Publicado en UNAN Numismática, nº32 , Septiembre-Octubre 2019
El Palacio de la Moneda de Santiago de Chile, actual residencia sede
del presidente de la Nación y de algunos ministerios de Estado, es un edificio
palaciego de bellas proporciones. Aunque en ocasiones se afirma que es de
estilo Neoclásico italiano, fue diseñado según los cánones de la Real Academia
de Bellas Artes de San Fernando ubicada en Madrid. Si bien en su fachada y
otras partes es notoria la influencia neoclásica, no es menos cierto que
también alberga reminiscencias del arte barroco, de longeva existencia en los
territorios ultramarinos de la Corona española.
Su parte frontal, que mira al
norte, es de orden dórico, y está adornada con ocho columnas que resaltan de la
pared dos tercios de su diámetro, según el canon del Tratado de Arquitectura
del arquitecto manierista italiano del siglo XVI Jacopo Barozzi, conocido como Vignola.
Las columnas están situadas sobre un zócalo que rodea todo el edificio, y
consta de dieciocho ventanas, cada una de ellas con su respectivo balcón.
Asimismo, cada uno de los frentes que dan al este y al oeste está adornado con
pilastras y balcones.
Para su construcción se utilizó
casi exclusivamente el ladrillo revestido de estuco y cal, siendo los detalles
en piedra escasos. Las rejas de las ventanas y las puertas se fabricaron en
Vizcaya, y llegaron en marzo de 1792 a Valparaíso en 154 cajones y 120 bultos
en la fragata África. Las vigas se
trajeron de Valdivia, y son de madera de alerce, roble y ciprés.
Las habitaciones y las oficinas
estaban comunicadas por patios, y estaban perfectamente diseñadas para su uso
como fábrica de moneda. El edificio no quedó terminado hasta 1805, Tras la
independencia de Chile, fue utilizada como cuartel de artillería e incluso como
cárcel, pero finalmente acabó convirtiéndose debido a su belleza en la
residencia de los presidentes de la República.
Esta bella edificación sustituyó
a la primigenia Casa de Moneda, situada en la actual calle de los Huérfanos, esquina con la de Mondaré, y que había
comenzado a funcionar en 1749. En las Relaciones
geográficas del Reino de Chile de 1756 se encuentra la descripción de las
oficinas que la componían:
·
Una Sala de
Tribunal y libranzas, con todo el menaje y los archivos.
·
La oficina del
ensayador, con dos habitaciones con sus mesas, peso dentro de caja de vidrio,
hornilla, muelles dinerales y demás instrumentos necesarios para su actividad.
·
Una oficina con dos
piezas para la talla, con una mesa y un cajón con el rodillo, fragua y los
demás instrumentos necesarios.
·
Una sala de
volantes para acuñar, con los instrumentos necesarios y archivos para la
custodia de los sellos y de la moneda.
·
Una sala donde
estaban los bancos de hilera, los contes, los tórculos para el cordoncillo y
las pesas para ajustar la moneda.
·
Una pieza llamada
del tesoro, con las cajas fuertes para guardar los rieles, y un armero con
cuatro escopetas para su custodia.
·
Un almacén para
materiales e instrumentos de repuesto.
·
Una pieza para la
fundición.
·
Una oficina para la
afinación, forja y demás para moler los relabes y escobillas.
·
Un cuarto para el
juez de balanza y otro donde vivía el guardamateriales, las carboneras y la
habitación de los peones.
En el Archivo General de Indias encontramos un primer plano, fechado el
25 de enero de 1744, en el que se puede ver la distribución de las oficinas de
la primigenia Casa de Moneda, en torno a dos patios:
Con el tiempo esta primera edificación devino pequeña, por
lo que el virrey del Perú y el Visitador General Antonio de Areche en 1771
ordenaron levantar un nuevo edifio en un solar conocido como El Basural. El virrey Agustín de
Jáuregui y Aldecoa hizo en 1780 el encargo al aquitecto romano Joaquín Toesca de confeccionar los planos y
presupuestos necesarios para llevar a cabo su construcción a la mayor brevedad
posible.
Los planos estuvieron preparados el 15 de febrero del año
siguiente, y Toesca se embarcó a Lima para llevarlos a consulta. Tras su
presentación en febrero de 1782, los mismos fueron finalmente aceptados el 9 de
noviembre de ese año. Para su erección que se contaba con 260.000 pesos del
fondo de rescate asignado por Carlos III en el decreto de erección, 40.000
pesos de la Corona y 29.630 pesos y 4 reales que suponían los beneficios desde
1780 de la Casa de la Moneda.
El 30 de abril de 1783 se iniciaron los trabajos,
descubriéndose que el terreno era poroso y estaba anegado por las aguas del
río. En junio de ese mismo año hubo una gran inundación que anegó la parte baja
de la ciudad e hizo que las obras se paralizasen. El gobernador Ambrosio de Benavides solicitó por ello el cambio en su
ubicación, y se eligió el lugar donde hoy en día se ubica, en la calle Real,
que hoy en día lleva el nombre de la Moneda, y cuyo solar se adquirió por 9.000
pesos. Tras la aceptación el 9 de julio de 1785 de los nuevos planos, se
comenzaron las obras.
Bibliografía:
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VICUÑA
MACKENNA, B. Historia crítica y social de
la Ciudad de Santiago, desde su fundación hasta nuestros días (1541-1868),
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