jueves, 27 de mayo de 2021

Balastracas de moeda espanhola durante a Guerra do Paraguai /Balastracas sobre moneda española durante la Guerra de la Triple Alianza

 Publicado en Revista Numismática Brasileira, Vol. XXV, nº1, 2021

https://www.academia.edu/49053077/Balastracas_de_moeda_espanhola_durante_a_Guerra_do_Paraguai_Balastracas_sobre_moneda_española_durante_la_Guerra_de_la_Triple_Alianza

Como colofón de los numerosos conflictos que sacudieron el área del Río de la Plata desde la independencia de las nuevas repúblicas (las guerras civiles argentinas y uruguayas, la de los Farrapos, la Guerra Grande y la Guerra Platina), en las que se dirimieron las disputa entre Argentina y Brasil por su hegemonía en el área y su influencia sobre Uruguay y Paraguay, se desarrolló este cruel enfrentamiento bélico. Entre los años 1864 y 1870 Paraguay se enfrentó al Imperio de Brasil, Argentina y Uruguay, en el conflicto más sangriento de la historia de Iberoamérica, en el que los países aliados tuvieron entre 120.000 y 250.000 muertos, mientras que en Paraguay supuso la desaparición de más de la mitad de la población, la mayor parte de ella varones en una pérdida estimada por algunos autores en un 90%. La situación se agravó por la esclavitud de los prisioneros paraguayos en los cafetales paulistas.

 Las consecuencias económicas del mismo fueron asimismo catastróficas para todos los contendientes. ​ Los vencedores impusieron al Paraguay una abultada indemnización de guerra, pero la miseria reinante en un país arrasado hizo imposible el pago de la misma, que se fue posponiendo a través de diferentes gobiernos y no se llegó a pagar en su totalidad. Para hacer frente a los mismos, Paraguay tuvo que contraer con los bancos británicos empréstitos que tuvo que ir refinanciando. Muy endeudados quedaron asimismo con los mismos bancos los vencedores en la contienda, sufriendo una bancarrota financiera que agudizó su dependencia frente al Reino Unido. 

 Como culminação dos inúmeros conflitos que abalaram a região do Rio da Prata desde a independência das novas repúblicas (as guerras civis da Argentina e do Uruguai, a Revolução Farroupilha, a Grande Guerra e a Guerra de Platina), nos quais a disputa entre Argentina e Brasil por sua hegemonia na área e sua influência sobre o Uruguai e o Paraguai, essa guerra cruel se desenvolveu. Entre os anos 1864 e 1870 o Paraguai enfrentou o Império do Brasil, Argentina e Uruguai, no conflito mais sangrento da história da Ibero-América, em que os países aliados tiveram entre 120.000 e 250.000 mortos, enquanto no Paraguai significou o desaparecimento de mais da metade da população, a maioria do sexo masculino, com perda estimada por alguns autores em 90%. A situação foi agravada pela escravidão de prisioneiros paraguaios nas fazendas de café de São Paulo.

 As consequências econômicas disso também foram catastróficas para todos os contendores. Os vencedores impuseram ao Paraguai uma grande compensação de guerra, mas a miséria que prevalecia em um país devastado impossibilitou o pagamento, que foi adiada por diversos governos e não foi paga integralmente. Para enfrentá-los, o Paraguai teve que contrair empréstimos com os bancos britânicos que teve de refinanciar. Os vencedores do concurso também permaneceram fortemente endividados com os mesmos bancos, sofrendo uma falência financeira que exacerbou sua dependência do Reino Unido.

 Muy importante fue asimismo el impacto de este largo y cruel conflicto sobre el circulante de todos los contendientes, tanto en la moneda metálica con en las masivas emisiones de billetes para financiar la contienda. En este artículo nos centramos en las monedas conocidas como balastracas, moneda cortada, realizadas en Brasil sobre moneda provincial española, las conocidas como pesetas de busto, de cara o sevillanas. Esta moneda, de ley más baja que la batida en las cecas americanas y acuñada en las cecas peninsulares, tenía su ámbito de circulación limitado por ley ya desde sus primeras emisiones a la España peninsular, y su uso en los territorios ultramarinos fue prohibido y perseguido, incluso en fecha tan tardía como 1841 en Cuba, donde se resellaron con la famosa contramarca de rejilla.

