Ricafort[2], Captain General of the Philippines and President of its Royal Audience, issued a decree to proceed with the re-minting of the coins from the insurrectionary provinces of America. According to his testimony, their free circulation could not be authorized, since it would imply on the one hand the tacit approval of their rebellion, and on the other hand, burden national and foreign trade, farmers and artists of the islands with the very serious inconvenience of receiving those pesos without due security in their full weight and law, or other defects of a currency ... "minted by a revolutionary government and in a country involved, unfortunately, in anarchy." On the other hand, Ricafort recognized that if its introduction was prohibited, the territory was exposed in a short space of time to the shortage of cash, due to the considerable extraction of currency that took place towards China, Bengal and other points, from where it did not usually return. Said currency coined by "the dissidents of America" arrived in ships of foreign flag, to make their mercantile speculations, and according to his testimony there were already considerable sums of them in the currency of the islands.
Por todo ello, y en base a los informes
emitidos por la Real Hacienda, el Excelentísimo Ayuntamiento de Manila, el Real
Tribunal del Consulado y el Ministerio
Fiscal, por Superior Decreto de 6 de octubre se ordenó que se procediese al
establecimiento de la oficina de resello, dotada de todo lo necesario para
verificar los pesos ante ella presentados. Se estableció un derecho de un 1% a
los interesados, que debían responder de los que se resultasen defectuosos tras
el reconocimiento realizado por los empleados nombrados al efecto, bajo la
dirección de los Ministros de la Real Hacienda. El cambio de estas monedas ya
se había reglamentado por los Decretos de 17 de junio y 8 de julio de 1826, en
los que se fijaban las inscripciones y signos que debían estamparse en el
anverso y reverso de las monedas. Con esta nueva estampa, dichos pesos
recibirían la misma estimación que los de antiguo cuño de las Reales Casas de
Moneda de América y de los acuñados en la Península.
Therefore, and based on the reports issued by the Royal Treasury, the Manila City Council, the Royal Consulate Court and the Prosecutor's Office, by Superior Decree of October 6, it was ordered that the establishment of the office of reseal, equipped with everything necessary to verify the weights presented before it. A 1% right was established for the interested parties, who had to respond to those pesos that were found to be defective after the recognition made by the employees appointed for this purpose, under the direction of the Ministers of the Royal Treasury. The exchange of these coins had already been regulated by the Decrees of June 17 and July 8, 1826, in which the inscriptions and signs that had to be stamped on the obverse and reverse of the coins were fixed. With this new stamp, these pesos would receive the same estimate as those of the old mints of the Royal Mints of America and those minted in the Peninsula.
Las leyendas y símbolos mencionadas son visibles en los ejemplares conocidos. La leyenda del anverso es HABILITADO POR EL REY N· S·FERN·VII, alrededor de un escudo de tipo casulla o piel de toro coronado, con castillos y leones cuartelados, granada en punta y escusón de Borbón en su centro. Es cierto que en algunos de los ejemplares conservados dicha leyenda o bien no aparece o no es legible. Como recoge la obra monográfica “Monetario español de las Islas Filipinas”, el resellado se produjo, o al menos se conservan ejemplares de ello, en 1828 sobre pesos de 8 soles de la República Boliviana, 8 reales del Imperio Mexicano, 8 reales de las Provincias Unidas del Río de la Plata, 8 reales de la República Mexicana y 8 reales de la República del Perú, existiendo dos tipos diferentes de los penúltimos y tres pesos peruanos de diferentes emisiones resellados.
The legends and symbols mentioned are visible on known specimens. The legend on the obverse is ENABLED BY KING N · S · FERN · VII, around a chasuble-type or bull's skin crowned shield, with castles and quartered lions, a pointed pomegranate and a Bourbon escuson in its centre. It is true that on some of the coins preserved this legend either does not appear or is not legible. As stated in his monographic work "Spanish Monetary of the Philippine Islands", the counterstamp was produced, or at least copies of it are preserved, in 1828 on dollars of 8 soles from the Bolivian Republic, 8 reales from the Mexican Empire, 8 reales from the Provinces United of the Río de la Plata, 8 reales from the Mexican Republic and 8 reales from the Republic of Peru, with two different types of the penultimate and three Peruvian pesos of different counterstamped issues.
