miércoles, 19 de enero de 2022

El apartado del oro de la plata en el tránsito de la Nueva España a la República de México

 Publicado en Oroinformación, 19 de enero de 2022

https://oroinformacion.com/el-apartado-del-oro-de-la-plata-en-el-transito-de-la-nueva-espana-a-la-republica-de-mexico/

El Virreinato de Nueva España, como es bien conocido, era rico en menas argentíferas. Dado que en ocasiones se encontraban en las mismas algunas cantidades de oro, y que no se podía separar el mismo de la plata por los métodos al uso del beneficio del patio o el de fundición, aparecieron algunos establecimientos que comenzaron a brindar este servicio en los Reales de Minas de San Luis Potosí y en México. En 1655 se creó el oficio de Apartador General de Nueva España, Nueva Vizcaya y Nueva Galicia, y la Planta del Apartado se incorporó a la Real Hacienda por Real Cédula de 21 de julio de 1778. Tras la independencia de México, se decretó su libre ejercicio, estableciéndose compañías con capitales británicos, si bien e1 1842 el gobierno retomó su monopolio estatal.

 Como pone de manifiesto Víctor M. Soria, la conveniencia de separar el oro que venía unido a la plata dependía tanto del contenido del mismo como de los gastos inherentes a su separación. En todo caso, los costes de este procedimiento fueron asumidos tras su incorporación por la Real Hacienda, tanto los de los de oficinas como los de materiales, ingredientes, utensilios y jornaleros necesarios para tener al corriente la oficina. Además de los cinco reales y medio por marco de liga, en los casos en los que su ley no alcanzaba los treinta granos por marco la Casa del Apartado se reservaba el derecho a hacer por su cuenta y riesgo el apartado de las barras sin retribuir por ello a sus propietarios. La razón de ello era introducir en el giro del comercio y moneda una nueva porción de oro, que sin esta economía sería siempre oro muerto y perdido.  

 Encontramos varias descripciones de cómo se realizaban estas operaciones. La separación del oro de la plata está recogida en la obra del célebre viajero napolitano Juan Francisco Gemelli, que visitó el establecimiento durante su vuelta al mundo a finales del siglo XVII. Antes de llevar la plata al Apartado, se debía presentar en la Caja Real para tomar razón del quinto a entregar tras la separación. La plata se convertía en bolas pequeñas, que se introducían en vasos llenos de aguafuerte para que se disolvieran. El oro quedaba en el fondo como pólvora negra, y el agua con la plata se echaba en dos vasos de vidrio con las bocas juntas, conocidos como cornamusas. Cuando se ponían al fuego, la plata quedaba en uno de ellos y el agua pasaba al otro.

 El oro se preparaba en una hornaza y con el mismo se hacían primero planchas redondas y posteriormente barras, al igual que se hacía con la plata apartada. Por la operación se pagaba según Gemelli seis reales por marco. Ambos metales se llevaban posteriormente a la Caja Real, donde se sellaban si el oro era de 22 quilates y la plata de 2.220 maravedíes. El oro podía ser acuñado por sus propietarios, según el napolitano, en doblones de a 16 pesos, de a ocho, de a cuatro y de a dos, de a ocho reales por peso, llamados escudos de oro.

 Los derechos fijados para la amonedación del oro eran de tres tomines y medio por marco, el doble de lo fijado para las cecas peninsulares. Según Elhúyar, ni en la Real Cédula de 20 de mayo de 1676 ni en el mandamiento del virrey don Fray Payo Enríquez de Rivera se fijó ninguna cuota por derecho de señoreaje, que hubiese sido según lo establecido para las Casas de Moneda de Castilla de un escudo por marco. Pero en lugar de los 12 reales y 32 maravedíes que valía el escudo de oro en moneda de plata en ese momento, se cobraron por este concepto desde el principio dos pesos por marco.

