Publicado en UNAN Numismática, nº 34, enero-febrero 2020
https://www.academia.edu/41900333/Las_emisiones_portuguesas_de_la_Casa_de_Austria_de_Felipe_II_I_de_Portugal
VICENTI, J.A., Catálogo General de la moneda española, Imperio español (Europa), Fernando II 1475 a Fernando I, 1825, 1º ed., Madrid, 1976.
https://www.academia.edu/41900333/Las_emisiones_portuguesas_de_la_Casa_de_Austria_de_Felipe_II_I_de_Portugal
Tras la muerte del monarca Sebastián I de
Portugal y la aniquilación de su ejército en la batalla de Alcazarquivir o de
los Tres Reyes, en el actual Marruecos,
el 4 de agosto de 1578, la corona portuguesa fue heredada por su tío
abuelo el Cardenal Enrique I de Portugal. Durante su exiguo reinado, dado que
murió el 31 de enero de 1580, se postularon como candidatos a su sucesión
Felipe II de España, como hijo de Isabel de Portugal, Catalina de Portugal, los
duques de Saboya y Parma y Antonio, el Prior de Crato, hijo natural del Infante
Luis de Portugal.
Durante este periodo el abridor de cuños y
ensayador de metales fue Gaspar Paes, que ejercía este oficio desde 1551. Al
mismo se deben las emisiones a nombre de los sucesivos monarcas portugueses
Juan III, Sebastián y el propio Enrique I. De enero a julio de 1580 abrió cuños
para los Gobernadores y Defensores del Reino, y de mediados de julio a mediados
de agosto recibió órdenes para abrir cuños a nombre de don Antonio, Prior de
Crato, superviviente del desastre de Alcazarquivir que se había autoproclamado
Rey de Portugal en Santarém el 19 de junio de eses año.
Ante esta situación Felipe II de España,
apoyado por las clases dirigentes del Reino,
envió un ejército al mando de Francisco Álvarez de Toledo y Pimentel, I
Duque de Alba, que derrotó a las tropas de don Antonio en la batalla de
Alcántara el 25 de agosto. El pretendiente huyó hacia el norte, y
posteriormente a Francia, y finalmente se dirigió a la Isla Terceira, en las
Azores, donde, tras la primera batalla naval de la Historia librada en mar
abierto, una escuadra española de 25 naves al mando de don Álvaro de Bazán,
Marqués de Santa Cruz, derrotó a una escuadra francesa de 64 naves que apoyaba
al pretendiente el 26 de julio de 1582, retirándose don Antonio a Francia en
una de las naves fugitivas.
Felipe fue proclamado Rey de Portugal el 12
de septiembre de 1580, y su Jura se produjo en las Cortes de Tomar del 15 de
abril de 1581. Una de las disposiciones aprobadas en las Cortes de Tomar fue
que Portugal mantendría sus armas y moneda, acuerdo que se cumplió a lo largo
del reinado de Felipe I y de sus sucesores. El escudo oficial de Portugal
continuó invariablemente portando en campo de plata cinco escudetes en azur
dispuestos en cruz con cinco quinas en plata puestas en sotuer, todo ello
bordado de gules con siete castillos de oro.
En el capítulo 12 de los Capítulos de los
Tres Estados presentaron al monarca se pedía que el precio de la plata debía
ser igual en la Casa de Moneda como fuera de ella. 2.570 reís, reais, costaba en
la ceca, mientras que fuera de ella valía 2.400, lo que estimaban que producía
muchos inconvenientes y engaños para el pueblo. En su respuesta, se dijo que no
se debía proveer, dado que sería en perjuicio del bien común de estos Reinos,
en cuyo favor debía haber mucha plata para acuñar y que corriese por el reino,
y sobre si sobre el precio de la que se labrase hubiese exceso, mandaría tomar
información y proveer como entendiese coma más conviniese.