Los mismos cuños se utilizaron el año siguiente, 1829, para resellar las onzas de ocho escudos de la República de México en circulación, otorgándoles un valor de 16 pesos. Dado que el flujo de estos pesos no se interrumpió, en el año 1830 se realizaron nuevos resellados de pesos procedentes de las repúblicas de Bolivia, México y el Perú. Los cuños son en todo semejantes a los vistos para 1828, si bien cambia el año y es notable, al menos en los ejemplares conservados, el uso generalizado a modo de gráfila de una orla rallada para tapar o al menos hacer menos legibles las leyendas de las monedas originales, que ya se observa en ejemplares resellados en 1828.
Basso recoge en relación a lo anterior que poco después de iniciarse las operaciones la maquinaria utilizada se estropeó, posiblemente por la poca pericia de los contratistas chinos que estaban a cargo de la reacuñación. Esa habría sido la razón para eliminar dicha orla aserrada durante las labores realizadas a finales de 1828. En todo caso, como antes se comentaba, al menos por los ejemplares que aparecen periódicamente en las subastas numismáticas, parece que se volvió a utilizar en los años 1829 y 1830, si bien los resellos de estos dos años son extremadamente escasos y no se conocen de este tipo de los años 1831 y 1832.
The same stamps were used the following year, 1829, to counterstamp the ounces of eight escudos of the Republic of Mexico in circulation, giving them a value of 16 pesos. Since the flow of these pesos was not interrupted, in 1830 new reseals of dollars from the republics of Bolivia, Mexico and Peru were made. The stamps are in every way similar to those seen for 1828, although the year changes and it is notable, at least in the preserved coins, the generalized use as a graph of a grated outline to cover or at least make less legible the legends of the original coins, which can already be seen in re-coined issues in 1828.
Basso affirms in relation to the above that shortly after operations began, the machinery used broke down, possibly due to the lack of expertise of the Chinese contractors who were in charge of the counterstamp. That would have been the reason for eliminating said sawn border during the work carried out in late 1828. In any case, as previously mentioned, at least because of the specimens that appear periodically in numismatic auctions, it seems that it was used again in the years 1829 and 1830, although the counterstamps of these two years are extremely scarce and there are no known of this type of the years 1831 and 1832.
Los
resellos de 1832/ 1832 countermarks
Nuevamente en 1832, por Bando del Superior Gobierno de 27 de octubre de este año, el nuevo Capitán General Pascual Enrile[3] dispuso que, al haberse inutilizado la maquinaria utilizada para los resellos anteriores, y a la vista del demérito que las monedas de las nuevas repúblicas sufrían por este sistema, se realizase un nuevo resello, con un punzón más sencillo, consistente en un pequeño óvalo con la cifra F.7. º coronada. Este resello debía igualmente servir para la moneda de cuño español que procedente de China llegaba resellada. Aunque no se cita en dicho Bando, a finales del siglo XVIII se llevó a cabo una falsificación masiva de reales de a ocho, por lo que se generalizó el resello de la moneda recibida en China para garantizar la legitimidad de la misma, sirviendo este resello para los mismos efectos y para su circulación en Filipinas. En vez del 1% visto anteriormente, se redujeron los derechos a satisfacer por sus tenedores a un real por cada cien pesos.
Once again in 1832, by the Superior Government of October 27 of this year, the new Captain General Pascual Enrile[4] ordered that, since the machinery used for the previous reseals had been rendered useless, and in view of the demerit that the coins of the new republics suffered by this system, a new countermark was ordered, with a simpler punch, consisting of a small oval with the figure F.7. º crowned. This counterstamp should also be used for the Spanish minted coin that arrived from China countermarked. Although it is not cited in this Edict, at the end of the 18th century a massive counterfeiting of reals of eight-Spanish dollars- was carried out, so the countermark of the currency received in China was generalized to guarantee its legitimacy, serving this countermark for the same purposes and for allow its circulation in the Philippines. Instead of the 1% seen above, the rights to be paid by their holders were reduced to one real for every one hundred pesos.