 Un siglo después, el famoso geógrafo y humanista Alexander von Humboldt describió igualmente el proceso. El metal era reducido a granalla, para multiplicar los puntos de contacto, y el apartado se hacía con retortas de vidrio que se colocaban en largas hileras sobre cercos de hornillos de cinco a seis metros de largo. El oro que queda al fondo del matraz se convertía en barras de cincuenta marcos, que al paso que el nitrato de plata se descomponía con el fuego durante la destilación en las retortas. Esta destilación con la que se recuperaba el ácido nítrico  se hacía en un hornillo y duraba de 84 a 90 horas. Para sacar la plata reducida a cristales era necesario quebrar las retortas, dado que si se precipitara la plata por medio del cobre, tendría no obstante que hacerse otra operación para descomponer el nitrato de cobre, que reemplazaría al de plata.

 El necesario uso de vasos de vidrio para estas operaciones fomentó su producción en el México virreinal, que posteriormente se extendió a la elaboración de otros artículos fabricados en este material y que eran utilizados por otros gremios, como los médicos y boticarios. También se producía en el mismo Apartado el necesario ácido nítrico, alcanzando su producción lo necesario para apartar anualmente hasta doscientos mil marcos de las barras de plata con contenido en oro.

 Tras consumarse la independencia de México, la comisión nombrada para recuperar el esplendor anterior al proceso al ramo de minas propuso al Congreso decretar el libre ejercicio de la industria del apartado, reduciendo el precio de cinco reales y medio a tres reales por marco y pagando a sus dueños todo el oro contenido por encima de los 12 granos. Una vez aprobada la propuesta, se estableció en la capital una compañía de capital británico, que introdujo el uso del ácido sulfúrico y tuvo por ello que construir cámaras de plomo para la fabricación del mismo. Asimismo, las cornamusas, anteriormente fabricadas en la misma casa, fueron traídas de Francia.

 Entre los años 1827 y 1830 los Estados de Guanajuato y Durango contrataron con otras compañías extranjeras el establecimiento de casas de moneda y oficinas de apartado en sus capitales utilizando el ácido sulfúrico, al igual que posteriormente otros, como Chihuahua. Con ello decayó el trabajo en la ceca capitalina, a pesar de que para ahorrar costes se introdujo un nuevo método, consistente en disolver en frío las barras convertidas en granalla en cubas de madera recubiertas por resina para evitar la corrosión del ácido nítrico. Este método, asimismo, permitía recuperar la mayor parte del ácido utilizado y del cobre para su reutilización.

 Finalmente, por Decreto de 1 de enero de 1842 se derogó la ley de 20 de febrero de 1822 que declaraba libre esta industria, ordenando a los establecimientos particulares cesar sus trabajos cuando la Casa del Apartado, una vez que estuviese operativa para utilizar el método del ácido sulfúrico, estuviese en condiciones de emprenderlos. Al no poderse producir este ácido sino a precios elevados, y al darse la exportación, tanto legal como fraudulenta, de las barras de plata sin acuñar normalmente con alto contenido en oro, la nueva República perdió una importante fuente de ingresos.

 Bibliografía utilizada:

 CUMPIDO, I., El museo mexicano o miscelánea de amenidades curiosas e instructivas, Vol. 4, México, 1844.

ELHÚYAR, F. de, Indagaciones sobre la amonedación en Nueva España, sistema observado desde su establecimiento, su actual estado y productos, y auxilios que por este ramo puede prometerse la minería para su restauración, presentadas el 10 de agosto de 1814, Madrid, 1818.

FONSECA, F. de y URRUTIA, C. de, Historia General de la Real Hacienda, por orden del virey Conde de Revillagigedo, T. I., México, 1845.

GEMELLI CARRERI, J.F., Viaje a la Nueva España, Trad. de José María de Ágreda y Sánchez del original de 1699, México, 1927.

HUMBOLDT, A. von, Ensayo político sobre el Reino de la Nueva España, T. I, Trad. de Vicente González Arnao, Paris, 1822.

