Publicado en Numismático Digital, 4 de diciembre de 2013
http://www.numismaticodigital.com/noticia/6956/Articulos-Numismatica/La-moneda-espanola-en-la-Isla-Hermosa.HTML
El asentamiento de los españoles en la Isla Hermosa se produjo en un momento en el que la presencia hispana en el archipiélago filipino atravesaba graves problemas. Los ataques piráticos, el incremento de las tasas aduaneras en China, el deterioro de las relaciones comerciales con Japón, la agresiva actitud de los holandeses y su establecimiento en el sur de esta isla habían reducido sustancialmente el comercio de Manila. Todo ello movió a Fernando de Silva, gobernador de Filipinas, a enviar a finales de la primavera de 1626 a Antonio Carreño de Valdés a ocupar la Isla Hermosa.
La expedición se componía de unos pocos cientos de soldados embarcados en dos veleros y una docena de sampangs, y llegó el día 11 de mayo al cabo más septentrional de la isla, al que bautizaron Santiago, en taiwanés San-tia-gak. El día siguiente entraron sin resistencia en el puerto de Quelang, actual Keelung, que podía albergar hasta quinientos veleros, al que llamaron Santísima Trinidad, y poco después comenzó la construcción del fuerte de San Salvador en la pequeña isla Ho-p’ing -de la Paz-. En 1628 los españoles ocuparon Tamsui o Tan-shui -Agua Fresca-, una población cercana a la actual Taipei, y levantaron un fuerte llamado Santo Domingo para extender su control por todo el norte de la isla.
En 1634 había aproximadamente 300 españoles viviendo alrededor de la Bahía de Quelang, y unos 200 establecidos en el banco norte del estuario del Tamsui, siendo más de la mitad de ellos de etnias filipinas. En ese tiempo Tamsui estaba poblado por ocho o nueve tribus autóctonas diferentes. De acuerdo con las fuentes holandesas, en 1631 las fuerzas militares hispanas estaban compuestas de entre 300 y 400 filipinos oriundos de la provincia de Pampanga, y de entre 200 y 300 españoles, si bien las fuentes hispanas sólo mencionan entre 100 y 150 españoles establecidos en la isla.
El comercio de Manila con China se fue poco a poco recuperando, restaurándose hacia 1630. Es de suponer que la presencia de esta guarnición en el norte de Formosa tuvo un efecto disuasorio sobre las ambiciones neerlandesas. Desde su base en el sur de la isla y en otros puntos de Extremo Oriente la Compañía de las Indias Holandesas incrementó notablemente su comercio con Japón, y es probable que se evitasen enfrentamientos innecesarios con los españoles.
A la llegada de los españoles la economía de los nativos del área de Tamsui era agrícola, y su producción se destinaba al autoconsumo, mientras que la de los de Quelang se basaba más en la construcción de barcos y en el comercio. Al parecer no conocían o no necesitaban el uso de moneda, dado que permutaban bienes a cambio de otros o de cuentas, pequeñas piedras coloreadas. Pero en estos años los nativos comenzaron a apreciar el uso de la plata, al igual que sus principales socios comerciales, los comerciante chinos que instalaron su parian, barrio comercial, en Santísima Trinidad.
L os nativos también recibieron plata de los
españoles. Probablemente la primera gran entrada de
reales de a ocho se produjo cuando los españoles comenzaron a pagar los 400 o
600 pesos que entregaron como compensación por los daños infringidos cuando las
tropas hispanas entraron en Quelang. El flujo de plata continuó como pago de
servicios, compra de arroz y otros alimentos, etc., por lo que comenzó a
circular alterando el antiguo sistema económico, al exigirse muchos desembolsos
en moneda argéntea. Borao pone el ejemplo de los pagos de las dotes de las
muchachas nativas que se casaban con los soldados españoles, que eran pedidas
por sus padres en moneda de plata.
Algunos comerciantes chinos observaron que los nativos no eran muy duchos en distinguir los pesos verdaderos de los falsos, y trataron de sacarle provecho. Los pesos verdaderos eran batidos, mientras que los falsos eran fundidos, e intentaron ofrecerles falsos y recoger a cambio los buenos. Cocci, el primer dominico que llegó a Fuzhou, informó al gobernador de la existencia de un taller de falsificación de moneda española en esta población. Se recogieron varios ejemplares y se informó del caso a Manila. La práctica continuó, dado que en 1639 se descubrió a un pampango con un real de a dos falso. El gobernador Cristóbal Márquez no estaba seguro de la amplitud de la circulación de esta moneda espuria, por lo que envió al pampango y a la moneda a Manila.
