Publicado en Crónica Numismática, 22 de junio de 2022
El célebre escultor Mariano Benlliure Gil, nacido en Valencia el 8 de septiembre de 1862 y fallecido en Madrid el 9 de noviembre de 1947, es considerado el último gran exponente del realismo en la escultura del siglo XIX. Autor de destacados conjuntos escultóricos que adornan numerosas ciudades españolas e hispanoamericanas, tuvo una especial inclinación por la Medallística y una prolija producción de más de cincuenta ejemplares de personalísima factura. Algunas de sus monumentales esculturas fueron reproducidas en billetes y medallas, siendo el personaje elegido para el billete de 500 pesetas de 1951. Fue asimismo quien diseñó el retrato con la efigie de Francisco Franco que estuvo vigente en las emisiones monetarias españolas hasta 1967, y algunas de sus obras han sido asimismo elegidas para la acuñación de monedas y medallas conmemorativas, como ha sucedido este mismo año con las emitidas con motivo del 275 aniversario de Francisco de Goya.
Nacido en una familia de extracción humilde pero de amplia tradición artística, Mariano Benlliure fue un artista precoz y autodidacta, dado que a la temprana edad de nueve años se inició como tallista, y antes de cumplir los diez se presentó a sus primeros concursos y exposiciones. Radicado con su familia en Madrid, en 1874 fue aprendiz de cincelador en la platería Meneses. En estos primeros años realizó sus primeras esculturas en dos temáticas que no abandonó en su dilatada carrera, la taurina y la imaginería religiosa.
En 1881 se trasladó a Roma y abrió un estudio en Via Margurra, que estaría activo durante casi veinte años, dedicándose en un primer momento a la pintura de acuarela para posteriormente centrarse en la escultura. Su estancia en tierras italianas fue fundamental en su posterior devenir artístico, con el estudio de la escultura desde la antigüedad clásica hasta las nuevas tendencias en boga en aquellos años, el aprendizaje de las técnicas de fundición y frecuentes visitas a las canteras de mármol de Carrara.
A partir de su primer reconocimiento, la Segunda Medalla de la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid de 1884, habiendo quedado la Primera desierta, se sucedieron los premios y reconocimientos en numerosas Exposiciones Internacionales de toda Europa. Estos logros llevaron a que recibiese numerosos encargos de la aristocracia madrileña, así como de instituciones públicas, destacando en su producción la cincuentena de monumentos públicos repartidos por la geografía española, muy especialmente en las plazas y lugares públicos de Madrid, Hispanoamérica y diversas ciudades europeas.
Su fecunda y notable producción artística, que rebosa los márgenes de este pequeño estudio, le encumbró a los más trascendentales cargos del ámbito cultural español, siendo nombrado Director del Museo de Arte Moderno, Director General de Bellas Artes y Patrono del Museo del Prado. En su haber se encuentran numerosos reconocimientos y condecoraciones, como la Gran Cruz de Alfonso X y la del Mérito Militar de España, la Legión de Honor de Francia o la de Comendador de la Orden de la Corona de Italia, y su membresía en diversas Academias de Bellas Artes y en la Hispanic Society de Nueva York.
Las medallas de Mariano Benlliure
Como afirma Marina Cano, Benlliure fue uno de los pocos escultores de su tiempo que se sintió verdaderamente atraído por la medalla, siendo las causas principales de ello su excepcional interés por el retrato y su continuada relación con el arte francés y su admiración por el realismo presente en la Medallística francesa contemporánea. Exponentes de la sociedad de su época y con un marcado sentido popular, su producción destaca por el realismo de sus soberbios retratos, que destacan sobre un fondo generalmente abocetado.
Su primera medalla conocida fue la realizada en 1888 dedicada por los artistas valencianos a José Ribera. En su etapa romana, y en contacto con la fecunda realidad Medallística de la urbe italiana, realizó varias monedas, probablemente por iniciativa propia. En 1899 dedicó una medalla al centenario de Velázquez, en la que como recoge Javier Gimeno se aúnan los conceptos de medalla y retrato. En su producción medallística, como la dedicada en 1891 a Alfonso XIII niño, se observa su tendencia a la naturalidad y la simplicidad, en convergencia con la nueva medallística europea.
En 1902 realizó una medalla por encargo del Ayuntamiento de Bilbao y dedicada a la proclamación de Alfonso XIII. Será a partir de 1907 cuando se sucederán los encargos, y en 1910 concurrió junto con Bartolomé Maura a la exposición internacional de medalla contemporánea de la American Numismatic Society en Nueva York, en la que constaba como sculptor medallis, y en la que presentó un conjunto de nueve medallas y plaquetas, de diversos materiales y técnicas.
Su originalidad, según Gimeno, y su aceptación social y a la vez oficial le permitió mantener una actividad escultórica y medallística extraordinariamente prolífica, la más fecunda en el Madrid de la primera mitad del siglo XX, conjugando acertadamente las esferas de lo personal y lo oficial, como afirma este autor, con la realización simultánea de los mayores monumentos urbanos y los más pequeños, las medallas, adquiriendo un sentido de doble dimensión que vuelve a recordar los tiempos primitivos de la medalla, y que constituye una nueva aportación singular.
Benlliure y la notafilia
Como escultor de éxito, algunos de sus magníficos grupos escultóricos han sido utilizados para ilustrar las emisiones de billetes del Banco de España. El primero de ellos fue el uso del busto de Francisco de Goya de la escultura emplazada enfrente del Museo del Prado en el billete de 100 pesetas de la emisión de 19 de febrero de 1946, una emisión que se previó fuese de 75 millones de ejemplares, pero de los que solo se fabricaron 29.850.000 billetes.
