domingo, 7 de noviembre de 2021

La circulación de los pesos mexicanos en Puerto Rico a finales del siglo XIX / The circulation of Mexican pesos in Puerto Rico at the end of the 19th century

 Publicado en UNAN Numismática nº 44, 2021

https://www.academia.edu/61221781/La_circulacion_de_los_pesos_mexicanos_en_Puerto_Rico_a_finales_del_siglo_XIX_The_circulation_of_Mexican_pesos_in_Puerto_Rico_at_the_end_of_the_19th_century

La estratégica posición de la isla de Puerto Rico, antemural de los reinos de las Indias españolas, para el control de las rutas comerciales y de las Flotas de la Plata, así como para la defensa del Caribe hispánico, hizo que desde una temprana época le fuese asignado un situado para su mantenimiento. Al carecer de minas de plata, los retrasos en la recepción de estos situados conllevaban la escasez de moneda circulante, por lo que circularon en la isla tanto la moneda provincial de cobre de Santo Domingo como la moneda provisional de papeletas, siendo el primer territorio de la Monarquía donde se hubo de recurrir a la emisión de papel moneda de necesidad. Estos problemas se agravaron con la independencia de las nuevas repúblicas hispanoamericanas, convirtiéndose la moneda macuquina traída por los refugiados de Costa Firme, las actuales Venezuela y Colombia, en el circulante de la isla hasta 1857.

 The strategic position of the island of Puerto Rico, the entrance of the Spanish kingdoms of the Indies, for the control of the commercial routes and the La Plata Fleets, as well as for the defence of the Hispanic Caribbean, meant that from an early time a site was assigned for its maintenance. As they were no silver mines, delays in the reception of these locations led to a shortage of circulating currency, which is why both the provincial copper currency of Santo Domingo and the provisional currency of ballots circulated on the island, being the first territory of the Monarchy where it was necessary to resort to the issuance of paper money of necessity. These problems were aggravated with the independence of the new Spanish-American republics, converting the cob currency brought by the refugees from Costa Firme, the current Venezuela and Colombia, into the circulating of the island until 1857.

 Este numerario fue sustituido por pesos fuertes en 1857 en una cuantía de 1.350.000 pesos, si bien, y debido principalmente a las necesidades del comercio, este nuevo circulante se agotó en tres o cuatro años. Para paliar los efectos de la falta de moneda en el comercio, en 1867 se permitió por Decreto la circulación de los dólares estadounidenses y los napoleones franceses, con un descuento de un 2,5% en relación con el peso de cuño español. Dado que la escasez de moneda siguió produciéndose, se permitió la circulación de los pesos mexicanos en 1879, el mismo año en el que la Unión Latina había suspendido las acuñaciones en metal argénteo.  

 This currency was replaced by Spanish dollars in 1857 in an amount of 1,350,000 pesos, although, and mainly due to the needs of commerce, this new currency ran out in three or four years. To relieve the effects of the lack of currency in commerce, in 1867 was allowed by Decree the circulation of US dollars and French napoleons, with a discount of 2.5% in relation to the Spanish-minted dollar. Since the currency shortage continued to occur, the circulation of Mexican pesos was allowed in 1879, the same year in which the Latin Union had suspended minting in silver metal.

 Si bien los pesos mexicanos se aceptaban en el comercio en paridad con los pesos españoles, el descuento en los pagos al gobierno local era de un 5%. Esta medida coincidió asimismo con las graves perturbaciones que a nivel mundial supuso la conocida como Gran Depresión o Larga Depresión, desencadenada en 1873 y que duró hasta 1896, desencadenada por la adopción del patrón oro por Alemania y que produjo a nivel mundial la bajada generalizada del precio de la plata.

 Estos problemas no fueron exclusivos de la isla, dado que fueron similares los planteados en la India, Chile o los propios Estados Unidos, que en 1873 promulgó su cuarta Coinage Act, que transformó de facto al oro como única moneda patrón. Pero la isla sufrió especialmente los efectos de la crisis del sector azucarero, debida al cultivo de la remolacha y a la creación de una gran industria de refinado del azúcar en varios países europeos.