Nacido en Hirado, Japón, Koxinga llegó a ser el comandante en jefe de las fuerzas marítimas de la dinastía Ming, y dedicó los últimos dieciséis años de su vida a combatir la conquista manchú de China. Tras la toma de Formosa la convirtió en su base de operaciones, con una flota según Buzeta de mil embarcaciones montadas por cien mil hombres. Un año después, durante el gobierno de Saviniano Manrique de Lara, llevó a cabo numerosos ataques contra poblaciones españolas en las Filipinas, y llegó incluso a exigir tributo al gobernador de Manila, bajo amenaza de atacar la ciudad.
Los españoles se negaron a ello y concentraron sus tropas en la capital, pero el ataque no se llevó a cabo por la muerte por malaria de Koxinga este mismo año. Su hijo Zheng Jing sucedió a su padre como Rey de Tungning, un estado que pocos años después, en 1683, cayó en manos de los Qing manchúes. Durante este periodo una continua y fomentada inmigración china en la isla cambió radicalmente la composición étnica de su población.
Tanto durante el gobierno de los holandeses como en el subsiguiente chino la moneda más utilizada en la isla fue el real de a ocho español, tanto como moneda de uso como de cuenta. Dado que la onza Cheng o Zheng –del reino de Tungning- era igual a un 0,7 de los taels Qing comunes, y los reales de a ocho generalmente se cambiaban por 0,71 o 0,73 taels, los pesos y las onzas Cheng tenían aproximadamente el mismo valor.
Con la conquista manchú el papel de la moneda española en Formosa siguió los mismos derroteros que en el resto de los dominios chinos y de todos los mercados de Oriente, siendo la moneda de referencia hasta bien entrado el siglo XIX. Buena prueba de ello es la compra de alcanfor que la compañía norteamericana Augustine Heard & Co hizo en 1855 de 1.300 picules –algo más de 78 toneladas y media- de alcanfor, pagados a un precio con descuento de 15.000 Fernandos, reales de a ocho españoles de este monarca.
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La Isla Hermosa o Ilha Formosa, actual Taiwán,
fue entre 1626 y 1642 la gobernación más septentrional de la Capitanía General
de Filipinas y del Virreinato de Nueva España en el Mar de China Oriental. La presencia española supuso la entrada de moneda de plata en la
misma y la monetización de su economía. Los pesos españoles fueron asimismo la
moneda circulante de los ulteriores dominadores holandeses y chinos, y su uso
perduró hasta bien entrado el siglo XIX, siendo su moneda actual el nuevo dólar
taiwanés.
El asentamiento de los españoles en la Isla Hermosa se produjo en un momento en el que la presencia hispana en el archipiélago filipino atravesaba graves problemas. Los ataques piráticos, el incremento de las tasas aduaneras en China, el deterioro de las relaciones comerciales con Japón, la agresiva actitud de los holandeses y su establecimiento en el sur de esta isla habían reducido sustancialmente el comercio de Manila. Todo ello movió a Fernando de Silva, gobernador de Filipinas, a enviar a finales de la primavera de 1626 a Antonio Carreño de Valdés a ocupar la Isla Hermosa.
La expedición se componía de unos pocos cientos de soldados embarcados en dos veleros y una docena de sampangs, y llegó el día 11 de mayo al cabo más septentrional de la isla, al que bautizaron Santiago, en taiwanés San-tia-gak. El día siguiente entraron sin resistencia en el puerto de Quelang, actual Keelung, que podía albergar hasta quinientos veleros, al que llamaron Santísima Trinidad, y poco después comenzó la construcción del fuerte de San Salvador en la pequeña isla Ho-p’ing -de la Paz-. En 1628 los españoles ocuparon Tamsui o Tan-shui -Agua Fresca-, una población cercana a la actual Taipei, y levantaron un fuerte llamado Santo Domingo para extender su control por todo el norte de la isla.
En 1634 había aproximadamente 300 españoles viviendo alrededor de la Bahía de Quelang, y unos 200 establecidos en el banco norte del estuario del Tamsui, siendo más de la mitad de ellos de etnias filipinas. En ese tiempo Tamsui estaba poblado por ocho o nueve tribus autóctonas diferentes. De acuerdo con las fuentes holandesas, en 1631 las fuerzas militares hispanas estaban compuestas de entre 300 y 400 filipinos oriundos de la provincia de Pampanga, y de entre 200 y 300 españoles, si bien las fuentes hispanas sólo mencionan entre 100 y 150 españoles establecidos en la isla.
El comercio de Manila con China se fue poco a poco recuperando, restaurándose hacia 1630. Es de suponer que la presencia de esta guarnición en el norte de Formosa tuvo un efecto disuasorio sobre las ambiciones neerlandesas. Desde su base en el sur de la isla y en otros puntos de Extremo Oriente la Compañía de las Indias Holandesas incrementó notablemente su comercio con Japón, y es probable que se evitasen enfrentamientos innecesarios con los españoles.