Este resello se utilizó durante los años 1832 a 1834. El 4 de septiembre de este último año, un nuevo Bando aclaraba que en relación a la confusión creada por otro Bando de fecha 27 de agosto en contestación a una consulta del Tesorero de la Real Renta de Tabacos, a causa de seis pesos en los que quedaba claro que habían sido agujereados con sacabonado para la extracción del metal que faltaba, muchos habían entendido que se prohibía absolutamente la circulación de toda la moneda agujereada, raída o limada. Habiendo hecho analizar gran cantidad de pesos de plata y onzas de oro que parecían defectuosas, el Superior Gobierno había llegado a la conclusión de que no había nada que los hiciera desmerecer. Por ello, se ordenaba que si se notase extracción de metal en las monedas, se observaría en las Reales Tesorerías. Administraciones y Fielatos de las provincias, y podrían rechazarse entre particulares. Aunque la moneda estuviese agujereada, si llevasen un resello por ambas caras sobre el mismo, una operación que sería gratuita, serían de curso corriente, al igual que los demás pesos y onzas en circulación. Finalizaba el bando afirmando que no había sido de consideración del Gobierno el tratar de la plata y oro menudos, que deberían continuar su curso sin alteración.
This counterstamp was used during the years 1832 to 1834. On September 4th of 1834, a new Edict clarified that in relation to the confusion created by another Edit dated August 27th in response to a query from the Royal Income Treasurer of Tobacco, because of the six dollars in which it was clear that they had been pierced with perforating punches to extract the missing metal, many had understood that the circulation of all the perforated, frayed or filed currency was absolutely prohibited. Having had a large quantity of silver dollars and gold ounces analyzed that seemed defective, the Superior Government had come to the conclusion that there was nothing to detract from them. For this reason, it was ordered that if metal extraction was noticed in the coins, it would be observed in the Royal Treasuries. Administrations and Fielatos of the provinces, and could be rejected among individuals. Even if the coin were perforated, if they had a double-sided stamp on it, an operation that will be free, they would be current, like the other dollars and ounces in circulation. The Edict ended by stating that it had not been in the Government's consideration to deal with small silver and gold coins, which should continue their course without alteration.
El pequeño tamaño de este resello, del que existen unas veinte variantes, para el que se utilizaron punzones de entre 7,5 y 9,5 milímetros, y el hecho de que, como es visible en los ejemplos que ilustramos, se colocase en lugares donde no alterase significativamente los motivos de la moneda originaria, hacen de estas piezas bellos objetos de colección. Asimismo, es posible encontrarlo sobre acuñaciones de prácticamente todas las nuevas repúblicas iberoamericanas, si bien los ejemplares que se conservan de onzas son escasos o incluso únicos. Así, hay ejemplares batidos en Bolivia, República del Centro de América, Imperio y República de México, Perú, Provincias del Río de la Plata en incluso sobre los ya resellados 960 reis brasileños.
The small size of this counterstamp, of which there are about twenty variants, for which were used punches between 7.5 and 9.5 millimetres, and the fact that, as in the examples we illustrate, it was placed in spaces where the motifs of the original coin aren’t significantly altered, they make these pieces beautiful collector's items. Likewise, it is possible to find it on mints of practically all the new Ibero-American republics, although the copies that are conserved of ounces are scarce or even unique. Thus, there are specimens milled in Bolivia, the Republic of Central America, the Empire and the Republic of Mexico, Peru, the Provinces of the Río de la Plata, even on the already counterstamped 960 Brazilian reis.