Los proyectos y grabados del anverso y reverso de este billete de 130 x 78 mm. fueron realizados por José L. Sánchez, tomando como motivo del anverso el busto de Goya antes citado, y en su reverso una reproducción de uno de los cartones del genio de Fuendetodos realizado para la Real Fábrica de Tapices, conocido como El quitasol. Este billete, impreso en papel importado de Francia de la casa Des Rives, entró en circulación el 30 de diciembre de 1949, siendo oficialmente retirado de la circulación el 17 de diciembre de 1971.
En fecha 15 de junio de 1945 se grabó en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre un billete divisionario por valor de 5 pesetas, según el diseño proyectado por Alfonso L. Sánchez Toda. En su anverso se reproduce el conjunto escultórico realizado por Mariano Benlliure para conmemorar en 1892 el IV Centenario del Descubrimiento de América, que muestra a la reina Isabel I de Castilla y a Cristóbal Colón firmando las Capitulaciones de Santa Fe, mientras que en su reverso aparece recogida una escena de la Guerra de Granada.
A Benlliure le cabe el honor de ser el único escultor que cuenta con una emisión notafílica propia en España. Se trata del único billete de la emisión de 15 de noviembre de 1951, con un facial de 500 pesetas, unas medidas de 136 x 86 mm. y los diseños del antes citado Sánchez Toda. Del mismo se llegaron a fabricar 32.934.000 billetes en la FNMT, con papel de la casa gala Des Rives con una marca de agua con una cabeza romana de perfil.
En su anverso se representa a nuestro protagonista en un busto grabado por Camilo Delhom, con una orla a torno geométrico con motivos a buril intercalados y como fondo el escudo nacional de composición fotomecánica. En su reverso se representa en una viñeta una de sus obras, el mausoleo del tenor Julián Gayarre en el Valle del Roncal. La viñeta, orla y textos son calcográficos, mientras que los fondos son litográficos. Este billete estuvo en circulación desde el 16 de septiembre de 1952 hasta su retirada oficial el 17 de diciembre de 1971.
El busto de Francisco Franco en las nuevas pesetas
Una vez terminada la II Guerra Mundial, el 18 de diciembre de 1946 una nueva ley monetaria esbozaba un sistema de circulante sustentado nuevamente en la plata y completado con el níquel y el cobre, estipulándose la incorporación en el mismo del retrato del general Franco en el anverso de todas las piezas a acuñar. Si bien se realizaron numerosos bocetos y modelos, que se conservan en el Museo Casa de la Moneda de Madrid, no fue hasta la Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado de un año después cuando se previó la necesaria adaptación de los tipos monetarios a esta nueva realidad.
En previsión de estas nuevas emisiones, se encargó a Mariano Benlliure que modelase un retrato con la efigie de Francisco Franco, que presentó una escayola con un buen retrato de su perfil derecho, que posteriormente creó problemas para su incorporación a las monedas efectivas a la hora de reducirlo al tamaño necesario por su excesivo y facetado relieve. El modelo original fue retocado y finalmente grabado por Manuel Marín, y con el mismo se acuñaron en 1848 y principios de 1949, aunque con leyenda de 1946, piezas de una peseta y algunas pruebas de 2,50 pesetas.
Benlliure no pudo ver en circulación estas primeras monedas, al haber fallecido antes, emisión que es considerada actualmente la pieza más cotizada del Estado español, con fecha 1946 y *19-48 en las estrellas. Si bien la ley de emisión publicada el 27 de diciembre de 1947 autorizaba la acuñación de 150 millones de ejemplares, solamente se llegaron a producir unas mil monedas, de las que como recoge Martín Fombruena una parte llegaron por error a la oficina principal del Banco de Sabadell. Por ello, la mayor parte de las mismas presentan el desgaste propio de haber circulado, no conociéndose más que un ejemplar que merezca la calificación de sin circular.
Tras la sustitución de la fecha de la leyenda por 1947, *19-48, comenzó la masiva emisión de este nuevo numerario, con la leyenda FRANCISCO FRANCO CAUDILLO DE ESPAÑA POR LA G(RACIA) DE DIOS, un tipo monetario que se mantuvo sin cambios hasta que en 1967 se sustituyó el retrato de Mariano Benlliure por el realizado por Juan de Ávalos. El busto de Benlliure, conocido popularmente como Cabezón, fue igualmente utilizado desde que en 1957 se mandaron acuñar nuevas monedas de 5 pesetas, que se pusieron en circulación en 1958 junto con las novedosas monedas de 25 y 50 pesetas. En el reverso de estas emisiones se incluyó un escudo diseñado por Teodoro Miciano sobre un águila de San Juan.
Para saber más:
Cano
Cuesta, Marina,
“Mariano Benlliure y la Medalla”, NVMISMA
229, julio-diciembre 1991, pp. 129-150.
Feria y
Pérez, Rafael,
“1937-2002. Principio y final de la peseta fiduciaria”, VII Jornadas Científicas sobre Documentación Contemporánea
(1868-2008), 2008, pp. 73-120.
Fombruena
Marchi, Martín,
“La peseta de 1946. La pieza más cotizada de las acuñaciones del Estado
Español”, OMNI, nº 1, agosto 2009,
pp. 91-92.
Gimeno,
Javier,
“Bartolomé Maura, Mariano Benlliure, Miguel Blay: aspectos de una renovación”, Actas del XIII Congreso Internacional de Numismática, Vol. 2, Madrid,
2005, pp. 1725-1736.:
Suárez de Figueroa y Prieto, Ramiro, Los billetes del Banco de España, 1782-1979, Madrid, 1979.
1 Peseta 1946*19*48.
(leyendomonedasnumismatica.blog)
Benlliure Gil, Mariano - Museo Nacional del Prado (museodelprado.es)
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