SORIA, V.M., “La incorporación del Apartado del Oro y la Plata a la Casa de Moneda y sus resultados de operación, 1778-1805”, HMex, XLIV, 1994, pp. 269-298.  

viernes, 14 de enero de 2022

La medalla de la Academia de Dibujo en el Archivo General de Indias

 Publicado en Revista Digital de la Asociación Belgraniana de C.A.B.A, nº18 , 2022

En el Archivo General de Indias se conserva el bello diseño del anverso y reverso de un proyecto de medalla remitida por el Consulado de Buenos Aires a la Corte, para su aprobación por el monarca. La misma, que finalmente no fue aprobada, es un documento que muestra la importancia que para los pensadores ilustrados de finales del siglo XVIII tenía el dibujo como motor de la industria y la ciencia, dentro del saber económico y científico, más allá de su primigenio carácter artístico.

 La solicitud de la creación de la Academia de Dibujo, dependiente del Real Consulado de Comercio de Buenos Aires, partió de un artesano escultor, el pucelano Juan Antonio Gaspar Hernández, radicado en Buenos Aires desde 1780. El 23 de febrero de 1799 presentó a la Junta de Gobierno del Consulado su proyecto, con el deseo de contribuir a la felicidad pública abriendo una escuela donde se enseñase geometría, arquitectura, perspectiva y otras técnicas de dibujo útiles para el desarrollo de las artes y oficios.

 En dicha solicitud pedía el abono de los gastos para el alquiler de la sala, las mesas, bancos y candelabros necesarios para llevar a cabo estas enseñanzas, que se llevarían a cabo durante dos horas diarias de trabajo nocturno. La propuesta de esta escuela gratuita, que contaba con el pleno apoyo de Manuel Belgrano, fue aprobada por el virrey José de Avilés, que elevó el 27 de marzo de este mismo año su propuesta al rey.

 Los beneficios de dicha institución fueron enumerados por el propio Belgrano: 

Los beneficios que resultan de una escuela de dibujo: sin este conocimiento los filósofos principiantes no entenderán los planisferios de las esferas celeste y terrestre, de las armilares que se ponen para el movimiento de la tierra y más planetas en sus respectivos sistemas, y por consiguiente los diseños de las máquinas eléctricas y neumáticas y otros muchos que se ponen ya en sus libros al teólogo al que le es indispensable algún estudio de geografía, le facilitará el manejo del mapa y del compás, al ministro y abogado el de los planos icnográficos y agrimensores de las casas y terrenos y sembrados que presentan los litigantes en los pleitos, el médico entenderá con más facilidad las partes del cuerpo humano, que se ve y estudia en las láminas y libros de anatomía, en una palabra, debe ser este conocimiento tan general, que aún las mujeres lo debían tener para el mejor desempeño de sus labores.

 En esta situación, en fecha 8 de marzo de 1800 el Consulado de Buenos Aires remitió a su apoderado en Madrid, don Francisco Jiménez de Sarmiento, una carta en la que iba anexo el diseño objeto del presente estudio. En la misma se recogía el propósito de acuñar en plata, en distintos pesos, los ejemplares necesarios para otorgarlas a los premiados por dicha Academia, si así era aprobado por el monarca.

 La historia de esta primera tentativa de enseñanza artística sistemática en el territorio de la actual Argentina y el papel de Manuel Belgrano en la misma han sido objeto de numerosos estudios, a los que remito al lector interesado, y que se recogen en la bibliografía recomendada. En cuanto a la transcripción del Acta del otorgamiento de dichos premios, realizada por el propio Belgrano, remito a su transcripción realizada por el egregio numismático argentino don Arnaldo Cunietti-Ferrando en su Historia de las Medallas Argentinas, 1747-1880. Sirva también la presente para agradecer a su buen amigo don Arturo Villagra sus siempre provechosas indicaciones.

