Publicado en Numismático Digital, 1 de mayo de 2013
Bibliografía para los acontecimientos posteriores:
Antes de su cesión por el Tratado de Naking a la corona británica en 1842,
la isla de Hong Kong estaba poco poblada y era una de las bases para la
introducción del opio en China, y pasó bajo su mandato a ser una de los
principales enclaves británicos en el Pacífico. Pocos años después, en 1848, está
documentada en la misma la preferencia de sus habitantes chinos por los reales
de a ocho españoles sobre cualquier otra moneda, que contramarcados siguieron
circulando hasta el siglo XX.
En el volumen XXXII de la publicación The Dublin University Magazine, a Literary
and Political Journal de 1848 encontramos una magnífica fuente para conocer
la circulación monetaria de Hong Kong en los primeros años de la colonia. Su
capítulo XIV viene dedicado al circulante en China, y se recogía en el mismo
que la única moneda propia de China era la de cobre, conocida como cash, de forma circular y con un agujero
cuadrangular en su centro, que servía para unir las monedas con cuerdas en
paquetes de cientos de ellas.
Muchas de las que se encontraban en circulación eran
según esta revista falsas, e incluso se afirmaba en ella que en algunas
regiones del interior de China el circulante se componía exclusivamente de
moneda espuria. Si bien las piezas falsas eran fácilmente identificables,
incluso cuando estaban atadas junto a numerario legal, era normal que sobre un
20% de las monedas de estos paquetes fuesen falsas, y su aceptación aún a
sabiendas de ello era según esta publicación una costumbre china. Si eran de buena ley, ochocientas de ellas se
valoraban a un real de a ocho de cuño español, mientras que si estaban
mezcladas con piezas falsas equivalían mil de ellas a cada peso fuerte.
Si bien existían en circulación los tael y los sycee de
plata, piezas oblongas las primeras y en forma de zapato las segundas, eran
recurrentemente ensayados para comprobar su fineza, y tenían una valoración
diaria por su peso. El circulante de plata estaba compuesto por reales de a
ocho novohispanos y mexicanos, comúnmente aceptados, si bien los de cuño
español eran siempre preferidos.
Entre ellos los más apreciados eran los Carolus, y dentro de los mismos había incluso
varias estimaciones. El valor de los pesos españoles variaba entre 4 chelines y
2 peniques y 4 chelines y seis peniques, mientras que los acuñados en el México
independiente nunca alcanzaban una estimación superior a 4 chelines.
El gobierno local de Hong Kong emitió una Ordenanza
igualando el valor de todos los pesos en 4 chelines y dos peniques, pero la
misma sólo obligaba a los funcionarios y a los militares, que venían obligados
a aceptar los pesos mexicanos a esta valoración, si bien los comerciantes
chinos no los admitían más que por 4 chelines, y si los tomaban a la cotización
oficial incrementaban el precio de sus mercancías.
A los chinos según esta revista no les agradaban los
pesos mexicanos y detestaban las rupias hindúes. Los funcionarios y los
militares recibían sus sueldos en rupias, de estimación variable, de acuerdo
con la valoración gubernamental, de entre 220 a 227 para cada 100 coronas españolas. Los chinos, si las
aceptaban, lo hacían sólo por un valor de entre 1 chelín y seis peniques a 1
chelín y 7 ½ peniques, pero muchos comerciantes no las querían a ningún cambio.
La moneda de plata inglesa era aceptada ocasionalmente, pero nunca por su valor
nominal.
Recogía asimismo esta publicación la costumbre del
resello de cada peso que caía en sus manos por los comerciantes y contables, lo
que hacía que usualmente la moneda se quebrase, si bien los trozos resultantes
seguían en circulación, aceptados por su peso, llegando incluso a ser tan
menudos que hacían falta cuarenta de ellos para llegar al peso de un único real
de a ocho.
Años más tarde, a partir de 1863, el gobierno británico
intentó batir un numerario propio en y para la colonia, pero las monedas
acuñadas acabaron fundiéndose y la maquinaria se vendió a Japón, quedando en
circulación a partir de 1868 los reales de a ocho novohispanos y los pesos
mexicanos. Para su circulación en el territorio se procedió a introducir y resellar
monedas extranjeras en chino y en caracteres latinos con el nombre de la
colonia, siendo comunes estas marcas en los pesos batidos para Filipinas en
tiempos de Alfonso XIII. El dólar sigue siendo hoy en día la unidad monetaria
de la Región Administrativa Especial de Hong Kong, siendo la novena divisa más intercambiada
del planeta.
Fuente
The Dublin University Magazine, a Literary and
Political Journal, Vol. XXXII, July to December 1848, Dublin, 1868, pp. 311-313.
FUENTE, J.A. de la, La
plata de la Nao de la China, Museo de Arte
Oriental de Salamanca, imprenta comercial Segovia, 2008.
Artículos Hong Kong y Dólar de Hong Kong de Wikipedia.