Como antes se ha comentado, el mismo se utilizó igualmente como verificación de aquella moneda que, habiendo tomado la derrota de China, volvía al archipiélago portando resellos realizados en este Imperio. Por ello, está presente en moneda de cuño español de las Casas de Moneda de los Reinos de las Indias, pudiéndose encontrar sobre moneda columnaria de mundos y mares, así como sobre pesos de ocho reales de busto acuñados por Carlos III, Carlos IV y Fernando VII. Estas monedas son fiel reflejo de su época, y son un documento en sí mismo, inalterado salvo por estos resellos que portan que autorizan su circulación, que nos proporciona una información de primera mano de la amplísima distribución que alcanzó la moneda nacional de cuño español, acuñada en sus cecas ultramarinas.
As mentioned before, it was also used as a verification of that coin that, having taken his route for China, returned to the archipelago bearing counterstamps made in this Empire. For this reason, it is present in Spanish minted coins of the Mints of the Kingdoms of the Indies, being able to be found them on two worlds Spanish milled dollars, as well as on bust pieces of eight minted in the reign of Charles III, Charles IV and Ferdinand VII. These coins are a true reflection of their time, and a document in themselves, unaltered except for the counterstamps that they carry and authorized their circulation, which provide us with first-hand information on the very wide distribution reached by the Spanish-minted national currency, minted in its American mints.
Este resello se utilizó asimismo sobre moneda fraccionaria, de medio, un cuarto y un octavo de peso, o cuatro, dos y un real, abundando los ejemplares procedentes de las distintas cecas de la República de México durante el reinado de Fernando VII, aunque aparecen también ejemplares de otras repúblicas durante el reinado de su hija. Se citan en algunas publicaciones resellos de Fernando VII y los subsiguientes de Isabel II también sobre algunas monedas extranjeras, en particular sobre moneda francesa, italiana o incluso austriaca, así como sobre moneda metropolitana acuñada en las cecas peninsulares. Como en muchos otros casos, el coleccionista ha de tener mucho cuidado con las falsificaciones.
This resealing was also carried out on fractional currency, of half, a quarter and an eighth of a peso or dollar, or four, two and one real or bit, and there are coins from the different mints of the Republic of Mexico during the reign of Fernando VII, although coins of other republics also appear during the reign of his daughter. In some publications, counterstamps of Ferdinand VII and the subsequent ones of Isabel II are also cited on some foreign currencies, in particular on French, Italian or even Austrian currency, as well as on metropolitan coins minted in the peninsular mints. As in many other cases, the collector has to be very careful with counterfeits.
En cuanto a la moneda perforada, de la que existen ejemplares, es muy probable que se tratase de arras nupciales, dado que al parecer en Filipinas era muy común taladrar moneda con este fin para unirlas y facilitar su manejo. Como en muchos otros lugares de la América española o incluso de la propia España, eran asimismo utilizadas para hacer collares y otros adornos femeninos, y probablemente se utilizaran igualmente como medallas. Esta forma de tesaurizar era además una forma de ahorro. Probablemente, en estas circunstancias y siendo el Gobernador consciente de ello, no solamente no las privó de curso legal sino que fijó que su resello se hiciese sin coste alguno.
As for the perforated coin, of which there are specimens, it is very likely that it was a wedding deposit, since apparently in the Philippines it was very common to drill coins for this purpose to unite them and facilitate their handling. As in many other places in Spanish America or even Spain itself, they were also used to make necklaces and other feminine adornments, and were probably also used as medals. This form of hoarding is also a form of savings. Probably, in these circumstances and with the Governor being aware of it, he not only did not deprive them of legal tender but he also arranged for their countermarked to be done at no cost.
Debemos al numismático norteamericano Frank F. Gilboy un serio, riguroso y documentado estudio sobre los diseños y la distribución de las variedades de coronas y leyendas de los punzones utilizados para estos resellos y los de Isabel II. Partió de la hipótesis de que el uso de estos punzones implicaba su sustitución anual, y la modificación tanto de la corona como de la grafía de las iniciales utilizadas en cada uno de ellos. Para ello estudió la base de dichas coronas, los arcos de separación de las mismas, su estructura, diámetro y la organización de las perlas que la adornan, así como la diferente caligrafía usada. Una vez determinados los diferentes tipos, estableció la relación de cada uno de ellos con el año en que fue utilizado con el estudio de las monedas reselladas con los mismos, partiendo del hecho de que una moneda recién acuñada en América tardaba unos dos meses en llegar a las islas, y de que el porcentaje de los primeros y últimos años de cada reinado debía ser menor al no coincidir con el año natural, estableció la correspondencia que reproducimos en anexo.