 

A pesar de ello, está documentada su circulación en amplias áreas geográficas de todo el mundo, aunque su mayor aceptación la tuvo en las colonias británicas del continente americano, ya desde las primeras emisiones realizadas a comienzos del siglo XVIII durante la Guerra de Sucesión por ambos contendientes, llegando a conformar el numerario normalmente utilizado por las clases populares para sus transacciones diarias en todas ellas. Con los intentos de esterlinización del numerario de sus colonias a finales de los años 30 del siglo XIX no se consiguió reemplazar al peso o dólar en circulación, pero sí se retiraron estas pesetas. En la década siguiente comenzaron a entrar en circulación en grandes cantidades en las nuevas repúblicas iberoamericanas, como ha estudiado de forma magistral don Roberto Jovel para el caso centroamericano.

 Também foi muito importante o impacto deste longo e cruel conflito na moeda de todos os contendores, tanto na moeda metálica como nas emissões maciças de notas para financiar a disputa. Neste artigo nos concentramos nas moedas conhecidas como balastracas, moeda cortada, fabricadas no Brasil com a moeda provincial espanhola, as conhecidas como pesetas de busto, cara ou sevilhanas. Essa moeda, de lei inferior à batida nas casas da moeda americanas e cunhada nas casas da moeda peninsular, teve seu alcance limitado por lei desde suas primeiras emissões para a Espanha peninsular, e seu uso em territórios ultramarinos foi proibido e perseguido, mesmo tão tarde como em 1841 em Cuba, onde foram carimbadas novamente com o famoso carimbo de rejilla-grelha-.

 Apesar disso, sua circulação em amplas áreas geográficas ao redor do mundo está documentada, embora sua maior aceitação tenha sido nas colônias britânicas do continente americano, desde as primeiras emissões feitas no início do século XVIII durante a Guerra de Sucessão por ambos os contendores, passando a se conformar à moeda normalmente usada pelas classes populares para suas transações diárias em todas elas. Com as tentativas de substituição por moeda esterlina da moeda de suas colônias no final da década de 30 do século XIX, não foi possível repor o peso ou o dólar em circulação, mas essas pesetas foram retiradas. Na década seguinte, começaram a circular em grande quantidade nas novas repúblicas ibero-americanas, como Dom Roberto Jovel estudou com maestria para o caso da América Central.

 Estas pesetas llegaron al área del Plata también directamente vía comercio de España con estos territorios, como pone de manifiesto la transcripción de una Sesión de las Cortes en Madrid el 11 de diciembre de 1855. En la misma, el diputado José Gener afirmaba que Sevilla, Cádiz y Barcelona tenían comercio directo con varios puertos de la cuenca del Río de la Plata, y para ello debían necesariamente llevar dinero en metálico. Según su testimonio, tanto en Paraguay como en Uruguay y en Buenos Aires el oro- posiblemente muy abundante por su cercanía a Brasil-, tenía, en relación con España, una valoración muy baja, con una estimación de catorce duros y poco más. A ello se unía que las pesetas de cara españolas en la provincia de Entre Ríos recibían una estimación de dos reales, y las medias pesetas o reales un real, por lo que se obtenía un beneficio de un 20% con su uso. A cambio de plata, se conseguía con este comercio oro que era traído a España, donde se acuñaba en las cecas de Sevilla y Barcelona en pocos días y era cambiado por plata, volviendo los barcos a realizar los mismos lucrativos periplos.