A la llegada de los españoles la economía de los nativos del área de Tamsui era agrícola, y su producción se destinaba al autoconsumo, mientras que la de los de Quelang se basaba más en la construcción de barcos y en el comercio. Al parecer no conocían o no necesitaban el uso de moneda, dado que permutaban bienes a cambio de otros o de cuentas, pequeñas piedras coloreadas. Pero en estos años los nativos comenzaron a apreciar el uso de la plata, al igual que sus principales socios comerciales, los comerciante chinos que instalaron su parian, barrio comercial, en Santísima Trinidad.
Algunos comerciantes chinos observaron que los nativos no eran muy duchos en distinguir los pesos verdaderos de los falsos, y trataron de sacarle provecho. Los pesos verdaderos eran batidos, mientras que los falsos eran fundidos, e intentaron ofrecerles falsos y recoger a cambio los buenos. Cocci, el primer dominico que llegó a Fuzhou, informó al gobernador de la existencia de un taller de falsificación de moneda española en esta población. Se recogieron varios ejemplares y se informó del caso a Manila. La práctica continuó, dado que en 1639 se descubrió a un pampango con un real de a dos falso. El gobernador Cristóbal Márquez no estaba seguro de la amplitud de la circulación de esta moneda espuria, por lo que envió al pampango y a la moneda a Manila.
Los frecuentes tifones, los
enfrentamientos con los naturales y los holandeses, la retirada de tropas para
hacer frente a los ataques de los piratas moros en el archipiélago filipino y
las enfermedades debilitaron la posición española en Formosa.
En 1638 se evacuó Tamsui y en 1642 una flota holandesa tomó
Santísima Trinidad. Los holandeses dominaron la isla hasta 1662, cuando fueron
expulsados por el corsario y almirante chino Zheng Chenggong, conocido en
Occidente como Koxinga y en Filipinas como Cong-Sing.
Nacido en Hirado, Japón, Koxinga llegó a ser el comandante en jefe de las fuerzas marítimas de la dinastía Ming, y dedicó los últimos dieciséis años de su vida a combatir la conquista manchú de China. Tras la toma de Formosa la convirtió en su base de operaciones, con una flota según Buzeta de mil embarcaciones montadas por cien mil hombres. Un año después, durante el gobierno de Saviniano Manrique de Lara, llevó a cabo numerosos ataques contra poblaciones españolas en las Filipinas, y llegó incluso a exigir tributo al gobernador de Manila, bajo amenaza de atacar la ciudad.
Los españoles se negaron a ello y concentraron sus tropas en la capital, pero el ataque no se llevó a cabo por la muerte por malaria de Koxinga este mismo año. Su hijo Zheng Jing sucedió a su padre como Rey de Tungning, un estado que pocos años después, en 1683, cayó en manos de los Qing manchúes. Durante este periodo una continua y fomentada inmigración china en la isla cambió radicalmente la composición étnica de su población.
Tanto durante el gobierno de los holandeses como en el subsiguiente chino la moneda más utilizada en la isla fue el real de a ocho español, tanto como moneda de uso como de cuenta. Dado que la onza Cheng o Zheng –del reino de Tungning- era igual a un 0,7 de los taels Qing comunes, y los reales de a ocho generalmente se cambiaban por 0,71 o 0,73 taels, los pesos y las onzas Cheng tenían aproximadamente el mismo valor.
Con la conquista manchú el papel de la moneda española en Formosa siguió los mismos derroteros que en el resto de los dominios chinos y de todos los mercados de Oriente, siendo la moneda de referencia hasta bien entrado el siglo XIX. Buena prueba de ello es la compra de alcanfor que la compañía norteamericana Augustine Heard & Co hizo en 1855 de 1.300 picules –algo más de 78 toneladas y media- de alcanfor, pagados a un precio con descuento de 15.000 Fernandos, reales de a ocho españoles de este monarca.
Bibliografía:
BORAO, J.A., “An overview of the Spaniards in Taiwan (1626-1642)”, Proceedings of the Conference on China and Spain during the Ming and Qing Dynasties, Centre of Sino-Western Cultural Studies, I.P.M., Macao, May 2007.
BORAO,
J.A., The
Spanish Experience in Taiwan 1626-1642: The Baroque Ending of a Renaissance
Endeavour, Hong Kong University Press, 2009.BORAO, J.A., “An overview of the Spaniards in Taiwan (1626-1642)”, Proceedings of the Conference on China and Spain during the Ming and Qing Dynasties, Centre of Sino-Western Cultural Studies, I.P.M., Macao, May 2007.
BUZETA, M. y BRAVO, F., Diccionario Geográfico, Estadístico,
Histórico de las Islas Filipinas, Madrid, 1831.
SHIH-SHAN
HENRY TSAI, Maritime
Taiwan: Historical Encounters with the East and the West, Estados Unidos,
2008.
SHEPHERD,
J.R., Statecraft and Political Economy on the
Taiwan Frontier, 1600-1800, Stanford University Press, 1993.