lunes, 31 de enero de 2022

Los resellos realizados en Irlanda sobre moneda española de 8 reales a comienzos del siglo XIX

 Publicado en Crónica Numismática, 31 de enero de 2022


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En el tránsito de los siglos XVIII al XIX, el circulante en Irlanda presentaba una pésima situación. No se había acuñado moneda en la isla desde el reinado de Jaime I, y el numerario estaba compuesto por monedas de cobre adulterado y chelines falsos que, según un informe del Parlamento británico, no podían cambiarse por menos de 26 o 27 chelines por cada billete de banco de una libra de valor facial. Por ello el 2 de marzo de 1804 John Foster impulsó su reforma en la Cámara de los Comunes mediante un Comité que estudiase esta situación. Para ello, se procedió a poner en circulación en la isla 600.000 reales de a ocho españoles, así como al resello de pesos de cuño español en cantidad de 237.468 libras.

 La penuria de moneda circulante de plata había sido igualmente un grave problema en la propia Inglaterra, y el motivo por el que el 6 de marzo de 1797 se había comunicado el resellado de los reales de a ocho españoles que se conservaban en el Banco de Inglaterra y procedían de la carga de los barcos capturados, con un valor de 4 chelines y 6 peniques. Para ello, se utilizó el punzón usado para marcar la plata, resellándose la cantidad de 2.325.099 ejemplares, por un importe total de 552.211 libras y 3 peniques. Estos punzones se encuentran igualmente, aunque nada se recogió en la Orden que autorizó el resello, en las piezas españolas de cuatro y dos reales.

 Dado a que menudearon las falsificaciones, se utilizó un nuevo resello en 1804, con el punzón octogonal utilizado para las emisiones de los peniques Maundy.  Este mismo año, y gracias a la bochornosa  e ilegal captura de una flotilla española, en el tristemente recordado episodio del hundimiento de la fragata “Nuestra Señora de las Mercedes”, se procedió a un nuevo resellado. El mismo se realizó con los cuños diseñados por Conrad Heinrich Kücher que cubrían gran parte de los reales de a ocho reutilizados, si bien en algunos ejemplares son aún visibles parte de los motivos del peso utilizado como cospel. Su acuñación comenzó el día 21 de mayo. 

El diseño de los mismos supuso una curiosa novedad, dado que mientras que en el anverso se reproducía el busto del monarca y leyenda en latín, el reverso venía dedicado al Banco de Inglaterra y con leyenda en inglés. Para el anverso se reutilizó el busto del rey Jorge III de los peniques de cobre de 1797, y la leyenda GEORGIUS III DEI GRATIA, y para el reverso la figura de Britania, también similar a la de la emisión de cobre antes mencionada, con una banda, una corona mural y las leyendas FIVE SHILLINGS y en la parte de abajo DOLLAR  y BANK OF ENGLAND 1804. Como había sucedido con los resellos anteriores, las falsificaciones comenzaron a aparecer a los pocos días.

 Simultáneamente, este mismo año el Banco de Irlanda recibió autorización para emitir sus propias emisiones. Irlanda estaba teóricamente sujeta a las mismas leyes monetarias que Gran Bretaña, pero su situación fiscal era más precaria, debido a que tenía un sistema monetario diferenciado y sometido a fluctuaciones en los tipos de cambio. Esta situación se mantuvo hasta el reinado de Jorge IV. Los resellos del Banco de Irlanda, con un facial de seis chelines, fueron diseñadas por el mismo grabador y acuñados sobre reales de a ocho españoles por Boulton en Birmingham.

 Su anverso es similar al de los dólares ingleses, pero en su reverso se representó a Hibernia sentada a derecha, con una hoja de palma en su mano derecha y un arpa en la izquierda. En el suelo aparece la letra K, del grabador, la leyenda BANK OF IRELAND TOKEN y bajo la figura la leyenda 1804 SIX SCHILLINGS. A diferencia de las emisiones inglesas, el cuño cubría todo el flan de la moneda española usada como cospel, por lo que no son visibles los motivos primigenios.