En este ínterin, Paes recibió el 26 de enero
de 1581 la orden del Merino Mayor de la Casa Real Portuguesa y Conde de
Sabugal, don Duarte de Castelo Branco de que la moneda labrada lo fuese a
semejanza de la emitida a nombre de don Enrique, tanto en su peso como en su
forma. La Provisión Real llegó en fecha 1 de febrero, y por ella se fijó el
valor del oro en 30.000 reais el
marco, por lo que quinientos de ellos tenían un peso de 3,82 gramos. Para la
plata se fijó el valor en 2.650 reais
el marco, por lo que el Tostão tenía
un peso de 8,66 gramos. Todas las monedas debían ser acuñadas conforme a las
órdenes y provisiones.
Según recogía Lopes Fernandes, en el Libro
Iº del Registro de la Casa de Moneda de Lisboa se encuentra una Provisión de
Felipe I fechada en Elvas el 1 de febrero, para que se labraran nuevas monedas
de oro y plata de la ley, peso y valor de las acuñadas en tiempo de don
Sebastián y don Enrique. En fecha 4 de febrero de ese mismo año, se prohibió
por Alvará el curso de la moneda batida
a nombre de don Antonio, dado que se afirmaba que tanto las monedas de oro como
de plata carecían del peso legal, y que se consideraba al Prior como usurpador
del Reino, y por tanto carente de la potestad de acuñar moneda. Dicha moneda
debía entregarse en el plazo de quince días a los recibidores de rentas, y a
cambio recibirse su valor en metal noble. Pasado el plazo de quince días, a
cualquier persona, natural o extranjera, a quien se le encontrase dicha moneda,
se le aplicarían las penas en las que incurrían los que labrasen y usasen
moneda falsa.
Por Alvará
de 15 de noviembre de 1582 se alteró el valor del marco de plata, fijándolo en
2.680 reais, y se suprimió el numeral
del monarca. En la misma fecha, una Patente
das Mercès, Graças e Privilegios dada en Lisboa recogió nuevamente lo
votado en las Cortes de Tomar de 1581, que el oro y la plata que se labrase en
moneda en estos Reinos y Señoríos lo fuese con los cuños y armas de Portugal. Por
Carta de 18 de febrero de 1584 se volvió a introducir el Cruzado de oro, con un peso de 3,06 gramos.
A diferencia de lo que ocurrió en los
territorios de la Corona de Castilla, donde por la importantísima Pragmática de
2 de julio de 1588 se introdujo la obligación de incluir la fecha de acuñación,
todas las emisiones portuguesas de este monarca carecen de esta marca de
control. Felipe II acuñó en plata y oro en la ceca de Lisboa, manteniendo
totalmente los módulos, pesos y tipología seguida por los gobernantes
anteriores. En cobre encontramos durante su reinado emisiones de diez reais de la ceca de Lisboa, con escudo
coronado en anverso dentro de una gráfila de puntos y letras L a izquierda y B
a derecha, y la leyenda PHILIPPVS: D.G. REX. PORTUGALIAE: ET +, y en reverso
una x con cruces de cuatro puntos en cada aspa, y la leyenda DECIMUS OCTAVUS.
Por la Lei
de 1 de febrero de 1581 todas las monedas debían ser, como hemos visto, iguales
en peso a las de don Sebastián, debiendo pesar el Tostão 192 gramos, y el marco amonedado de plata se estimaba en
2.400 reais. También como hemos
comentado antes, el 15 de noviembre se incrementó el valor del marco amonedado
a 2.680 reais, haciéndole equivaler
al precio que tenía en Sevilla. De cada marco se sacarían 26 piezas de Tostão y una de 80 reais, teniendo cada Tostão un peso de 127 gramos. Finalmente, por Alvará de 7 de diciembre de 1595, se
ordenó que, atendiendo a la falta de moneda de plata, todas las personas que en
el plazo de tres años llevasen su plata a la Casa de Moneda lo podrían hacer a
un precio de 2.800 reais `por
marco. El peso de cada Tostão quedó fijado en 164 9/19
gramos. Por todo ello, se fabricó moneda de plata con tres pesos diferentes.
Vicenti relaciona hasta cuatro variantes de
emisiones de 20 reais o vintem en plata. En sus anversos llevan el escudo coronado de
Portugal, salvo la cuarta de ellas, en la que solamente encontramos cuatro
quinas en la parte central. La primera de ellas lleva la leyenda PHILIPPVS.D.G.