 Centramos este breve estudio, por tanto, en las propias cualidades formales de esta que hubiese sido, tras su aprobación, una preciosa medalla, lo que  nos es posible hacer por el magnífico diseño conservado. Ejecutado en tinta sepia, tiene un tamaño de 19,7 x 10 cm., siendo el diámetro de la medalla de 4 cm. Realizado mediante la técnica de grabado, y en buen estado de conservación, se encuentra a disposición de cualquier investigador, interesado o mero curioso, digitalizado en la página de PARES del Ministerio de Cultura de España. Pueden consultar el registro de este bello diseño de moneda aquí.

 El Escudo representado es muy similar al conservado actualmente en el Museo Mitre, dibujado por el pontevedrés Pedro Antonio Cerviño, director de la Escuela de Náutica fundada ese mismo año y Comandante del Tercio de Gallegos durante la defensa de Buenos Aires contra las invasiones inglesas. Difiere en pequeños detalles, como que el REAL de la leyenda aparece apocopado en RL, y que ambas naos están enfrentadas, a diferencia de lo que luego comentaremos. Dicha autoría aparece corroborada por aparecer en dicho dibujo en exergo la misma, Cerviño dibujó,

 En el campo de este proyecto de medalla encontramos el escudo del Consulado porteño, compuesto por el blasón de la ciudad rodeado de una serie de alegorías. En su leyenda superior, dentro de una cinta plisada en sus extremos, aparece REAL CONSULADO DE BUENOS AIRES, mientras que en parte inferior aparece un borrón, lo que parece dar a entender que la leyenda, posiblemente el nombre de su diseñador, fue finalmente tachada. La medalla viene embellecida por una gráfila u orla exterior en todo su contorno. En cuanto a su reverso, es de diseño muy simple, con una leyenda perimetral superior ACADEMIA DE DIBUJOS, continuada por todo el perímetro de la medalla restante con una orla de laurel, y la leyenda central PREMIO PRIMERO.

 El centro de la composición del anverso recoge el escudo oficial de la ciudad de Buenos Aires, establecido en 1649 y aprobado por su Cabildo el 5 de noviembre de ese año, durante el mandato del Maestre de Campo  Jacinto de Lariz. Los motivos representados en esta primera versión son una paloma, con pico hacia la izquierda, rodeada de un halo, y las aguas del Rio de la Plata. La paloma representa el Espíritu Santo, protector de la ciudad. También se reproducía en el mismo un ancla completa, como símbolo de que la ciudad era un puerto o apostadero, que en versiones posteriores se sumergió en parte. En nuestro caso, es visible salvo una de sus cañas. 

 En esta primera versión no aparecían las dos naves, que no obstante sí que encontramos en esta propuesta de medalla, siendo uno de los ejemplos más antiguos conocidos de su uso. En heráldica ambas naos, tradicionalmente, se han venido representando como una carabela y como un bergantín del siglo XVI, en los que ambas naves aparecen por el costado de babor, aludiendo a las dos fundaciones de la ciudad por Pedro de Mendoza y Juan de Garay. A diferencia de diseños posteriores, las naos de esta propuesta son de similar diseño, por su porte fragatas contemporáneas a su realización, y tienen una trayectoria divergente desde el centro de la composición, sobre un mar tranquilo. El escudo oval está rodeado de una orla decorada con volutas y hojas de laurel en su parte superior y dos florones a ambos lados, y coronado con la corona real, cerrada, con orbe y cruz, y una cinta plisada.

 Alrededor de esta composición central encontramos en alegoría los atributos de la riqueza en boga de los pensadores ilustrados españoles y europeos de esta centuria, de los que Belgrano fue asiduo lector, como Campomanes, Jovellanos, Uztariz, Quesnay, Adam Smith o Genovesi. A su derecha se representan la agricultura y los frutos de la tierra, siendo visibles un haz de espigas, un cesto con lo que parecen uvas y hojas de parra y una cornucopia o cuerno de la abundancia de la que surgen varias frutas.