 Although Mexican pesos were accepted in commerce at parity with Spanish ones, the discount on payments to the local government was fixed in a 5%. This measure also coincided with the serious disturbances that worldwide represented the so-called Great Depression or Long Depression, unleashed in 1873 and which lasted until 1896, triggered by the adoption of the gold standard by Germany and which produced worldwide the general drop in the silver price.

 These problems were not exclusive to the island, since they were similar to those posed in India, Chile or the United States itself, which in 1873 enacted its fourth Coinage Act, which de facto transformed gold as the only standard currency. But the island suffered especially the effects of the crisis in the sugar sector, due to the cultivation of beetroot and the creation of a large sugar refining industry in several European countries.

 Simultáneamente, se puso en funcionamiento el primer banco de la isla, la Sociedad Anónima de Crédito Mercantil en 1877, mientras que el primer banco que tuvo la concesión para emitir billetes de moneda fiduciaria fue el Banco Español de Puerto Rico, en 1888. Durante la década de los años 90 surgieron nuevos bancos comerciales en función de las nuevas necesidades económicas y financieras, debidas a la extensión del cultivo del café y a la construcción de centrales azucareras.

 La deficitaria balanza comercial de la isla hizo que se introdujeran gran cantidad de estos pesos mexicanos desde Cuba y Estados Unidos, para el pago del café y el azúcar exportado. Siendo la economía puertorriqueña abierta, de exportación de un monocultivo principal e importadora de maquinaria y alimentos para una población creciente, la entrada de esta moneda suplía la escasez de moneda de cuño español y la falta de créditos y de un sistema bancario. A pesar de que se había prohibido la importación de los mismos con fecha de acuñación posterior a 1886, se dio la situación de áreas de la isla en la que todo el circulante disponible estaba compuesto de moneda mexicana de cuño prohibido.

Simultaneously, the first bank on the island was put into operation, the Sociedad Anónima de Crédito Mercantil in 1877, while the first bank that had the concession to issue fiduciary currency notes was the Banco Español de Puerto Rico, in 1888. During the In the 1990s, new commercial banks emerged as a function of new economic and financial needs, due to the expansion of coffee cultivation and the construction of sugar mills.

The island's deficit trade balance caused a large amount of these Mexican pesos to be introduced from Cuba and the United States, to pay for exported coffee and sugar. Since the Puerto Rican economy was open, exporting a main monoculture and importing machinery and food for a growing population, the entry of this currency made up for the shortage of Spanish-minted currency and the lack of credit and a banking system. Despite the fact that their importation had been prohibited with a minting date after 1886, the situation occurred in areas of the island in which all the available currency consisted of Mexican currency of prohibited mintage.

 La situación de preeminencia del peso mexicano en la circulación de la isla desató un importante debate entre las principales corporaciones, lo que cristalizó en la Asamblea de Aibonito. Ante esta situación, hubo posturas divergentes de cómo atajarla, en el sentido de o bien canjear la moneda mexicana en circulación por moneda nacional, o bien hacerlo por una moneda provincial. Mientras que casi todos los sectores locales abogaban por la instauración de la moneda nacional española, el Gobierno español defendió el uso de una moneda provincial.

 Finalmente, se optó por canjear los pesos o soles mexicanos por una nueva moneda provincial, los nuevos pesos portorriqueños de cuño español, con un valor equivalente a los duros españoles, de cinco pesetas, y con dimensiones idénticas a las emisiones peninsulares. Los preparativos se hicieron de manera reservada, y la recogida del circulante anterior se realizó de manera simultánea en todas las poblaciones designadas por el Gobernador General.

 The preeminence of the Mexican peso in the circulation of the island unleashed an important debate among the main corporations, which crystallized in the Assembly of Aibonito. Faced with this situation, there were divergent positions on how to tackle it, in the sense of either exchanging the Mexican currency in circulation for national currency, or doing it for a provincial currency. While almost all local sectors advocated the establishment of the Spanish national currency, the Spanish Government defended the use of a provincial currency.

