Publicado en Numismático Digital, 2 de octubre de 2013
http://www.numismaticodigital.com/noticia/6818/Articulos-Numismatica/Y-en-Flandes-se-puso-el-sol.html
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Por el Tratado de Baden de 1711 Felipe V cedió a Maximiliano II Manuel de
Baviera la soberanía de unos Países Bajos españoles que en la práctica habían
quedado reducidos a Namur y Luxemburgo. Fue bajo su gobierno, a nombre de
Felipe V y al suyo propio, en el que encontramos las últimas emisiones de los monarcas
españoles en los territorios de la herencia borgoñona de Carlos V.
Descendiente tanto de Carlos V como de su hermano
Fernando I de Habsburgo, y emparentado casas gobernantes de Francia, Saboya y Polonia, Maximiliano estuvo casado
en primeras nupcias con Maria Antonia de Austria, hija del Emperador Leopoldo I
y de la infanta Margarita Teresa de España. Fue asimismo padre de José Fernando
de Baviera, designado sucesor por Carlos II de España y muerto prematuramente
en 1699, y de Carlos VIII Alberto, que será elegido emperador del Sacro Imperio
en 1742.
Su carrera militar comenzó defendiendo Viena de los ataques
otomanos, y en 1688 expulsó a los turcos de Belgrado. En 1692 fue nombrado
Gobernador de los Países Bajos españoles, y en dicho puesto recibió y acató el
testamento de Carlos II. Aliado con los Borbones contra los Habsburgo, a los
que pretendía suplantar en el Sacro Imperio, perdió sus territorios bávaros
tras las batallas de Friedlinger y Blenheim, por lo que en 1704 fue nuevamente
nombrado gobernador del Flandes hispano.
Tras la batalla de Ramillies, el 23 de mayo de 1706, el
ejército aliado bajo el mando de John Churchill, primer duque de Marlborough,
tomó posesión de los Países Bajos españoles en muy poco tiempo en nombre del
Archiduque Carlos de Habsburgo. Sólo quedaron en poder de Felipe V parte del
Hainaut, a cuya capital Mons se trasladó el gobierno hasta su toma por los
aliados en 1709, y las provincias de Namur y Luxemburgo.
Con anterioridad a la invasión aliada se había batido
moneda en las dos cecas que aún estaban operativas en Flandes, las de Bruselas y
Amberes, a nombre de Felipe V y con su efigie, tanto en oro como en plata. El
sistema monetario flamenco era heredero de su propia tradición medieval y había
sido mantenido por la casa de Habsburgo, y estas primeras emisiones de Felipe V
mantuvieron asimismo los tipos anteriores, con la novedad de la inclusión del
escusón con las armas de Borbón en el escudo.
Las monedas de oro acuñadas lo fueron entre los años 1703
y 1706 en soberanos y medios soberanos, en Brujas solamente en el año
1704 y en Amberes en este intervalo de tiempo, con retrato del monarca coronado
a derecha en su anverso y leyenda PHILIPPUS V D G HISP ET INDIAR REX, y escudo
rodeado con el Toisón de Oro en el reverso y leyenda BURGUND DUX BRABANT. Estas
leyendas se repiten en todas las piezas emitidas. En metal áureo se batieron asimismo en Amberes
entre 1703 y 1705 ducatones y medios ducatones de oro con busto con peluca en
anverso, y escudo franqueado por leones en reverso, y en Brujas en 1704.
En cuanto a las emisiones argénteas, la de menor valor
facial fueron los escalines acuñados
en Amberes en 1704 y 1705 y en Brujas el primero de estos años, con un león
rampante con escudo y espada en alto en su anverso, y en su reverso las armas
de la monarquía sobre la cruz de Borgoña y el año de emisión. Se batieron
igualmente ducatones y medios ducatones con los mismos tipos vistos
para las emisiones áureas, en 1703 y 1704. En la ceca de Brujas se acuñaron
entre 1702 y 1705 patagones y medios patagones con cruz de Borgoña en su
anverso con dos monogramas coronados del soberano rodeándola, y escudo del
soberano rodeado del Toisón de Oro en su reverso.
Tras la entrada de las tropas aliadas las mismas cecas
que habían batido moneda a nombre de Felipe V lo siguieron haciendo a nombre de
la nueva autoridad emisora, manteniendo los tipos, con los obvios cambios en
los escudos del reverso, que volvieron a ser los tradicionales de la monarquía
hispánica, la titulación de Carlos III como Rey de España y de las Indias y el
cambio del busto.
Entre 1707 y 1711 se batieron escalines, patagones y
medios patagones de plata y soberanos, dobles soberanos y ducatones de oro a nombre de Carlos III. La mayor parte
de las nuevas emisiones de oro y plata se realizaron en la ceca de Amberes,
acuñándose en Brujas exclusivamente patagones
y medios patagones en el año
1709.