 Bajo el escudo, encontramos una venera o vieira, símbolo de Santiago Apóstol, patrón de España, y bajo la misma representaciones de la riqueza marina, como una estrella de mar, peces y algas. En cuanto a la parte izquierda, se representan los atributos propios de la marina y el comercio, apareciendo un mástil, una bandera, un barril, un fardo señalado con las letras RM, la caña de un ancla, un cañón y sus balas.

 Esta magna fundación finalmente tuvo una breve existencia, no solamente por la negativa de la Corona posteriormente puesta de manifiesto por Belgrano, basándose en su situación de práctica bancarrota por el continuado periodo bélico vivido en Europa alternativamente contra la Revolución Francesa y Gran Bretaña, sino por la propia oposición interna de algunos habitantes de Buenos Aires.

 Para saber más

Bottarini, Roberto, “La escuela y el premio. El programa ilustrado de Manuel Belgrano: Medios generales de fomentar la agricultura, animar la industria, proteger el comercio en un país agricultor (1796)”, Hist. Educ. Rev. Interuniv., 29, 2010, págs. 285-305.

Britos, Diana Victoria, “sobre el vocablo “arte” en las Memorias consulares de Manuel Belgrano en el siglo XVIII”, AdVersuS XIV, 32, junio 2017, pp. 1-22.

Cunietti-Ferrando, Arnaldo, Historia de las Medallas Argentinas, 1747-1880, Buenos Aires, 2010.

Dib, Matías, Ideario de Belgrano, Colección Idearios Argentinos, 2019.

Dosio, Patricia Andrea, “Un saber en tensión: Manuel Belgrano y la enseñanza del dibujo en el Buenos Aires tardocolonial“, Anales de la Educación Común, Bicentenario de la Provincia de Buenos Aires y del fallecimiento de Manuel Belgrano, Vol. 1, nº 1-2, 2020, págs. 65-74.

Escola, Héctor Jorge, “Manuel Belgrano. El Consulado. La Escuela de Náutica. La Gloria”, Boletín del Centro Naval, nº 808, mayo-agosto, 2004, pp. 201-208.

lunes, 10 de enero de 2022

Los otros columnarios de la Monarquía española

 Publicado en Oroinformación, 10 de enero de 2022



Las columnas de Hércules y la leyenda PLVS VLTRA, la divisa creada por el consejero milanés Luis Marliani para Carlos I, aparecieron en las primeras emisiones monetarias de los Reinos de las Indias españolas desde un primer momento, y acabaron convirtiéndose en el escudo particular y blasón de la América española. La moneda columnaria acuñada en estas cecas, y muy especialmente la conocida como de mundos y mares, fue la divisa de su época, con una aceptación mundial, siendo posiblemente la moneda que alcanzó la mayor difusión de la historia. 

Ambas columnas fueron igualmente incluidas entre los blasones del reino de España en las emisiones monetarias en el siglo XIX, a ambos lados del escudo, apareciendo en las mismas hasta la adopción del euro. Hasta ese momento, su uso estaba reservado a las emisiones realizadas en plata nacional, que era la moneda acuñada en las cecas de los Reinos de las Indias, y no estaban representes en las monedas acuñadas en las cecas peninsulares, ni siquiera en las de plata gruesa, de cuatro y ocho reales. 

No obstante, y muy especialmente durante el reinado de Carlos I de España y V de Alemania, estos motivos se utilizaron en otros territorios de la Monarquía en sus emisiones monetarias. Un precedente de este uso aparece en los reales sencillos acuñados para la expedición a Túnez de 1535, una masiva emisión en la que se reunieron en Barcelona monederos de Perpiñán, Zaragoza, Pamplona, Burgos, Valencia, Sevilla, Segovia y Toledo, con un diseño muy similar a los reales acuñados en la ceca de México a nombre de Juana y Carlos por estas mismas fechas. Dicha acuñación se llevó a cabo utilizando parte de los tesoros procedentes del Perú y del rescate cobrado de los príncipes de Francia. También en los reinos peninsulares, hubo una emisión de moneda de vellón en cornados, moneda propia de este reino, de la ceca navarra de Pamplona, en la que igualmente se representaron ambas columnas. 