We owe to the North American numismatist Frank F. Gilboy a serious, rigorous and documented study on the designs and distribution of the varieties of crowns and legends of the punches used for these countermarks and those of Isabel II. Starting from the hypothesis that the use of these punches implied their annual replacement, and the modification of both the crown and the letters of the initials used in each one of them. To do this, he studied the base of these crowns, their separation arches, their structure, diameter and the organization of the pearls that adorn them, as well as the different calligraphy. Once the different types had been determined, he established the relationship of each one of them with the year in which it was used with the study of the coins resealed with them, based on the fact that a newly minted coin in America took about two months to arrive to the islands, and that the percentage of the first and last years of each reign should be less as it does not coincide with the calendar year, established the correspondence that we reproduce in annex.
Los resellos a nombre de Isabel II/ The punchmark in the name of Elisabeth II
Cuando llegaron más de un año después a Filipinas las noticias del fallecimiento de Fernando VII el 20 de septiembre de 1833 y la coronación de su hija, la reina niña Isabel II, el 20 de diciembre de 1834 el Gobernador ordenó la sustitución en los punzones de F.7. º por Y.II. Desde esta fecha hasta el 31 de marzo de 1837, cuando el nuevo Capitán General Antonio Salazar[5] ordenó el cese de estas acuñaciones, se estamparon estos cuños sobre onzas de oro, para darles un valor de 16 pesos, y sobre pesos y sus divisores de las nuevas repúblicas iberoamericanas. Si bien los pesos resellados proceden de prácticamente todas ellas, entre las emisiones de oro, escasísimas y estimadas por Xavier Calicó en solamente seis ejemplares, destacan los realizados sobre las onzas de la República de Colombia.
When the news of the death of Ferdinand VII on September 20th, 1833 and the coronation of his daughter, the child queen Elizabeth II reached the Philippines more than a year later, on December 20th, 1834, the Governor ordered the replacement of the punches of F.7. º by Y.II. From this date until March 31st, 1837, when the new Captain General Antonio Salazar[6] ordered the cessation of these counterstamps, these stamps were stamped on ounces of gold, to give them a value of 16 pesos, and on pesos and their dividers of the new Ibero-American republics. Although the resealed pesos come from practically all of them, among the gold emissions, very scarce and estimated by Xavier Calicó in only six specimens, highlight those punchmarked on the ounces of the Republic of Colombia.
Los resellos se siguieron realizando igualmente sobre la antigua moneda de cuño español de las cecas americanas y la moneda perforada, y, a pesar de lo dicho anteriormente hablando de la catalogación realizada por Gilboy, también sobre moneda muy anterior procedente de las repúblicas iberoamericanas, como es el caso entre otros pesos de los acuñados por las Provincias Unidas del Río de la Plata, del Imperio Mexicano o de los pesos del Perú Libre. También hay ejemplares de 960 reis, e incluso se resellaron los pesos de 20 reales de vellón acuñados en la península durante el Trienio Constitucional.
The countermark were also carried out on the old Spanish minted coin of the American mints and the perforated coin, and, in spite of what was said above speaking of the cataloging carried out by Gilboy, also on much earlier currency from the Ibero-American republics, such as, among other pesos, of those minted by the United Provinces of the Río de la Plata, the Mexican Empire or the pesos of the Free Peru. There are also specimens of 960 reis, and even the 20 reales minted in the peninsula during the Constitutional Triennium were punchmarked.