 Finally, it was decided to exchange the Mexican pesos or soles for a new provincial currency, the new Puerto Rican pesos of Spanish stamp, with a value equivalent to the Spanish duro, of five pesetas, and with dimensions identical to the peninsular issues. The preparations were made in a reserved manner, and the collection of the previous circulating was carried out simultaneously in all the towns designated by the Governor General.

 El canje se realizó en oficinas especiales habilitadas durante ocho días, y durante los cuatro días siguientes se admitieron los pesos mexicanos por su valor de 95 centavos, si eran presentados en partidas inferiores a 120 pesos. Transcurrido este plazo, el peso mexicano quedó sin circulación legal, recibiéndose en las Cajas del Estado por valor de 55 centavos en los 90 días posteriores.

 La sustitución se hizo con toda celeridad, dado que se estima que casi 16 millones de monedas cruzaron el Atlántico, entre antiguas y nuevas, con una asombrosa regularidad. El ministro encargado de ello, Tomás Castellano, mereció por ello una declaración de Hijo Adoptivo de Puerto Rico. Se acuñó moneda en faciales de un peso y 5,10, 20 y 40 centavos. Esta bella moneda porta en su anverso el busto del rey niño Alfonso XIII a izquierda, con la leyenda ALFONSO XIII P.L.G.D.D. REY C. DE ESPAÑA y el año de acuñación, y en su reverso el escudo de España y la leyenda ISLA DE PUERTO RICO, y el valor monetario, en el caso de los pesos 1 PESO= 5 P.TAS, salvo en el caso de las piezas de 5 centavos, en las que en su anverso lleva el número de su denominación.

 Esta moneda, la primera propia de la isla, tuvo una existencia muy corta. En 1898 fue devaluada en un 60% frente al dólar estadounidense, para su completa sustitución por éste, perdiendo su curso legal en el año 1901.

 The exchange was carried out in special offices set up for eight days, and during the following four days Mexican pesos were admitted for their value of 95 cents, if they were presented in items less than 120 pesos. After this period, the Mexican peso was left without legal circulation, being received in the State Savings Banks for a value of 55 cents in the subsequent 90 days.

 The replacement was done very quickly, since it is estimated that almost 16 million coins crossed the Atlantic, old and new, with astonishing regularity. The minister in charge of it, Tomás Castellano, therefore deserved a declaration of Adoptive Son of Puerto Rico. Coins were minted in facials of one peso and 5,10, 20 and 40 cents. This beautiful coin bears on its obverse the bust of the child king Alfonso XIII looking left, with the legend ALFONSO XIII P.L.G.D.D. REY C. DE ESPAÑA and the year of issue, and on the reverse side the shield of Spain and the legend ISLA DE PUERTO RICO, and the monetary value, in the case of the peso 1 PESO = 5 P.TAS, except in the case of the 5-cent pieces, which bear the number of their denomination on their obverse.

 This coin, the island's first own currency, had a very short existence. In 1898 it was devalued by 60% against the US dollar, for its complete replacement by it, losing its legal tender in 1901.

 Bibliografía recomendada  Recommended bibliography

COLL Y TOSTE, C., Reseña del Estado Social, Económico e Industrial de la Isla de Puerto Rico al tomar posesión de ella los Estados Unidos, San Juan, Puerto Rico, 1899.

PASCUAL MARTÍNEZ SOTO, A., “La formación del sistema bancario de Puerto Rico (1870-1899)”, en Orígenes de la globalización bancaria. Experiencias de España y América Latina, El Colegio de México-Genueve Ediciones, 2017.

RIVERA RODRÍGUEZ, I., “El debate sobre el peso mexicano en Puerto Rico: 1879-1889”, Serie de Ensayos y Monografías, nº 62, 1991.

SABIO ALCUTÉN, A., “Un rasgo de política monetaria en tiempo de guerra: el canje de moneda en Cuba y Puerto Rico (1895-1898)”, en Tiempos de América, nº 3-4, 1999, pp. 3-18.

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