Las columnas fueron también utilizadas en las emisiones de varias Casas de Moneda de las posesiones italianas, tanto en las correspondientes a los reinos de la Corona de Aragón, como Sicilia y Nápoles, como en las imperiales, especialmente en la de Milán. Entre las primeras, tenemos una emisión de un piccolo  siciliano, con el águila propia de las emisiones de esta ceca en su otra cara y la cinquina napolitana, en la que PLVS VLTRA aparece  en la leyenda circular, y con un agnus dei en su otra cara. 

En la ceca piamontesa de Asti se acuñaron testones a nombre del Emperador con estos motivos, con busto imberbe a derecha a la romana coronado en su anverso. Esta ciudad, que pasó a su dominio en 1525 tras la batalla de Pavía, fue unos años después, en 1531, cedida al Ducado de Saboya, a su prima y cuñada Beatriz de Portugal. Pero será en la Casa de Moneda de Milán, utilizada para la labra de moneda para los ejércitos imperiales, donde estos motivos se utilicen más asiduamente. Las encontramos en el reverso de los dineros de ocho sueldos con la imagen de San Ambrosio, patrón de la ciudad, en su anverso, en los cuartos de escudo con un precioso busto a la romana del emperador coronado de laurel en anverso, en los testones también acuñados en plata e incluso en los escudos sencillos y dobles de oro. La corona imperial representada en estas emisiones sugiere por su forma una mitra obispal. 

Pero donde la representación de las columnas tuvo una mayor vigencia fue sin duda en la ceca francontesa de Besanzón, actual Besançon, donde se acuñó moneda a nombre de Carlos V durante los reinados de los sucesivos monarcas de la Casa de Austria hasta que, tras la invasión gala y una terrible guerra en la que murió o emigró la mayor parte de su población, fue anexionada por Francia por el Tratado de Nimega en 1678.  Las columnas aparecen integradas en el escudo de la población, una ciudad imperial, con un águila con las alas extendidas entre dos columnas, en solitario  o incluidas en el escudo imperial con el águila bicéfala, en las emisiones de vellón, plata y oro. Independientemente del monarca reinante, tanto las leyendas como la representación en busto o de cuerpo entero del anverso de la moneda hacen referencia en las emisiones de esta Casa de Moneda, como hemos dicho, a Carlos V, si bien pueden ser adscritas a dichos reyes por la fecha que se representa en la misma.  

En el reinado de Carlos II, aunque también con precedentes en épocas anteriores, como sucede en las emisiones milanesas realizadas a nombre de Carlos V, encontramos algunas representaciones del otro motivo característico de los míticos columnarios, los orbes. Así, por ejemplo, el representado en un tari napolitano de 1684, bajo una corona real, un fascio y un cuerno de la abundancia, y muy especialmente en los dos orbes representados en un ducado también napolitano. En esta última moneda, ambos orbes se sitúan a ambos lados de un cetro central, a modo de columna, sobre el que se reproduce una corona real, como posteriormente encontraremos en los míticos reales columnarios, y la leyenda VNVS NON SUFFICIT en un cartel. 