La vigencia del peso mexicano en la circulación del archipiélago durante el siglo XIX / The validity of the Mexican peso in the circulation of the archipelago during the 19th century
Si bien en 1857 se estableció la Casa de Moneda de Manila, para dotar los territorios españoles de Extremo Oriente de numerario, y pocos años después, por Orden de 1861, se decretó la retirada de la moneda de plata hispanoamericana en circulación, que debía ser sustituida por los pesos batidos en esta ceca, como sucedió en todos los países y colonias de Asia y Oceanía en la misma época, los pesos mexicanos se habían convertido en la moneda del comercio. En 1876 se autorizó la circulación de estos pesos mexicanos, que de facto se convirtieron en el circulante más corriente en Filipinas y la Micronesia española hasta 1898, en paridad de valoración con los pesos acuñados en Manila. Tras su ocupación por los norteamericanos, como recogía Pardo de Tavera, se introdujo una nueva moneda de un peso con el valor de cincuenta céntimos de los dólares estadounidenses, y a partir del 1 de enero de 1904 la moneda mexicana no tuvo curso legal en el país.
Although in 1857 the Manila Mint was established to endow the Spanish territories of the Far East with currency, and a few years later, by Order of 1861, the withdrawal of the Spanish-American silver coin in circulation was decreed, which should be replaced by the pesos beaten in this mint, as happened in all the countries and colonies of Asia and Oceania at the same time, the Mexican pesos had become the currency of commerce. In 1876 the circulation of these Mexican pesos was authorized, which de facto became the most common currency circulating in the Philippines and Spanish Micronesia until 1898, in valuation parity with the pesos minted in Manila. After its occupation by the North Americans, as Pardo de Tavera pointed out, a new one peso coin with the value of fifty cents of US dollars was introduced, and as of January 1st, 1904, the Mexican currency had no legal tender in the country.
Bibliografía:
ARTIGAS y CUERVA, M., Historia de Filipinas, Manila, 1916.
BASSO, A.P, Coins, Medals and Tokens
of the Philippines 1728-1974, Manila, 1975.
GILBOY, F.F, "The chronology of the round counterstamps on the
Philippine coinage of 1832-1837", Barrilla,
1984.
HERRERA, A., El Duro. Estudio de los reales de a ocho españoles y de las monedas de
igual o aproximado valor labradas en los dominios de la Corona de España,
Tomo I, Madrid, 1914.
JESÚS, P.I. de, "A Catalogue of the Countermarked Coins of the
Philippines from 1828-1837", Numismatic
Monograph Nº 6, 1950.
PARDO DE TAVERA, T.H., Reseña histórica de Filipinas desde su descubrimiento hasta 1903, Manila,
1906.
VVAA, Numismática Española. Catálogo de todas las monedas emitidas desde los Reyes Católicos hasta Felipe VI, 1474 a 2020, Áureo y Calicó, Barcelona, 2019.
Páginas web:
Monetario español de las Islas Filipinas
(1724-1897). Edición 2021. Descargable aquí
Resellos
de Filipinas. Introducción y Contexto Histórico
NumisBids: Aureo & Calicó S.L. Auction 299 (8 Nov 2017)
[1] Mariano Ricafort
Palacín y Abarca (Huesca, 1776-Madrid, 1846) comenzó su carrera militar en la
Guerra del Rosellón en 1793. Participó asimismo en la Guerra de las Naranjas
(1801) y en la Guerra de Independencia contra las tropas napoleónicas. En 1815
participó en la expedición de Pablo Morillo, pasando al Perú, donde fue
Presidente de la Real Audiencia de Cuzco. Con el grado de brigadier, fue herido
durante el primer sitio de El Callao, siendo invitado por el propio José de San
Martín a trasladarse a Lima para curar sus heridas. Incapacitado para el
servicio militar, se le permitió trasladarse a la península. Fue sucesivamente
Capitán General de Filipinas (1825-1830). Capitán General de Cuba (1832-1834),
Capitán General de Galicia, Ministro del Tribunal Supremo de Guerra y Marina,
Comandante General de las Islas Canarias y Capitán General de Aragón y de
Andalucía.