 Las balastracas, o moneda cortada, ya habían sido profusamente utilizadas en las provincias del Sur de Brasil, especialmente durante la República de Piratiní. Entre ellas destacan las que otorgaban el valor de 400 reis, o un cruzado, sobre moneda española de un real, la de 200 sobre la media peseta provincial y la de 100 sobre las de medio real. Se piensa que esta moneda fraccionaria no fue mandada resellar por las autoridades de la República Riograndense, sino que su creación fue popular, para tener una moneda fraccionaria necesaria para las transacciones menudas. Para ello, se fraccionaron asimismo las monedas de cuño español y de las nuevas repúblicas de dos reales en cuatro partes, dentadas o no, recibiendo la estimación de 400 reis, el valor dado en ese momento a la peseta, y en medios y cuartos, con valores de 200 y 100 reis.

 Essas pesetas também alcançaram a área da Prata diretamente por meio do comércio da Espanha com esses territórios, como evidenciado pela transcrição de uma Sessão das Cortes em Madrid em 11 de dezembro de 1855. Nela, o deputado José Gener afirmou que Sevilha, Cádiz e Barcelona tinha comércio direto com vários portos da bacia do Rio da Prata, e para isso eles necessariamente tinham que carregar dinheiro. Segundo seu depoimento, tanto no Paraguai quanto no Uruguai e em Buenos Aires o ouro - possivelmente muito abundante devido à sua proximidade com o Brasil - tinha um valor muito baixo em relação à Espanha, com uma estimativa de quatorze pesos e pouco mais. A isto foi adicionado que as pesetas de face espanhola na província de Entre Rios receberam uma estimativa de dois reais, e as meias pesetas ou reales de um real, pelo que se obteve um benefício de 20% com a sua utilização. Em troca de prata, obtinha-se com este comércio o ouro que era trazido para a Espanha, onde em poucos dias era cunhado nas casas da moeda de Sevilha e Barcelona e trocado por prata, devolvendo os navios para realizar as mesmas viagens lucrativas.

 As balastracas, ou moeda cortada, já haviam sido amplamente utilizadas nas províncias do sul do Brasil, principalmente durante a República de Piratiní. Entre eles, destacam-se os que concederam o valor de 400 réis, ou um cruzado, sobre uma moeda espanhola de um real, o de 200 sobre a meia peseta provincial e o de 100 sobre as de meio real. Pensa-se que essa moeda fracionária não foi enviada para ser lacrada pelas autoridades do Rio Grande do Sul, mas que sua criação foi popular, por ter uma moeda fracionária necessária para pequenas transações. Para tal, as moedas da cunhagem espanhola e das novas repúblicas de dois reais foram também divididas em quatro partes, dentadas ou não, recebendo a estimativa de 400 réis, valor então atribuído à peseta, e ao meio e quarto, com valores de 200 e 100 réis.

 Nuevamente se volvió a recurrir a ellas durante la Guerra de la Triple Alianza, conocida en Brasil como la Guerra de Paraguay. En la Colección del Museo Histórico Nacional hay una serie de 13 de ellas sobre moneda hispanoamericana de plata, cortadas en media o casi media moneda o en cuartos. En ellas hay dos tipos de resellos, uno incuso, el aplicado sobre la moneda cortado, y otro rectangular, con el número en bajo relieve. Curiosamente, de estos en la actualidad escasos documentos numismáticos conservados, en la mayor parte de estas monedas es visible el cuño de la moneda española provincial sobre el que fueron realizados.

 Eles foram usados ​​novamente durante a Guerra da Tríplice Aliança, conhecida no Brasil como Guerra do Paraguai. Na Coleção do Museu Histórico Nacional há uma série de 13 delas em moedas de prata hispano-americanas, cortadas ao meio ou quase meia moeda ou em quartos. Neles existem dois tipos de carimbos, um incuso, o aplicado na moeda cortada, e o outro retangular, com o número em baixo relevo. Curiosamente, desses poucos documentos numismáticos atualmente preservados, na maioria dessas moedas é visível da cunhagem da moeda espanhola provincial em que foram feitas.

 Bibliografía recomendada:

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