Podemos terminar este breve repaso haciendo mención a la representación de la moneda de mundos y mares como blasón propio de los Reinos de las Indias durante el reinado de José I Bonaparte en el cuartel inferior derecha del escudo, con las dos columnas a ambos lados de dos orbes, tanto en la moneda acuñada en oro como en plata, y a la inclusión de las columnas en la moneda batida en las cecas peninsulares durante el Trienio Liberal. Finalmente integradas en el escudo presente en las emisiones monetarias españolas, ambas columnas aparecen sin interrupción, como hemos comentado, desde el reinado de Isabel II en adelante.

viernes, 31 de diciembre de 2021

El expediente relativo a la distribución de las medallas de oro y plata acuñadas en conmemoración de la promulgación de la constitución de Cádiz del Archivo Histórico Nacional

Publicado en Revista Numismática ONMI, nº15, diciembre 2021, pp. 268-275.

http://www.wikimoneda.com/OMNI/revues/OMNI_15.pdf

Resumen: Durante la Guerra de la Independencia, en la Casa de Moneda de Cádiz y por una iniciativa privada se llevó a cabo la acuñación de una bellísima medalla dedicada a la promulgación de la Constitución de 1812. El encargado de la labra de esta bella medalla, una de las más destacadas de la historia medallística española, fue el grabador Félix Sagau. La misma fue utilizada con motivos propagandísticos por las Cortes españolas, y ejemplares de la misma en oro y plata fueron remitidos a sus principales aliados, como se recoge en el expediente objeto del presente estudio.

 Palabras clave: Guerra de la Independencia, Cortes de Cádiz, Félix Sagau, Medallas, Casa de Moneda de Cádiz

 Abstract: During the Spanish War of Independence, in the Cádiz mint and by a private initiative, a beautiful medal dedicated to the promulgation of the Constitution of 1812was minted. The person in charge of making this beautiful medal, one of the most outstanding in Spanish medal history was the engraver Félix Sagau. It was used for propaganda purposes by the Spanish Courts, and copies of it in gold and silver were sent to their main allies, as shown in the file that is the object of this study.

 Key words: Spanish War of Independence, Courts of Cadiz, Felix Sagau, Medals, Cadiz mint.

jueves, 23 de diciembre de 2021

La moneda de cuño español en circulación en la Isla del Príncipe Eduardo y el Holey Dollar / The Spanish currency in circulation on Prince Edward Island and the Holey Dollar / La monnaie espagnole en circulation à l'Île-du-Prince-Édouard et le Holey dollar

 Publicado en UNAN Numismática, nº 45, noviembre-diciembre, 2021

https://www.academia.edu/65669143/La_moneda_de_cu%C3%B1o_espa%C3%B1ol_en_circulaci%C3%B3n_en_la_Isla_del_Pr%C3%ADncipe_Eduardo_y_el_Holey_Dollar_The_Spanish_currency_in_circulation_on_Prince_Edward_Island_and_the_Holey_Dollar_La_monnaie_espagnole_en_circulation_%C3%A0_l%C3%8Ele_du_Prince_%C3%89douard_et_le_Holey_dollar

Tras su conquista en 1758, esta isla, como Nueva Brunswick, fue anexionada a Nueva Escocia en 1763, si bien siete años después y por petición de sus habitantes se constituyó como una colonia separada. En un Acta de 1785, el dinero de curso legal de la isla es definido por su valoración en cinco chelines por cada peso de cuño español, la misma valoración que tenía en las colonias británicas de América del Norte. La estimación del siglo XVIII de los pesos españoles a 4 chelines y 6 peniques esterlinos tuvo una amplia vigencia en esta colonia. En fecha 22 de septiembre de 1813, el gobernador Charles Douglass Smith decidió, para dotar a la misma de un circulante propio, por Orden en una Minuta del Consejo Ejecutivo de la Asamblea Legislativa, que mil pesos de cuño español debían ser cortados en el Tesoro, sacando una pieza circular de su centro. Los pesos así cortados debían ser emitidos y recibidos en la Tesorería por un valor de cinco chelines corrientes, y su centro por un chelín.

