Publicado en Oroinformación, 31 de marzo de 2020
https://oroinformacion.com/el-uso-del-platino-en-las-mas-bellas-obras-de-orfebreria-prehispanica-de-la-cultura-de-la-tolita-tumaco/
Mejías Álvarez, Mª.J., “Algunas consideraciones sobre la orfebrería del platino en la América Prehispánica a través de la cultura La Tolita-Tumaco”, Laboratorio de Arte 10, 1997, pp. 47-61.
Scott, D.A., “The la Tolita-Tumaco Culture: Master Metalsmiths in Gold and Platinum”, Latin American Antiquity Vol. 22, No. 1 (March 2011), pp. 65-95.
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Si
bien el conocimiento del platino como metal noble se relaciona actualmente con
don Antonio de Ulloa a mediados del siglo XVIII, los pueblos prehispánicos de
la cultura de La Tolita-Tumaco, en el área pacífica de los actuales países de
Colombia y Ecuador, en las áreas del Chocó-Nariño y de Esmeraldas, utilizaron
este metal para algunas de las más bellas obras de orfebrería de ella
conservadas.
Los orígenes de esta cultura se vinculan
con elementos provenientes de culturas de Mesoamérica, aunque también hunde sus
raíces en culturas locales, especialmente la de Chorrera. Durante su desarrollo
mantuvo contactos con culturas como Jama-Coaque, Bahía y otras de los actuales
Ecuador y Colombia. La Tolita participó según algunos estudiosos activamente en
la difusión de la metalurgia y técnicas de orfebrería hacia Centroamérica.
Los dos yacimientos más importantes de esta
cultura, y que le dan nombre, son La Tolita, en la isla de la Tola, en la desembocadura
del río Santiago, en el actual Ecuador, y en Tumaco, en los alrededores del río
Mira, en la actual Colombia. Su cronología es bastante amplia, dado que abarca
desde el año 700 a.C. al 90 d.C., con dos etapas: una Temprana, entre el 700 y
el 200 a.C., y otra Clásica, entre esta fecha y el 90 d.C. La orfebrería
comenzó a desarrollarse a finales de la primera época, y es en la época clásica
cuando se encuentran sus rasgos culturales más importantes. Los primeros
trabajos metalúrgicos se remontan al 400 a.C.
Esta cultura indígena consiguió, antes de
la llegada de los españoles, aislar y utilizar el platino más o menos puro, o
aleado con oro argentífero. Según Paul Bergsöe, el platino se obtenía mezclando
pequeñas partículas de su mena en el oro fundido, mediante calentamiento y
martilleo alternativos. Según Girolamo Benzoni, en su obra “Historia del Nuevo
Mundo” publicada en Venecia en 1565, los orfebres indígenas del actual Ecuador
hacían objetos maravillosos sin conocer ningún instrumento de hierro. El oro
era trabajado en frío, en caliente o fundiéndolo en crisoles de cerámica,
obteniendo la temperatura para ello soplando tubos de madera o cañas.
Una parte importante de la producción
parece haberse dedicado a los enterramientos suntuosos. En esta área son
abundantes estos enterramientos, que en la mayoría de los casos tienen ricos
ajuares funerarios compuestos de adornos corporales de cuarzo, obsidiana y
hueso, cerámica y excelentes piezas de orfebrería de oro y platino. Los
hallazgos muestran cómo los orfebres destacaron del resto de los artesanos por
su elaboración de gran cantidad de piezas de uso funerario y ritual.
El desarrollo técnico alcanzado permitió
combinar diversos materiales, aleando varios metales como en el caso de la tumbaga,
con oro y cobre, o el bronce arsénico, con cobre y arsénico. La mayor parte de
las piezas de orfebrería conservadas fueron realizadas martilleando láminas de
metal, pero también hay otras labradas con otros métodos sencillos, como el
laminado, el pulido y bruñido, la soldadura o el repujado. También hay ejemplos
de técnicas más complejas, como la cera perdida, la filigrana o el vaciado en
moldes.
La mayoría de las piezas están relacionadas
con la ornamentación personal. Entre ellos se encuentran narigueras, clavos
faciales, orejeras, pendientes, collares, anillos, pezoneras, gargantillas,
fundas dentales, brazaletes, pectorales, diademas o penachos. Para el uso
ritual y para ser enterrados como ajuares de uso funerario se encuentran las
máscaras, los cuencos, los cascabeles y las figuras antropológicas y zoomorfas.
Entre esta producción, las piezas maestras
de orfebrería en platino encontradas se localizan en el yacimiento de la isla
de La Tola, mientras que en Tumaco los objetos de platino encontrados son
piezas pequeñas, principalmente orejeras y narigueras. Entre las piezas más
importantes se encuentran las máscaras funerarias, naturalistas y normalmente
de tamaño natural. En ellas se combinan habitualmente el oro y el platino,
utilizándose este último metal para los ojos y algunos adornos complementarios.
Las máscaras que representan a seres humanos muestran individuos de rostro
amplio, ojos almendrados, labios finos, nariz ancha y un tocado que sugiere una
deformación craneana, atribuida a un atributo de rango social. En ella se
encuentran o se sabe que había elementos articulados y móviles unidos con
grapas o alambres.
Para saber más:
Benzoni, G., La Historia del Mondo Nuovo, (Relatos
de su viaje por el Ecuador, 1547-1550), Edición de Carlos Radicati di
Primeglio, Guayaquil, 1985.
Bergsöe, P., The metallurgy and
the technology of gold and platinum among the Pre-Columbian Indians,
Copenhague, 1937.Mejías Álvarez, Mª.J., “Algunas consideraciones sobre la orfebrería del platino en la América Prehispánica a través de la cultura La Tolita-Tumaco”, Laboratorio de Arte 10, 1997, pp. 47-61.
Scott, D.A., “The la Tolita-Tumaco Culture: Master Metalsmiths in Gold and Platinum”, Latin American Antiquity Vol. 22, No. 1 (March 2011), pp. 65-95.