 Estas reacuñaciones fueron igualmente falsificadas en grandes cantidades y enviadas a Inglaterra, donde eran aceptadas por la escasez de moneda de plata. Las emisiones del Banco de Irlanda fueron más allá de las de su homólogo inglés, con nuevas emisiones en 1805, así como de denominaciones menores, de diez y cinco peniques irlandeses, con diseño de Lewis Pingo. Las mismas siguieron en circulación en la isla hasta que fueron retiradas de la circulación en julio de 1825, con la justificación de que  las nuevas emisiones británicas de moneda de plata hacían innecesario su uso.

 Los resellos privados 

Además de estos resellos oficiales sobre la moneda de cuño español, fue común en esta época de carestía de moneda de plata en circulación su resello por parte de particulares. Esta práctica, más común en Escocia que en la propia Inglaterra, dado que no podemos olvidar que fue el centro de la conocida como primera Revolución Industrial, tuvo también su reflejo en la vecina Irlanda, conociéndose dos tipos de estos resellos.

 El primero de ellos, el más conocido y mejor estudiado, se realizó en Castlecomer, un pueblo situado en el sur de la isla, perteneciente al condado de Kilkenny. En el mismo se explotaba una mina de carbón, propiedad de la condesa de Ormonde. Es en este lugar y en estas circunstancias donde encontramos un resello privado sobre moneda de cuño español fechada entre los años 1774 y 1808.

 Dicho resello consiste en un punzón oval con los bordes aserrados, en cuyo centro, rodeado de una orla de laurel, aparecen las cifras 5.5 y sobre ellas las letras s y d. La leyenda que rodea la orla es PAYABLE AT C. COMER COLLIERY. Además del resello original, Manville nos informa de la existencia de tres falsificaciones del mismo. El valor dado a la moneda, 5  chelines y 5 peniques no es arbitrario, y responde a la equivalencia en moneda privativa irlandesa de los cinco chelines ingleses, o una corona, antes de 1826.

En cuanto a su datación, debió realizarse entre los años 1808 y 1812, según los autores que lo han estudiado. En todo caso, en los años 1812 y 1813 se emitieron dos Actas que prohibieron este tipo de emisiones privadas, y en fecha 20 de diciembre de 1814 se declaró ilegal su circulación en Gran Bretaña. Incluso si se hubiesen llevado a cabo más tarde, hasta 1815, hubieran tenido una vida útil muy corta.  En su artículo monográfico, W.A. Seaby fecha las primeras reacuñaciones en 1804 o principios del año siguiente, siguiéndose utilizando el punzón hasta 1810. 

 El segundo de los resellos realizados en Irlanda sobre moneda española fue hecho en Whitehouse, un pueblo del condado de Antrim cercano a Belfast, al sur de la bahía de Carrickfergus. En este caso, el resello fue realizado por una compañía dedicada a la producción textil, Nicholas Grimshaw, Esq. Solamente se conoce un ejemplar del mismo, marcado con punzones individuales. Un 23, debajo GRIMSHAW, dos cuadrados con las letras S sobre SIX y D sobre SIX, y bajo ello el nombre WITHEHOUSE. 

Este resello está realizado sobre un real de a ocho de la ceca de México de 1794. El valor otorgado, seis chelines y seis peniques, equivale al valor asignado en moneda irlandesa a los seis chelines en moneda esterlina. Según Manville, el mismo pudo circular entre los años 1811 y mediados de 1815, poco antes de la batalla de Waterloo. 

Bibliografía 

DAVIS, W.J., The nineteenth century token coinage of Great Britain, Ireland, the Channel Islands and the Isle of Man, London, 1904.

KELLY, E.M, Spanish Dollars and Silver Tokens, Spink, 1975.

MANVILLE, H.E., Tokens of the Industrial Revolution. Foreign Silver Coins Countermarked for use in Great Britain, c.1787-1828, Spink, 2001.

MORRIESON, H.W., “The centenary of our modern coinage instituted in February, 1817, and the issues which preceded it in George III’s reign”, British Numismatic Journal 14, 1918, pp. 121-150.

PHILLIPS, M., The token money of the Bank of England, 1797 to 1816, London, 1900.

SEABY, W.A., “Castlecomer Tokens: An inquiry”, Kilkenny Irish History, 1965.

WHETMORE, S.A.H., “The Castle Comer Colliery Token”, British Numismatic Journal Vol. 31, 1962, pp. 152-158.

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