 

After its conquest in 1758, this island, like New Brunswick, was annexed to Nova Scotia in 1763, although seven years later and at the request of its inhabitants it was established as a separate colony. In a revenue Act of 1785, the island's lawful money is defined by its rate at five shillings for each Spanish milled dollar, the standard currency in British North American Colonies. The 18th century rating of the Spanish dollar at 4 shillings and 6 pence had a long survived in this colony. On September 22 1813, Governor Charles Douglass Smith decided, in order to create a distinctive coinage, by Order of a Minute of the Executive Council of the Legislative Assembly that one thousand Spanish dollars should be cut in the Treasury, taken out a circular piece from its centre. The dollars thus cut were to be issued from and received at the Treasury at the rate of five shillings currency, and its centre for one shilling currency.

 

Après sa conquête en 1758, cette île, comme le Nouveau-Brunswick, fut annexée à la Nouvelle-Écosse en 1763, bien que sept ans plus tard et à la demande de ses habitants, elle fut établie en tant que colonie distincte. Dans une loi de 1785, la monnaie légale de l'île est définie par sa valeur à cinq sous sterlings pour chaque piastre frappée en Espagne, la même valeur qu'elle avait dans les colonies britanniques d'Amérique du Nord. L'estimation du 18ème siècle de piastres espagnoles à 4 sous –shilling- et 6 diners –pence- sterlings a eu une longue vie dans cette colonie. Le 22 septembre 1813, le gouverneur Charles Douglass Smith a décidé, afin de lui fournir sa propre circulation, par ordre dans un procès-verbal du Conseil exécutif de l'Assemblée législative, que mille piastres espagnoles devraient être coupés dans le Trésor, en supprimant une pièce circulaire à partir de son centre. Les piastres ainsi coupés devaient être émis et reçus au Trésor pour une valeur de cinq sous ordinaires, et son centre pour un sou sterling.

Moedas cunhadas na América que circulam em Moçambique com carimbo MR / Monedas acuñadas en América circulantes en Mozambique con resello MR

 Publicado en UNAN Numismática, nº45, noviembre-diciembre 2021

https://www.academia.edu/65667644/Moedas_cunhadas_na_Am%C3%A9rica_que_circulam_em_Mo%C3%A7ambique_com_carimbo_MR_Monedas_acu%C3%B1adas_en_Am%C3%A9rica_circulantes_en_Mozambique_con_resello_MR

Nos anos de 1767 e 1768, a moeda circulante em Moçambique foi carimbada com a monograma MR. Devemos a Dom José Maria Folgosa um magnífico estudo sobre o assunto, que inclui as transcrições de vários documentos de apoio à sua investigação no Arquivo Histórico Colonial, publicado em 1947, que continua a ser uma obra de referência para o estudo desta temática.

En los años 1767 y 1768 se llevó a cabo el resello de la moneda circulante en Mozambique con el monograma MR. Debemos a don Jose Maria Folgosa un magnífico estudio sobre el mismo, en el que se incluye las transcripciones de varios documentos justificativos de sus investigaciones procedentes del Arquivo Histórico Colonial, publicado en 1947, que sigue siendo una obra de referencia para el estudio de este tema. 

Los planos de las Reales Casas de Moneda de Guatemala en el Archivo General de Indias

 Publicado en UNAN Numismática, nº 45, noviembre-diciembre 2021

https://www.academia.edu/65666335/Los_planos_de_las_Reales_Casas_de_Moneda_de_Guatemala_y_Nueva_Guatemala_en_el_Archivo_General_de_Indias

Cuando por Real Cédula de 17 de enero de 1731 dictada en Sevilla, el monarca respondió de forma positiva a las peticiones recibidas desde 1717 y autorizó el comienzo de las obras de la Casa de Moneda de Guatemala, su establecimiento se llevó a cabo en las instalaciones contiguas al Palacio de los Capitanes Generales de la ciudad de Santiago de los Caballeros. En el Archivo General de Indias, en adelante AGI, encontramos numerosa información documental y gráfica sobre los edificios que sucesivamente fueron siendo utilizados y reformados, desde el año 1737 hasta 1813.