La segunda de ellas sería una variante a nombre del rey Sebastián, y en las dos
últimas aparece el nombre de Felipe como Rey de Portugal. La mayor diferencia
se encuentra en los reversos. Las dos primeras llevan una F y dos X como
motivos centrales, y la leyenda REX+ALGARABIORVM. En las dos últimas variantes encontramos
como motivo dos X, y mientras que en la primera la leyenda es
PORTUGALIE.ALGARB., en el segundo es ALGARBIORVM.AFRICAE.
También en plata encontramos monedas de 40
y 60 reais. En su anverso aparece una
F coronada sobre el valor, XXXX dentro de una gráfila. En la de 40 la leyenda
es REX.PORTUGALIE.D.G.ET., mientras que en la de 60 reais aparece la leyenda PHILIPPVS.D.G.REX.PORTUGAL+. El tipo de
los reversos es igual en ambos casos, una cruz griega, conocida como del monte
calvario, flanqueada de cuatro puntos, y la leyenda IN. HOC. SIGNO. VINCES+,
careciendo las monedas de ambos valores de gráfila en una variante de ambas.
Se encuentran asimismo varias variantes de
emisiones en plata de ½ Tostão, con
quinas en anverso y tipos y leyendas similares en reverso para las emisiones
antes vistas de 40 y 60 reais. Acuñado
con ley de 11 dineros, recibía un valor de 50 reais. Por la Lei de 1582
se sacaban 53 piezas y 30 reais de
cada marco, pesando cada moneda 86 gramos. Las emisiones de mayor módulo de
plata lo fueron de Tostão, existiendo
variantes. En su anverso aparece el escudo del reino y la titulación de Felipe como Rey de Portugal, y en su reverso
aparece nuevamente la leyenda IN.HOC.SIGNO.VINCES+, alrededor de una cruz de la
Orden de Cristo, rodeada o no con gráfila.
En las emisiones áureas, la ley estaba
fijada en 22 1/8 quilates, valiendo los cuatro cruzados 1.600 reais, con talla de 18 ¾
el marco y peso de cada moneda de 246 1/3 gramos. La Lei de 18 de febrero de 1584 ordenó que
no se labrasen las monedas de oro como hasta ese momento, sino que se acuñasen,
a razón de 30.000 reais el marco de
oro cruzados simples, de a dos y de a
cuatro. Los dos cruzados recibían el
valor de 800 reais, con talla de 37 ½ el marco y peso de 123 1/6
gramos, y el cruzado sencillo tenían el valor de 400 reais, talla de 75 piezas el marco y peso de 61 7/18
gramos la pieza.
Los motivos de las emisiones de oro de uno,
dos y cuatro cruzados son muy
uniformes, con la leyenda PHILIPPVS.D.G. REX.PORTUGALIE, rodeando las armas de
Portugal, y con los valores L a izquierda y las marcas de valor, I, II o IIII a
la derecha. Su reverso es en todo similar a las emisiones argénteas de ½ Tostão. En cuanto a las emisiones áureas
de 500 reais, su anverso es similar
al de los cruzados, pero sin las
marcas de valor, y en su reverso encontramos la cruz de la Orden de Cristo y la
misma leyenda IN.HOC.SIGNO.VINCES.
En cuanto al circulante en las Islas de
Madeira y Puerto Santo, por Lei de 25
de noviembre de 1582 se ordenó que los reales sencillos castellanos corriesen a
un precio de dos vintens cada uno, el
medio real a un vintem, los dos
reales a cuatro vintens y los cuatro
reales a ocho vintens.
Para saber más:
ALMEIDA, V.M de.- “A Gerigonça Filipina.
Conjecturas e Heresias”, Numismatas,
2017.
LOPES FERNANDES, M.B., Memoria das moedas correntes em Portugal, desde o tempo dos romanos
até o anno de 1856, Parte 1, Lisboa, 1856.VICENTI, J.A., Catálogo General de la moneda española, Imperio español (Europa), Fernando II 1475 a Fernando I, 1825, 1º ed., Madrid, 1976.
Ilustraciones: Museu Casa da Moeda.