miércoles, 7 de septiembre de 2022

El Parque Minero de Almadén (Ciudad Real), Patrimonio de la Humanidad desde 2012

 Publicado en Oroinformación, 7 de septiembre de 2022

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El conocido como Patrimonio del Mercurio, que incluye las áreas mineras de Almadén en España e Idrija en Eslovenia, recibió el 30 de junio de 2012 la consideración de  Patrimonio de la Humanidad por el Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO, en su trigésimo sexta sesión celebrada en San Petersburgo. Este reconocimiento se basó en la importancia que durante la Edad Moderna tuvo el comercio del mercurio o azogue entre Europa y América para la producción de plata en este último continente. 

En el caso de Almadén, este reconocimiento se extiende a su parte antigua, a los edificios de la Mina del Castillo, a la Prisión Real, al Real Hospital de Mineros de San Rafael y a su plaza de toros. Unos años antes, en 2008, se había inaugurado el Parque Minero de Almadén,  una iniciativa museística avalada por el Instituto del Patrimonio Histórico Español, dependiente del Ministerio de Cultura, que permite la vista de una mina real y la contemplación de un patrimonio material de valor incalculable, así como conocer la cultura minera como parte del patrimonio inmaterial. 

Las primeras noticias de esta mina de cinabrio se encuentran en la Geografía de Estrabón y en la Historia Natural de Plinio, que era remitido a Roma para usarlo como bermellón, pintura y productos cosméticos. Su beneficio continuó durante la época musulmana, como se observa en su propio nombre, que significa literalmente la mina, y tras la Reconquista cristiana. Alfonso VIII otorgó a la Orden de Calatrava la mitad de la mina en 1168 por su ayuda militar, recibiendo la Orden la otra mitad del monarca de Sancho IV y la autorización para fabricar bermellón. Tras obtener en 1308 el monopolio de la venta de azogue, la Orden la explotó mediante el sistema de arriendos, principalmente a comerciantes catalanes y genoveses. 

Tras el descubrimiento del Beneficio del Patio por Bartolomé de Medina y sus sucesivas mejoras fue cuando la explotación del mercurio alcanzó su verdadera importancia, siendo monopolizada por la Corona su producción y distribución en los Reinos de las Indias y convirtiéndose en un importante ingreso para la Real Hacienda. En 1645 la Corona decidió retomar su control directo, tras más de un siglo arrendada a particulares, entre los que destacaron los famosos banqueros Fugger o Fúcares. Junto a ello, el abastecimiento a las minas argénteas ultramarinas, principalmente a las de Nueva España, se consideró igualmente un objetivo prioritario. 

Tras una etapa a finales del siglo XVII de estancamiento de la producción de mercurio, a comienzos de la centuria siguiente comenzó una fase expansiva. Ello fue debido al descubrimiento de nuevos filones, al uso de pólvora en las extracciones, a una mayor llegada de fondos y a su reorganización administrativa a nivel interno, con la aprobación de las Ordenanzas de 1735, como externos, con la creación de organismos dependientes del Consejo de Indias, como la Junta y la Superintendencia General de Azogues. Y ello a pesar de episodios como el incendio que se produjo en el interior de las minas en 1755 y que estuvo más de dos años activo. 

Igualmente, se garantizó el abastecimiento de madera con la ampliación y establecimiento de bosques, así como de la necesaria mano de obra, con exenciones de pago de tributos y del servicio militar. Ello permitió la extinción de los trabajos forzados, trasladándose el penal a Ceuta en 1801. Junto a estas medidas, se racionalizó la explotación minera, contratando técnicos centroeuropeos, y fundándose la Academia de Minas, el primer centro de estudios técnicos superiores español. Asimismo, a partir de comienzos del siglo XIX se introdujeron nuevos sistemas de explotación y maquinaria de vapor para las labores de desagüe. 

La invasión napoleónica supuso un largo periodo de crisis de las actividades mineras en general. Tras la subsecuente independencia de las repúblicas hispanoamericanas, se perdió la capacidad de recaudación de los impuestos en estos territorios derivados de la explotación del oro y, sobre todo, de la plata, por lo que las ventas se orientaron al mercado exterior para maximizar beneficios. Desde 1835 su comercialización se contrató con la casa Rothschild. Tras dejar de hacerlo desde 1916, se alcanzó el máximo de producción tras la Guerra Civil, sobre todo por el uso de presos como mano de obra. Tras la crisis de 1972, la actividad decayó, abandonándose las extracciones por falta de rentabilidad en 2001. 

 Una curiosidad de esta área minera, tan importante para la producción de moneda durante la Edad Moderna, es que en la misma se habilitó durante la Guerra de Independencia el uso de papel moneda para el pago de salarios a los empleados y trabajadores de las minas por la Junta de Gobierno local. Se convino con los particulares su uso para adquirir pan, carne y tocino, y debían posteriormente ser redimidos por moneda metálica. 

Este papel moneda, que se emitió entre 1808 y 1812 por un valor de casi 350.000 reales de vellón, lo fue en faciales de 1, 2, 4 y 10 reales de vellón, los mismos que la moneda metálica en circulación, ampliándose posteriormente a los 20 reales o a los 5 reales, el valor equivalente a las pesetas de plata nacional, las acuñadas en América. El mismo fue falsificado a gran escala, por lo que a partir de 1810 se sustituyó por otros nuevos de más difícil imitación. Su retirada efectiva se produjo en 1816. 

Para saber más: 

CAÑIZARES RUIZ, M.C., “El atractivo turístico de una de las minas de mercurio más importantes del mundo: el “Parque Minero de Almadén” (Ciudad Real)”, Cuadernos de Turismo, 21, 2008, pp. 9-31. 

DOBADO GONZÁLEZ, R., El trabajo en las minas de Almadén, 1750-1855, Tesis Doctoral, Madrid, UCM, 1989. 

PRIOR CABANILLAS, J.A., “El fondo documental de las Reales Minas de Azogue de Almadén custodiado en el Archivo Histórico Nacional: Fuentes para la Historia del Billete”, en Muñoz Serrulla, M.T. (Coord.) La Moneda: Investigación numismática y fuentes archivísticas, UCM, 2012, pp. 238 -262. 

RODRIGUEZ GARCÍA, E., “Últimas tendencias en la inclusión de bienes en la Lista de Patrimonio Mundial. Las candidaturas transnacionales: el caso del binomio mercurio-plata”, Revista Patrimonio Cultural de España, 2, 2009, pp. 149-165. 

Centro del Patrimonio Mundial – (unesco.org)

 

Inicio – Parque Minero de Almadén (parqueminerodealmaden.es)

 

PARQUE MINERO DE ALMADÉN | Portal de Cultura de Castilla-La Mancha (castillalamancha.es)

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