[2] Mariano Ricafort Palacín y Abarca (Huesca, 1776-Madrid, 1846) began his
military career in the War of Roussillon in 1793. He also participated in the
War of the Oranges (1801) and in the Spanish War of Independence against
Napoleonic troops. In 1815 he participated in Pablo Morillo's expedition, moved
after to Peru, where he was President of the Royal Court of Cuzco. With the
rank of brigadier, he was wounded during the first siege of El Callao, being
invited by José de San Martín himself to go to Lima to treat his wounds. Incapacitated
for military service, he was allowed to move to the peninsula. He was
successively Captain General of the Philippines (1825-1830). Captain General of
Cuba (1832-1834), Captain General of Galicia, Minister of the Supreme Court of
War and Navy, and General Commander of the Canary Islands, Captain General of
Aragon and Andalusia.
[3] Pascual de Enrile y
Acedo (Cádiz, 1772-Madrid, 1836) fue un marino y militar que sirvió en la
Armada durante 23 años. Combatió en las guerras de la Convención, en América
también contra los franceses en Santo Domingo y en las guerras contra Gran
Bretaña. En 1808 se negó en Barcelona a jurar fidelidad a José I Bonaparte, por
lo que fue encarcelado. Fugado del Castillo de Montjuich, llegó a Cádiz y se le
encomendó el mando de la línea de lanchas que defendía la costa durante el duro
y prolongado asedio de esta ciudad. Posteriormente participó en la expedición
de Pablo Morillo, tomando parte en la toma de la isla Margarita, Cartagena de
Indias y Santa Fe de Bogotá. A su regreso en 1817 fue destinado a Pamplona como
Jefe de Estado Mayor. Durante el Trienio Liberal formó parte de la Junta
Consultiva de Guerra. Rehabilitado en 1825, fue enviado a Filipinas, de donde
volvió en 1835. Es recordado como uno de los gobernadores que más se preocupó
por el fomento del archipiélago.
[4] Pascual de Enrile y Acedo (Cádiz, 1772-Madrid, 1836) was a sailor and
military man who served in the Spanish Navy for 23 years. He fought in the wars
of the Convention, in America also against the French in Santo Domingo and in
the wars against Great Britain. In 1808 he refused in Barcelona to swear
allegiance to José I Bonaparte, for which he was imprisoned. Escaped from the
Castle of Montjuich, he arrived in Cádiz and was entrusted with command of the
line of boats that defended the coast during the harsh and prolonged siege of
this city. Later he participated in Pablo Morillo's expedition, taking part in
the capture of Margarita Island, Cartagena de Indias and Santa Fe de Bogotá. On
his return in 1817 he was assigned to Pamplona as Chief of Staff. During the
Liberal Triennium he was part of the War Advisory Board. Rehabilitated in 1825,
he was sent to the Philippines, from where he returned in 1835. He is
remembered as one of the governors who most cared about the development of the
archipelago.
[5] Pedro Antonio
Salazar y Salazar (Herramélluri, La Rioja, 1782-Madrid, 1861) fue un militar que
desarrolló su carrera en el cuerpo de ingenieros y llegó a Mariscal de Campo.
Participó en la Guerra de las Naranjas, en el Bloqueo de Gibraltar de 1805 y en la defensa de Ceuta. Durante la Guerra de
la Independencia participó en las batallas de Bailén, Uclés y Aranjuez, en la
defensa de Cádiz y en la batalla de Waterloo. A diferencia de los anteriores,
su primer destino en Ultramar fue en Filipinas en 1834, donde prestó servicios
hasta 1841. En 1836 firmó un ventajoso Tratado de Paz con el sultanato de
Joló.
[6] Pedro
Antonio Salazar y Salazar (Herramélluri, La Rioja, 1782-Madrid, 1861) was a
soldier who developed his career in the corps of engineers and became Field
Marshal. He participated in the War of the Oranges, in the Blockade of Gibraltar
of 1805, and in the defense of Ceuta. During the Peninsular War he participated
in the battles of Bailén, Uclés and Aranjuez, in the defense of Cádiz and in
the Battle of Waterloo. Unlike the
previous ones, his first overseas destination was in the Philippines in 1834,
where he served until 1841. In 1836 he signed an advantageous Peace Treaty with
the Sultanate of Jolo.
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