Tras la pérdida de Amberes, Bruselas y Brujas se restableció
por las autoridades borbónicas el taller de acuñación de la ciudad de Namur.
Estas monedas son fácilmente reconocibles por el año de su acuñación, 1709, y
por su marca de ceca, un leoncito. Los faciales batidos fueron escalines, así como liards sencillos y dobles. Estas emisiones mantienen las leyendas
de anversos y reversos antes dichas, llevando los escalines como motivo en su anverso un león apoyado sobre un escudo
redondo con las armas de Austria –o Lorena- y Borgoña antigua, y una de las emisiones
de dobles liards un busto a derecha
con peluca grande a lo Luis XIV y el Toisón de Oro.
Luis XIV convenció a su nieto Felipe V para que cediese
sus derechos sobre los Países Bajos a Maximiliano Manuel, lo que se produjo en
junio de 1711. En un primer momento Maximiliano mantuvo los tipos anteriores de
Carlos II y Felipe V en las emisiones de los soberanos de oro, si bien en 1713
introdujo nuevos tipos de influencia gala, con su busto en anverso y sus armas
en el reverso. En cuanto a las piezas batidas en plata, mantuvo asimismo los
tipos de los monarcas españoles que le precedieron.
El 7 de mayo de 1714 se ordenó la emisión de numerario en
ambos metales en la cuantía de quinientos mil florines en soberanos y medios soberanos
de oro y plata y escalines y medios escalines de este mismo metal, fijándose
en la misma norma su ley y peso. La moneda se realizó a molino, dado que en un
inventario fechado en Bruselas el 2 de diciembre de 1713 se citan cinco presas
de volante con su utillaje y un balancín con dos bolas de plomo, así como
laminadores y otras máquinas y muebles, y se encargaron de su fabricación
mediante asiento Van Soest y Blommaerts.
Ya a mediados del siglo siguiente Chalon afirmaba que las
monedas a su nombre, salvo los escalines,
eran difíciles de reunir, y no había conseguido encontrar documentación de las
cifras de acuñación ni en Bruselas ni en Namur. Afirmaba que las de mayor
facial conocidas estaban en conservación flor de cuño, por lo que no debían
haber circulado. El grabado de su busto con peluca grande en las monedas fue
obra de Thomas Bernard, con monograma TB, que realizó también en Paris monedas
para Luis XIV.
La labra de liards
tanto a nombre de Felipe V como al de Maximiliano Manuel en Namur dio lugar a
gran número de reclamaciones por parte de los oficiales monetarios del gobierno
de Bruselas y a la adopción de medidas represivas para evitar su entrada y
circulación en las provincias controladas por los aliados. Asimismo, la
documentación muestra la práctica de los monederos de Namur de acuñar liards a nombre del fenecido Carlos II,
inundando las provincias vecinas de este numerario.
La moneda de este tipo fue desmonetizada en 1712,
reemplazándola por la de busto con peluca. Tanto los gobiernos enfrentados de
Namur y Bruselas sufrieron las turbulencias monetarias producidas por las
alteraciones monetarias llevadas a cabo por Luis XIV tras medio siglo de
guerras.
Por la Paz de Utrecht de 11 de abril de 1713 se garantizó
al Emperador la soberanía de todos los Países Bajos españoles, si bien
Maximiliano seguía en posesión de las provincias de Luxemburgo y Namur, y
recuperaba sus estados hereditarios perdidos en el conflicto. El día 1 de
diciembre de 1714 el elector hizo saber a las autoridades de Namur que en
virtud de los tratados de Rastadt y Baden la soberanía del condado, de Beaumont
y de Chimai pasaba al Emperador, a quien a partir de este momento debían
fidelidad.
La última emisión de moneda de oro de liards
se llevó a cabo el 7 de diciembre de 1714. Si bien tras la proclamación de
Carlos de Habsburgo el 14 de febrero de 1715 el Consejo de Namur ordenó la circulación
de las monedas de Maximiliano exclusivamente en el condado, orden que fue
ratificada el 12 de marzo siguiente, los liards
a su nombre siguieron en circulación unos años más, como lo prueba la normativa
que la toleraba de fechas 31 de marzo de 1718 y 20 de diciembre de 1719.
Bibliografía
CHALON, R.H.G., Recherches
sur les monnaies des comtes de Namur, Bruxelles, 1860.
ECHEVARRÍA, M.A., Flandes
y la Monarquía Hispánica. 1500-1713, Madrid, 1998.
VICENTI, J.A., Catálogo General de la moneda española,
Imperio español (Europa), I ed., Madrid, 1976.