Publicado en Asociación Cultural Filatélica y Numismática Pacense, Hoja Informativa nº 81, 2021
La
ceca de Tamusia, una de las más interesantes de las cecas hispanas de la época
preimperial, ha dado mucho que hablar en
la epigrafía y en la numismática española. Esta población, conocida únicamente
por estas emisiones, ha sido ubicada por diferentes estudiosos de esta época en
el este de la Celtiberia, como es el caso de Leandre Villaronga, por su
pertenencia al grupo celtibérico de los dos delfines y el uso del alfabeto
ibérico, o incluso en el Levante peninsular, en los alrededores de Gandía, por
la presencia en el reverso de algunas de sus emisiones de una nave, como fue el
caso de Antonio Beltrán.
Posiblemente la más factible ubicación de la misma sea la del castro u oppidum de Villasviejas de Tamuja, en la localidad cacereña de Botija, perteneciente en aquella época a la Vettonia, como defienden entre otros García-Bellido y Burillo. Esta teoría, además de en la obvia similitud del topónimo reproducido en las emisiones con el de la población y el río Tamuja, contaría con el respaldo de que los hallazgos de estas monedas se han realizado en la zona adyacente de la actual provincia de Cáceres, no habiéndose encontrado en la vecina provincia de Badajoz.
Como
antes comentábamos, la tipología utilizada es netamente celtibérica, siendo de
hecho los bronces conservados copias de la última emisión conocida de la ceca
de Sekaisa, Ségeda, en la actual Belmonte de Gracián, Zaragoza. Por ello, se ha
afirmado, como es el caso de Cruces Blázquez, que se trató de una auténtica
colonización de gentes que, procedentes de la Celtiberia y durante la época de
las Guerras Sertorianas, se establecieron en este oppidum vetón. Burillo defiende que, más que a motivos bélicos, su
llegada se debió al beneficio de los filones de plomo argentífero o incluso de
los placeres auríferos de la zona.
Esta ubicación se ve refrendada por la aparición de varias téseras de hospitalidad y por el hecho de que en las excavaciones arqueológicas de sus necrópolis se observa, como recoge Luis Amela, el tránsito de una sociedad culturalmente relacionada con los territorios de Turdetania entre los siglos IV y III a.C. a otra de clara referencia a la Meseta superior en los siglos II-I a.C. Las migraciones de celtíberos hacia territorios meridionales de las actuales Andalucía y Extremadura fueron documentadas ya en época romana por Plinio.
Según García-Bellido, tanto por la variante epigráfica utilizada en las monedas como por los ajuares de las tumbas, estos nuevos pobladores procederían de territorio arévaco. Otros autores defienden que los mismos debían proceder de la anteriormente mencionada población de Ségeda. A favor de esta hipótesis encontramos la aludida identidad en los tipos monetarios utilizados.
Igualmente, se han encontrado significativas concentraciones de moneda celtibérica en el cuadrante sudoccidental de la península, normalmente piezas de cobre, que como afirma Luis Amela parecen indicar que fueron traídas por emigrantes más que llegar por medio del comercio, e incluso se ha planteado que las últimas emisiones de la propia Sekaisa y de la ceca de Titiakos pudieron haber sido acuñadas en las propia Lusitania o en la Beturia céltica.
Las emisiones de Tamusia
Como hemos comentado, la tipología de las primeras emisiones de ases remite a las realizadas en Celtiberia, en el área del valle del Jalón, reproduciendo en su anverso un busto de varón a derecha con delfines a ambos lados y en su reverso a un jinete lancero. Su sistema metrológico es inequívocamente celtibérico-berón, reducido a 6 onzas, 9,32 gr., con un diámetro de 23-24 mm. En cuanto a su datación, se habrían acuñado en la primera mitad del siglo I a.C., y como hemos visto algunos autores relacionan su labra con las Guerras Sertorianas.
Como se ve en las imágenes reproducidas, el parecido con los ases batidos en la ceca de Sekaisa es claro. De esta emisión existen dos variantes, una con la leyenda en una sola línea y otra con leyenda partida en dos líneas.
Las emisiones posteriores, bilingües ya con caracteres latinos, siguen el patrón ponderal de las cecas de la Ulterior. En su anverso se representa igualmente una cabeza de varón a derecha, con los caracteres en alfabeto ibérico TAM, mientras que en su reverso se reproduce un barco con remeros y la leyenda latina TAMUSIENS. Como en el caso de los anteriores, se ha relacionado su emisión por algunos estudiosos con otro importante conflicto bélico, otra Guerra Civil romana librada en Hispania entre César y Pompeyo.
Bibliografía utilizada
AMELA VALVERDE, L. “Las emisiones de Tamusia y Tamusiense”, Gaceta Numismática, 189, Junio 2015, pp. 69-80.
BLÁZQUEZ
CERRATO, C., “Sobre las cecas celtibéricas de Tamusia y Sekaisa y su relación
con Extremadura”, AEspA, 68, 1995,
pp. 243-258.
BURILLO
MOZOTA, F., Los Celtíberos. Etnias y
Estados, Ed. Crítica, 1998.
ESTARÁN
TOLOSA, M.J., “La emisión bilingüe de Tamusia”, XIV Congreso Nacional de Numismática, Madrid, 2011, pp. 585-598
GONZÁLEZ
CORDERO, A., y HERAS MORA, F.J., “El castro de Botija y sus minas. Una revisión
historiográfica de la obra de Clemente Roswag”, IV Encuentro de Arqueología del Suroeste Peninsular,
Huelva, 2009, pp. 881‐912.
LORRIO, A.J., “Los celtas en el occidente de
Iberia”, en Gonzalo Ruiz Zapatero y Jesús Álvarez Sanchís (Eds.), Castros y Verracos, Diputación de Ávila, 2011, pp. 45-100.
VILLARONGA, L., Corpus Nvmmvm Hispaniae ante Avgusti Aetatem, Ed. José Antonio Herrero, S.A., 1994.
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