Publicado en Emblemata, Revista Aragonesa de Emblemática, 22, 2016, pp. 303-336.
Resumen:
Tras la Guerra de Sucesión, las paulatinas medidas uniformadoras de la nueva
dinastía alcanzaron, entre otros muchos ámbitos, a la moneda propia de cada uno
de los reinos de la Corona de Aragón. Durante las anteriores dos centurias, la
moneda castellana acuñada en metales nobles, y muy particularmente la batida en
los Reinos de las Indias, fue asimilada a las propias, si bien todos ellos
conservaron su moneda particular de vellón y sus respectivas monedas de cuenta.
Si en un primer momento las medidas tomadas por los monarcas respetaron la
circulación del numerario propio, el cierre de las Casas de Moneda propias
ayudó a la extensión de la moneda de cobre castellana.
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